XXVII. Un jabalí me manda por los aires

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A pasado una semana y la he pasado mucho mejor. Ver a mamá fue el mejor regalo que Johann me ha dado. A pesar de ser un pedante, patán, imbécil y muchas cosas más, él me dio algo que otra persona no puede. Todo lo malo que me ha hecho ha sido recompensado por ese noble gesto. Pero, que me haya dado la oportunidad de ver aunque sea unos minutos a mamá, no quiere decir que mi odio hacia él haya disminuido. En esta semana hemos peleado y él me restriega en la cara a sus amantes y de vez en cuando, me hace una de esas estúpidas bromas.

Pone sobre mi cabeza unas burbujas de agua, me moja. Pone fuego en mis pantalones y me quemo, no gravemente, claro, pero la intención cuenta.  A veces, cuando logro controlar mi cabello y ponerlo en su lugar, manda un enorme viento y me despeina toda. Es desagradable.

Voy caminando hacia mi tercera clase del día: Ciencias Naturales. En esa clase está Johann, para mi desgracia.  Me siento en un pupitre de la primera fila antes de que llegue la profesora Luz. Cuando la profe Luz entra, todos guardamos silencio. Y detrás de ella, viene Johann, la profe Luz lo regaña con la mirada pero Johann lo ignora y se sienta a la par mía, en un asiento vacío.

-No te alegres tanto por temerme cerca. – Dice.

-Cállate. – Pongo los ojos en blanco.

La profesora Luz empieza a hablar sobre el tipo de plantas que podemos comer. Las comestibles y las medicinales. Las plantas anuales, las plantas aromáticas, las plantas carnívoras y otras más.

-Bien. – Termina de dar su explicación. – Ahora, ¡Silencio, jóvenes, por favor! Dejare una tarea pero tienen que hacerla en grupo.

Todos empiezan a hablar con sus amigas, preguntándose si quieren hacer una pareja juntas.

-¡Pero! Yo haré los grupos de dos. Conforme vaya diciendo los números de lista, ese será su acompañante para la búsqueda de su tarea. ¡Es una tarea sencilla, así que no renieguen!

Empieza a decir los números de lista hasta que llega al mío, el quince.

-El quince… con el treinta. – Dice, leyendo una lista. – Parecen los mencionados.

Me levanto de mi pupitre y observo el salón, para ver quién es el número treinta, mi acompañante.  No puede ser. Es Johann. No, no, no y no.

-Bien, Aleesha y Johann buscaran toda la información posible sobre la planta Silphium laciniatum. La información la quiero en un reporte bien hecho. Y para sumar puntos, necesito una foto original, una foto que la hayan tomado ustedes de esa planta. ¡Es obligación!  

Asiento al igual que Johann. Y nos sentamos. La profesora Luz termina de formar los grupos de dos.

-La tarea se entregará dentro de DOS DÍAS. ¡Sí, jóvenes! Dentro de dos días. Será un reporte largo así qué les aconsejo que lo empiecen ahora. – La campana suena. – ¡Feliz tarde!

Salimos todos del salón.

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