Las tres garras están en el mismo armario que los artefactos. Casi puedo oler la salida de aquí. No sé cuántas garras voy a necesitar así que, en un rato saldré al Arca Roja para ver la cantidad que necesitaré, la cual espero que no sea exagerada.
Acabo de ordenar algunos armarios y reparar cosas, estoy lista para salir. Vestida en mi armadura del desierto, voy caminando con Hopi en el hombro con cuidado y mirando a todos lados. Bajo hasta el lago y me acerco al centro de del Arca. El holograma aparece ante mí: voy a necesitar dos garras de cada color.
De vuelta a la cueva, voy pensando en lo afortunada que soy de tener ya dos de azules y deseo poder salir lo antes posible de nuevo después de haber estado estos dos días descansando.
***
Matamos Wyvern tras Wyvern. Una vez cada dos días para ir descansando de las peleas.
Tres azules, dos verdes, tres rojos... Tenemos todas las garras.
Me quedo un rato descansando en la cama mientras acaricio a Hopi, que está encima de mi barriga. Estoy muy nerviosa y todavía no me lo creo. Saldría corriendo ya para invocar al boss y largarme, lo único que me retiene son mi nerviosismo y el pensamiento de no ser capaz de matar la Mantícora. En la última batalla contra los Wyverns, Haru salió muy malherida. Otro motivo por el cual no invocar a la Mantícora tan pronto. Pasarán unos días hasta q se recupere. Mientras tanto, la compañía de Arándano es una de las cosas que más feliz la hacen. Cada día alza el vuelo unos centímetros con su ayuda para que el ala se vaya fortaleciendo. Ella está ansiosa por volar, como siempre, pero tengo que vigilarla para que no se pase de la raya y acabe haciéndose más daño.
La verdad que en éstos días tranquilos, viéndolos a todos felices, se me va a hacer extraño tener que irme otra vez y abandonarlos... Me pregunto si cuando salga, el juego seguirá activo o lo apagaran y desaparecerán para siempre... Sacudo la cabeza hacia los lados para intentar no pensar más en eso.
Me levanto de la cama y con una inevitable mirada triste, abrazo y acaricio a todos y cada uno de mis dinosaurios, dejando para el final a mi niña Haru y la bolita peluda que es Hopi. Sin ellas, todo ésto hubiera sido un infierno peor. Ellos probablemente sienten que es una despedida, puede que no sepan el motivo, pero son lo suficientemente inteligentes como para devolverme los abrazos y caricias.
***
Haru está preparada, llena de energía y lista para matar a quien sea.
Yo solo espero que la fuerza de Haru, Arándano y mía sea suficiente... Contra los Wyverns de la última vez hubo problemas pero porque bajamos la guardia un segundo y Haru se despistó, lo cual no es propio de ella. Tomé precauciones y Haru estuvo entrenando a Silver, lo cual significa que habrá otra mano amiga ayudando.
Me he pasado poco más de medio año entrenando y preparándome para ésto. Ni él ni nadie impedirán que salga de aquí mañana mismo.
Lo que queda del día de hoy, voy a dedicarlo a liberar a Ridar, Rocky y Hopi. Caminamos sin preocupación cerca del Arca Roja, ha sido una zona muy segura y sé que aquí estarán bien. Me despido por última vez de Ridar, vaciándole el inventario de objetos que no sean bayas y le quito con cierta tristeza la silla de montar, la cual desaparece en mis manos a los pocos segundos.
–Disfruta de tu libertad todo lo que puedas hasta que me vaya. Gracias por todo amigo.
Él hace unos soniditos muy tristes y restriega delicadamente su cabeza por mi mejilla, despidiéndose de mí. Puedo ver sus ojos tristes y a mí se me saltarán las lágrimas al final... De repente, un par de Parasaurios aparecen de detrás de unas rocas y lo llaman. Ridar se va con ellos y cuando está a su altura, se gira por una última vez y alza el cuello emitiendo el último sonido hacia mí. Ahí va mi pequeño Parasaurio que tanto me ayudó en el inicio de mi viaje... Siento las lágrimas deslizarse por mi mejilla. Era inevitable.
Sonrío con cierta melancolía y me acerco a Rocky. Le quito la montura, los objetos que no sean comida y me despido de él. Él me abraza cuidadosamente con su cola y se va rodando de mi lado. Por algún extraño motivo siento que me quedo sola.
Miro a Hopi. La última. Me siento en el suelo y me seco las lágrimas antes de empezar. Estiro un brazo como para cogerla y ella se aparta dando un saltito hacia atrás. Me quedo perpleja y veo como sus ojos están enfadados conmigo.
–Vamos Hopi. Sabes que ésta batalla será muy peligrosa y que no regresaré para poder liberarte –mueve sus orejas hacia atrás. –Ven aquí –le digo amablemente señalando el hueco que forman mis piernas cruzadas.
Ella sin dudarlo se acurruca en él y me agarra con sus dos patitas delanteras. Empieza a sollozar y la acaricio suavemente.
–Está bien, tranquila.
Nos quedamos fuera un ratito hasta que empieza a ocultarse el sol. Entro en la cueva con Hopi en los brazos y suspiro. Por muy peligroso que sea me la voy a tener que llevar... No va a querer irse. Si se viene con nosotros, tendré que protegerla hasta el final de la batalla cueste lo que cueste.
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ARK: Tierra Ardiente
FanfictionUna vez más, Diana se ve envuelta en un extraño suceso que la lleva a Scorched Earth, otro mapa de ARK. Un viaje salvaje y peligroso la espera, y más todavía estando en un gigantesco desierto.