XXIV. Fiesta Playera

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La playa es hermosísima. Nos bajamos todos del autobús y la mayoría corre hacia la arena y empiezan a gritar y a bailar. No han pasado ni treinta minutos y la música ya suena a todo volumen. Camino hacia donde están todos junto a mí maleta. Mientras camino, me encuentro a Diamond y a Alex.

-¡Que empiece la fiesta! – Chilla Alex, moviendo sus hombros. – Nos la pasaremos bomba.

-Dicen que Johann trae alcohol. – Comenta Diamond.

-Eso traerá muchos problemas. – Murmuro.

Caminamos hacia donde se encuentran todos y luego, dejamos nuestras maletas arrinconadas con las de los otros. Alex y yo nos sentamos en la arena y disfrutamos de la vista. En cambio Diamond, él se fue con otros chicos a jugar futbol en la arena.

Todos los chicos andan sin camisa y uno que otro esta pasadito de unos dos kilos. Mi mirada se clava en el cuerpo de Diamond. Vaya, tiene buen cuerpo. Y frente a él, pasa corriendo Johann… sin camisa. El cuerpo de Diamond no se compara con el de Johann.

Es raro ver a Johann así, ya que en estos momentos se encuentra riendo, jugando, corriendo, incluso, disfrutando. Ya no parece el chico rudo y patán que es; se ve relajado, como un chico normal. Pero de normal no tiene nada. Y ahí, en su pecho, se encuentra el símbolo del Dios de Los Cuatro Elementos. ¿No se preocupa que le pregunten qué significa? ¿Los demás lo tomaran como un normal tatuaje?

Alex hace que salga de mis pensamientos dándome un codazo en el brazo. Miro hacia ella y luego a lo que tiene enfrente. Jesse, un chico guapo, de cabello castaño, piel clara y unos hermosos ojos color azul marino.

-¿Quieres ir a caminar? – Pregunta Jesse.

-¡Claro! – Alex se levanta de un brinco, me mira y me guiña un ojo y luego, se va con Jesse a dar un paseo por la playa. Sí, claro, qué romántico, puf.

Cierro mis ojos y dejo que la brisa me acompañe; pienso en todo lo malo que me ha pasado y lo peor es que todo se complico cuando conocí a Johann y sus hermanas. Si tan solo no supiera nada… solo saber cosas normales. Ya procese toda la información, pero por dentro me siento un poco como traumada. Quién sabe si en estos momentos Johann esté jugando con la mente de alguien o inclusive, esté a punto de hacerlo con la mía. Estoy cansada de que él venga y me arruine todo. Sólo quiero paz. Ya no quiero pelear.

Abro mis ojos y doy un largo suspiro. La fiesta está volviéndose loca, gente jugando futbol, otros corriendo por ahí, otros con sus novias besándose y casi teniendo sexo en público. Y veo a Diamond, que se encuentra coqueteando con una chica. Sonrío al verlo. Jamás había visto a Diamond con una chica a decir verdad.

Alex es una chica muy hermosa y a pesar de eso, no tiene novio. Pero al parecer, de ahora no pasa, porque desde aquí puedo ver como los dos se coquetean.

-¿Qué haces sola?

Me vuelvo hacia la voz y me encuentro con Johann, sentado casi a la par mía. Se ve relajado, como si el por un momento se creyera un chico normal. Pobre, se ha de cansar de ser alguien peligroso, supongo.

Ahora ha sido el único día que lo he visto sonreír, pero una sonrisa de verdad, una sonrisa relajada, no una sarcástica o arrogante. Ahora le ha dado por enseñar esos dientes blancos que tiene… y para no mentir, hoy se ve más guapo de lo normal. Se ve dulce, amable, esté es el Johann que me dijo Buenas noches aquel día por la madrugada.

False InnocenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora