Parte 48

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 narrador


- ¡déjame en paz! – gritaba gisel a Jack. - ¡no quiero estar aquí! ¡No te quiero cerca de mí! – gritaba con odio y tristeza mientras se alejaba dando pasos hacia atrás.

Los jóvenes se encontraban en el salón del mundo.

Gisel estaba en el centro tratando de mantenerse alejada de todos, Jack trataba de calmarla y hacerla entrar en razón, Evelyn sólo los veía desde una buena distancia como los yetis y hadas que se encontraban allí.

- ¿quieres calmarte? – dijo Jack cansado de intentar acercarse a la joven castaña – soy solo yo. Jack –

- no te quiero ver – dijo con tristeza la joven mientras se abrazaba a ella misma y daba pasos hacia atrás, ya que Jack se acercaba a ella lentamente.

- gisel, por favor – le suplicó Jack mirando a la joven, la cual se veía tan diferente a como solía ser. Gritaba, se alejaba, no soportaba que nadie se acercara. Era indiferente con los demás, pero... también mostraba tanta inseguridad. – escúchame. Soy tu... - por un momento pensó en decirle sobre su parentesco, pero decidió no hacerlo - ...soy tu amigo – dijo tratando de acercarse a la joven, la cual terminó acorralando en una de las paredes. La chica lo miraba a los ojos, pero lo hacía con enojo y desconfianza.

- no sé qué tienes, pero no tienes por qué desconfiar – decía mientras se detenía frente a la joven, la cual no tenía como escapar de él.

Jack la miraba mientras ella solo se apegaba a la pared tratando de atravesar esta. Ella quería irse, no quería tenerlo cerca. Ella miraba a todos lados tratando de buscar una escapatoria. En un momento dirigió su vista a los ojos celestes del joven. Estos mostraban mucha profundidad. Reflejaban calma y serenidad, pero también preocupación.

La castaña poco a poco se fue calmando, era como si la mirada del joven la había hipnotizado, como si por un momento todos los buenos sentimientos volvieron. Todo el mundo desapareció para ella, excepto la mirada del joven, lo cual parecía haberla traído en sí. Jack miró como sus ojos castaños reflejaban de nuevo el brillo en su mirada. Esa era la mirada de la gisel que conocía.

Él acercó sus brazos lentamente a la chica para tratar de hacer contacto físico, abrazarla y decirle que era su hermana. Pero su plan falló.

Gisel al notar lo que el intentaba se alejó tan rápido como pudo - ¡no! – dijo mientras tumbaba al joven al piso y ella se echaba a correr para salir del salón

Gisel

Corría y corría. Todos los yetis me dejaban pasar, no me detenían y eso me alegraba, ya que quería irme, quería estar sola, no quería estar aquí.

Yo llegué a donde era la habitación que Jack y yo compartíamos y me encerré. Me recosté de la puerta y me dejé caer por esta. Mi respiración era acelerada, me faltaba oxígeno, todo estaba confuso. Mi cabeza daba vueltas y vueltas.

Jack

Volé hasta terminar en la puerta, la cual al intentar abrir noté que estaba con seguro.

Esto era tan confuso. No entendía de donde salía tanto miedo. Ella no era así. Evelyn llegó a mi lado y solo me miraba con culpa. Por alguna razón sentía que había algo que no me ha dicho, pero no tenía tiempo para pensar en eso

- gisel. Abre la puerta. Déjame entrar – pedí con calma. En verdad necesitaba que estuviera bien. Yo debo ir con los guardianes, pero no puedo dejar a gisel de este modo. Simplemente no puedo irme hasta saber que ella esta bien.

el origen de los guardianes 2 la nueva guardianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora