[ III ]

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El rubio había quedado totalmente en shock, de la nada una pequeña mujer había aparecido frente a él interrumpiendo su caza.

Lo cuál sin duda era totalmente extraño, ya que cuando él cazaba todos sus sentidos estaban en su máximo esplendor.

Y no mentía, cuando cualquier vampiro se soltaba a una caza su olfato, su oído, su visión y su tacto se extendía de tal manera para volverse la bestia más fuerte del mundo y poder cazar y proteger a sus presas de los demás depredadores.

Por lo tanto estaba el hecho de ¿Por qué no la había olido? Si aquella chica desprendía un aroma muy peculiar, era un olor fresco como si hubiera atravesado un prado de lavanda, y también tenía impregnado el fuerte olor de la madera.

Y por más que se lo explicaba tampoco pudo oírla llegar hacia él, era... Simplemente extraño.

El rubio trato de incorporarse lo mejor posible al tiempo en que trataba de eliminar todo rastro de sangre de su rostro con un pañuelo mientras la mirada carmín estaba evaluándolo de pies a cabeza.

Fue entonces cuando Romina pudo apreciar algo que hasta el momento había pasado por alto:

Los ojos del contrario tenían un color oro, una pigmentación caramelizada.

—Tus ojos... -Susurro incrédula, porque no era la primera vez que la vampiro se había encontrado con uno de su especie tras su independencia, sin embargo todos tenían algo en común, la mirada carmesí.

El hombre no sabía muy bien que decir, de hecho se encontraba bastante contrariado y con bastantes dudas, pero no sabía si responderle primero a la joven o preguntar él.

Ambos sintieron un breve momento de incomodidad hasta que los dos sonrieron al mismo tiempo.

—Lo siento. -Se apresuró la mujer. -Es sólo que la curiosidad me mato. -Explicó con calma para después ofrecerle su mano. —Soy Romina Fabela.

—Esta bien. -Esta vez la sonrisa del rubio fue mucho más cordial y amable. —Carlisle Cullen, un placer.

Aunque ya se habían presentado, el rubio pudo observar como la curiosidad estaba latente en los ojos carmesí de aquella muchacha.

Así que con calma tomo asiento en el pasto mientras descansaba su espalda en el tronco de un árbol, no tardó nada en palmear el lugar a su lado para invitar a la vampiro a sentarse a su lado.

Romina no dudo ni un instante en sentarse junto a él, y con toda la ilusión del mundo le miro esperando por una explicación.

—¿Te sorprende que cace animales? -Pregunto el rubio.

La cabeza de la castaña se movió con euforia en un asentimiento. —No sabía que podíamos alimentarnos de sangre animal. ¿Tu dieta solo se limita a eso?

Midnigth ✓ → [Edward Cullen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora