[ XXXIX ]

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—¿Pueden traer a Apolo?

—No.

El menor soltó un resoplido cansado antes de cruzarse sus brazos sobre su pecho y morder su labio inferior para intentar de esa manera contener sus lágrimas.

Solo hasta entonces los ojos carmesí de la vampiresa se posaron sobre él.

—Apolo se adapto a mí porque soy muy buena con los animales, lo fui en mi vida pasada y lo sigo haciendo ahora. - Explicó al tiempo en que suavizaba un poco su mirada. —Apolo acepto a Lucifer y a regañadientes puede tolerar a Rose y Emmett, si el perro viene a un nido de vampiros va a morir de una taquicardia ya que no va a poder evitar estar tenso ante tantos depredadores.

Tras explicar aquello Romina puso una de sus manos sobre la cabeza del menor para después revolver su cabello e ir a la cocina a preparar algo para los dos únicos niños del lugar.

Lucifer puso su mirada dorada sobre el infante, no pudo evitar suspirar ante los ojos de borrego a medio morir del niño, pero no, no se dejaría manipular por esa pequeña cosa astuta.

—Ya te has puesto en peligro una vez, no arriesgues al chucho y mucho menos a Tomato que me quedo sin collar.  - Tras decir aquello el celular del demonio vibro, al ver el mensaje en la notificación se puso de pie y del mismo modo revolvió la cabellera del niño antes de salir por completo de la morada.

Seth pudo ver claramente la tristeza que tenía Elián encima, así que no lo dudo y nuevamente entro en fase, posteriormente se trepó al sillón sin remordimiento alguno para más tarde echarse posando su cabeza sobre el regazo del menor.

El niño no dudo ni un segundo en comenzar a acariciar los cabellos del chucho.

—Sé que estas enojado, incluso triste. - Hablo con ternura Rose quien no pudo evitar sentir algo en el pecho al ver a su muchacho así. —Pero debes entenderlos, ambos están preocupados, tú eres muy importante para ellos.

—Eres su hijo. - Prosiguió Emmett quien llego a su lado con Renesmee sentada en uno de sus ridículamente musculosos brazos. —Eres lo más preciado que ellos tienen después de mí.


La rubia no pudo evitar reír ante los pequeños celos de su pareja. —Tal vez tú no los veas como a tus padres, tal vez los consideres como solo unos amigos,  ellos lo aceptan y lo entienden sin embargo, ambos te ven como su hijo, se preocupan por ti, tratan de darte todo. - La mirada consternada del menor no tardó mucho en hacerse notar. —Lo que hiciste fue imprudente y estúpido, ellos solamente tienen remordimientos por arrastrarte a un mundo peligroso, cuando sus miedos pasen estoy segura de que te volverán a hablar.

Midnigth ✓ → [Edward Cullen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora