Johann, el maldito Johann me las pagará. Es un idiota. Creí que perdía a papá… Dios, me lleve un susto de muerte… ¡Joder, lo odio! Y yo no podía hacer nada… eso fue lo peor.
El día me la pase pensando en la pesada broma de Johann. Y me hizo entender algo: Sí a papá le pasara algo… no sé qué haría. Johann solo estaba jugando con mi mente. Maldito. Lo odio. Pensé que el Johann pesado, egocéntrico, imbécil había acabado; pero no. Pensé… que bueno, podríamos ser amigos. Pero no. Él jodió todo. Y ahora, no tiene a una amiga; ha ganado una enemiga. Quizá a una pequeña, pero haré que se moleste mucho; le arruinare el día. Y quizá mi venganza la resuelva solo con un movimiento de mano, pero le molestará, y eso ya es algo.
Hoy Natacha llego temprano a casa: cuatro de la tarde. Platicamos un poco y pensé que ella podría ayudarme a vengarme… inconscientemente. Nos encontramos en la habitación de Humm… papá y… ella. Estamos sentadas en su cama… ¡Oh, no! Un pensamiento horrible sobre esta cama se me cruzo por la mente. Me muevo incomoda. Y estamos viendo unas fotografías de ella, cuando era pequeña. Era una niña dulce, con una sonrisa tierna, y siempre iba peinada con dos coletas.
-¿Podrías llevarme al supermercado? – Pregunto.
Natacha, al principio, frunce el ceño, pero luego chilla:
-¡Claro! – Nos levantamos.
Salimos de casa y nos subimos a su auto y nos vamos al supermercado más cercano. Llegamos y entramos.
-¿Necesitas algo? – Pregunta.
-He… sí. Es para una tarea. – Sonrío, lo más inocente que puedo.
Paseamos de pasillo en pasillo haciendo mis compras… Luego, pago por lo que compré y subimos las bolsas a la cajuela. Natacha es tan ingenua… Enciende el motor y nos vamos a casa. Después de treinta minutos, llegamos a casa, y Natacha me ayuda a sacar las comprar de la cajuela. Me llevo las compras a mi habitación y cierro la puerta con llave. Luego, camino hacia las puertas de cristal y las cierro, también las cortinas.
-Haber, haber. – Murmuro, sacando las cosas que compre.
Saco todo y los dejos sobre mi cama. Luego, salgo de la casa por la puerta trasera y entro a un pequeño cuarto, de madera. Tomo una cubeta, de esas que contienen pintura, pero claro, está se encuentra vacía y luego, en una pequeña bolsa plástica transparente, tomo tierra negra del jardín. Y me la llevo la cubeta y la bolsa a mi habitación y las dejo en el suelo.
En la cubeta, derramo una caja completa de huevos, y el cascaron los voy metiendo en una bolsa para basura. Luego, derramo dos cajas de leche en la cubeta. Abro un jugo de ciruela y lo vierto todo en la cubeta. Luego, derramos frijoles licuados (Que conseguí de la cocina), y vierto la tierra encima de los frijoles. ¡Parece caca con la tierra! Luego, de las bolsas de los comprados saco un pequeño bote de pintura rosada y lo vierto en la cubeta. Y con una vara de madera, revuelvo todo. ¡Qué asco, joder! Todo se ve… feo. Se ve gris, amarillo, rosado, negro. Y la tierra no se ha disuelto bien, así que se ven grumos…
Luego, para llenar completamente la cubeta, vierto en el kétchup, tres botellas grandes. Y luego, revuelvo, de nuevo.
Miro la hora en mi móvil y son las once de la noche. Me acerco a las puertas de cristal, hago a un lado la cortina y miro hacia la calle. Mi victima está aparcado en la calle. Y la ventana de Johann está cerrada, y no hay muestra de luz que me indique que está despierto.
Me vuelvo hacia la cubeta, y lo tomo del agarradero. ¡Ah, pesa demasiado! A regañadientes, bajo las escaleras y camino hacia la puerta principal. La dejo a la par del umbral de la puerta. Luego, corro hacia mi habitación, me pongo unos vaqueros, y un suéter negro con capucha. De un cajón de mi mesita de noche, tomo unas grandes tijeras y saco la última cosa de la bolsa de mis compras: Un espray de color verde fluorescente. Observo otra vez por las puertas de cristal la ventana de Johann: no hay señales de que esté despierto. Corro hacia la cocina, tomo un vaso grande de plástico, y luego, corro hacia la puerta principal. En una bolsa he metido el espray y la tijera. Con una mano tomo la cubeta y con la otra, la bolsa.
Estoy lista.

ESTÁS LEYENDO
False Innocence
FantasySoy Aleesha Bloom y estoy pasando por una verdadera crisis familiar: mis papás están peleando por quedarse con mi patria potestad. Nora, mi madre, ha estado aprueba por dos años y ahora es el turno de Liam, mi padre. Tengo que volar hasta la otra pu...