[ IX ]

11.2K 1.2K 343
                                    


Forks Enero 5, 1936

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Forks Enero 5, 1936.

Romina había terminado de instalar la alacena, también instalo un armario para Rosalie, una especie de librero para Edward y una repisa para Carlisle, todo eso con ayuda de Emmett quien realmente pudo ayudarla.

La chica bajo del escalón en donde estaba trepada para fijar la repisa del rubio al tiempo en que le daba el taladro al grandote.

—Bien hecho, mamá.

—Dame esos cinco, bebote. -Alentó la mayor antes de que chocaran sus palmas con efusividad.

Ambos vieron su trabajo totalmente orgullosos, para después dejarse caer en el sofá nuevo, porque claro esta que todo lo que decoraba y amueblaba la casa era totalmente nuevo.

—Terminamos rápido, mami.

—Eso fue porque no tuvimos ningún estorbo a nuestro alrededor.

—¡Escuche eso, Romina! -La voz irritada del chico cabello cobrizo se escucho perfectamente bien pese a que él se encontraba en el segundo piso.

—Yo nunca dije que tu fueras el estorbo, pero si queda el saco no es mi problema querido Edward. -Aporto con vos cantarina, tenía su típica sonrisa ladina en el rostro, y se veía claramente que disfrutaba de la miseria del primer hijo Cullen.

Emmett soltó una estruendosa carcajada mientras tomaba su estómago de lo divertido que estaba, sin duda las partes preferidas del día (después de contemplar a Rosalie) era ver a esos dos pelear, o mejor dicho ver a Romina hacer enojar a su hermano.

—Lo disfrutas ¿Verdad? -Pregunto el menor.

—Siempre. -La chica le guiño un ojo a su bebé para después ir contemplar su cocina.

Estaba ampliamente complacida con la decoración del lugar, no es que le tomará mucha importancia sin embargo, se sentía cómoda en un ambiente ampliamente iluminado y con una buena vista, ya que el bosque donde se ubicaban estaba precioso.

Forks era el lugar ideal, definitiva y absolutamente ideal.

Le encantaba y sabía que a los demás también, porque no había necesidad de esconderse durante el día, ya que ahí estaba nublado 24/7.

Era un clima húmedo, todo era demasiado verde, y el olor de la tierra combinado con el de los árboles era oro puro.

Después de acomodar unas cosas en su cocina, volvió a la sala del hogar donde no dudo en aplastarse en el sillón.

Llevaban tres días en Forks, y por fin habían terminado en remodelarla por completo para la comodidad de todos.

Había sido un buen trabajo.

Rose llego y tomo asiento a su lado, pronto se le unió Emmett y minutos más tarde todos ya estaban reunidos, era como una especie de reunión familiar.

Midnigth ✓ → [Edward Cullen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora