Una vez más, Diana se ve envuelta en un extraño suceso que la lleva a Scorched Earth, otro mapa de ARK.
Un viaje salvaje y peligroso la espera, y más todavía estando en un gigantesco desierto.
Después de lo que pasó con Ark, cualquier contacto con la realidad virtual puede ser un poco traumático, pero al menos, esta vez sé que estoy en buenas manos.
Me siento segura, y no voy a estar del todo sola.
Mis pensamientos vagan por mi cabeza, pensando cosas sin sentido, dejar la mente en blanco es difícil. Noto como me empiezo a quedar poco a poco dormida y los ojos ya ni los puedo abrir. Cuando despierte, veré un mundo nuevo y tal vez pueda establecer contacto con los otros jugadores.
***
Empiezo a notar un aire caliente. Parece que esté en medio de un desierto o algo parecido.
Al abrir los ojos una resplandeciente luz me ciega.
–¿Qué pasa? ¿Dónde estoy?
Me levanto del suelo, polvoriento y seco. Apoyo mi cabeza contra una mano y observo a mi alrededor. Es extraño y curioso. No recuerdo nada anterior a esto... ¿Es aquí dónde vivo?
No entiendo la situación, pero aquí estoy, empezando a estar empapada en sudor y sola. Si alguna vez llegué a tener recuerdos, por algún motivo ahora ya no. ¿Aquí es donde nací? Es un sitio peculiar, seco y solitario.
Tal vez me he perdido y me desmayé, a lo mejor la pérdida de supuestos recuerdos es temporal. Debería caminar un poco, a ver si encuentro mi lugar de residencia o a mi familia.
Mis ropajes son escasos, unas cuantas telas cubriendo mis partes más íntimas. Mis pies están al descubierta y la arena quema. Algunas piedrecitas se me clavan y no es una sensación agradable. Tengo una piedra incrustada en la muñeca izquierda que me indica alguna información relacionada con mi persona y me sirve de inventario.
Por algún extraño motivo no me es difícil acostumbrarme a ésto. ¡Obviamente no lo es! Si vivo aquí, es normal que me resulte familiar todo esto.
De repente empiezo a escuchar unos ruidos. Mi expresión se horroriza al ver a un animal siendo perseguido por otro. No pasa mucho rato hasta que el perseguido es derribado. Aparto la mirada de ellos y empiezo a alejarme con precaución, si ha atacado a ese pobre animal, seguro que no se contendrá conmigo.
Sin querer, piso una ramita de árbol que cruje y llamó la atención del animal. ¡Maldita sea!
Empiezo a correr y al girarme, veo al extraño lagarto emplumado perseguirme. Mis pies descalzos duelen, pero no quiero parar. Más doloroso será que esa cosa me atrape, de eso estoy segura. Salto un pequeño precipicio y divisó unas grandes rocas. Trepo por ellas ayudándome de algunas más pequeñas y deseo con todas mis fuerzas que el animal no pueda trepar por ellas.
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A los pocos segundos lo veo saltar por el mismo precipicio y se acerca a la roca. Empieza a dar vueltas impacientarse y decepcionado. No me creo mi suerte. ¿He estado ahí fuera sin protección estando estas cosas sueltas? ¿Dónde está mi familia? ¿Mis amigos? Quiero encontrar ya el sitio en donde vivo...
El sol es fuerte y eso no ayuda.
¿Qué es eso? Tres pollos se unen al lagarto. Me tienen completamente rodeada.
–Genial...
Me siento con las piernas cruzadas y empiezo a mirar todo lo que me rodea: el pequeño acantilado por el que he saltado, flores lilas, matorrales, ramas secas, árboles apagados, una montaña y rocas... muchas rocas. Suelo y piedra del mismo color anaranjado.
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Veamos... no sé dónde estoy, un lagarto y tres pollos quieren matarme, hace mucho calor y no recuerdo nada. Sí, definitivamente todo va bien.
Tengo que trazar algún plan de escape.
Los pollos parece que se han cansado de esperar y empiezan a dispersarse, pero ellos nos son el único problema, el lagarto de plumas y el sol juegan en mi contra.
Tengo que salir de aquí sin que me vea y encontrar refugio hasta que dé con mi gente. También necesito encontrar agua por encima de todo, empiezo a estar sedienta y deseo meter mi cuerpo en agua fresquita.
