Capítulo 5

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Alicia

Son las doce del mediodía, se supone que debo estar en treinta minutos en mi pasantía. Aún sigo en la facultad, esperando los benditos papeles de todo este tramite. 

Hace más de un mes que está todo programado, no encuentro el motivo de este retraso. Detesto llegar tarde y mucho más un día como hoy. 

-Lamento la demora Alicia -la secretaría del directo de mi carrera, sale de la oficina llena de papeles.

-A todos nos puede pasar -es una triste realidad, justo a mi me pasa hoy. 

-Se que debes estar en menos de treinta minutos, es por eso que ya envié un mail informando esta situación. No tienes que preocuparte de nada, aquí te dejo todos los papeles pertinentes. 

-Muchas gracias -tomo las carpetas, le doy un saludo y una sonrisa. 

Con todos mis pequeños bártulos, salgo de la facultad disparada. Mi auto está estacionado justo en la esquina, hoy tuve suerte al menos en el estacionamiento. 

Sin demorarme mucho, arranco y me dirijo al estudio de arquitectura donde haré estas pasantías. Conozco perfectamente el lugar, es uno de los socios de mi padre. Conozco un poco a su hijo, es muy amable conmigo. 

Mientras tanto comienzo a tararear la canción, que se reproduce de la lista de mi celular. Las preciosas letras de Luis Alberto Spinetta suenan en mi pequeño auto, su magia llena mi alma. 

En menos de veinte minutos llegue al estudio, estaciono el en el estacionamiento. Tomo mi cartera, junto con las ultimas carpetas que me acaba de dar la mujer. Acomodo mi atuendo, un buen jean un poco oscuro, una camisa celeste con rallitas y unas buenas botas negras. 

Comienzo a dar pasos decididos hacia el interior del recinto. Ya he venido algunas veces, saludo a los empleados de siempre, algunos trabajaron en la empresa de mi padre, es por eso que los saludo con otra confianza a todos. 

-Alicia, que gusto verte. 

-Lo mismo digo -le sonrío a la secretaria de Germán. 

-El señor Germán se encuentra en reunión, de ultimo momento. Te puedo ofrecer un café, té o  algo de comer -ella siempre fue muy dulce conmigo. 

-Claro, un café estaría estupendo. 

-Perfecto, en cinco minutos estoy contigo. 

Observo como ella se va alejando hacia un pequeño espacio donde se divisan todos los elementos para hacer un café. Mi celular comienza a vibrar sin parar y se perfectamente su causa. 

Más de diez mensajes de Sergio, recordándome que hoy tenemos una cita para tomar el té. Mi amigo es bastante organizado en ese sentido y siempre le gusto recordarme los planes muchas veces. Pero le tengo tanto aprecio, que a esta altura de nuestra amistad, este tipo de cosas me resulta tiernas.

-Aquí tienes -vuelvo mi vista hacia Florencia, tomo la taza de café. 

-Muchas gracias Flor -se va hacia su escritorio.

-Estoy muy contenta que hagas aquí las pasantías -el café está delicioso.

-Estaba entre dos estudios y a mi me toco con Germán, el otro no lo conocía. Un compañero mío comienza mañana. 

-¿JuanFra construcciones?

-Esa misma, nunca antes la había escuchado nombrar. 

-Se dedicaban a otro rubro, ahora mismo ambos socios están reunidos con Germán. 

-Que pequeño es el mundo -comento mientras sigo ingiriendo el delicioso café. 

-Si que es pequeño y ni te digo cuando observes los dos dioses griegos que están por salir -su comentario me deja un poco sorprendida, ya que Florencia no es de hacer estos comentarios. 

-Lo voy a tener en cuenta -ella ríe ante mi respuesta. 

-Yo se lo que te digo -sigue insistiendo. 

El teléfono comienza a sonar y ella no tarda mucho tiempo en responder, decido contestarle a Sergio, se que estos momento lo estresan. Es de las personas que necesita que respondas apenas te envía el mensaje. 

La puerta se abre de repente, me asusta un poco ya que no lo esperaba. Puedo ver como Florencia se para y yo me quedo observando la puerta, al primero que observo salir es a Germán. Me sonríe amablemente, guardo mucho cariño hacia él. 

Pero hay algo que me llama la atención y justamente son las dos personas que aparecen detrás de él. Principalmente la última, no es nada más y nada menos que la persona que me quito el sueño de anoche. 

-Buenos días mi querida Alicia -Germán se acerca a darme un gran abrazo y beso.

-Muy buenos días Germán -le respondo el abrazo, pero no puedo evitar mirar a Juan. 

-¿Ya conoces a Franco Suarez y Juan Acosta, verdad? -mi jefe me pregunta. 

-Claro que si, anoche los conocí en la fiesta -me acerco a saludarlos a cada uno, pero mi mundo colisiono cuando nuestras manos ser rozaron y mis labios depositar medio beso sobre su mejilla. 

-El mundo es muy pequeño -Franco comenta, Juan no quita sus ojos de los míos. Intento observar a otro lado, pero siento que somos como imanes. 

-Ellos serán nuestros nuevos socios, con ellos trabajaremos el asunto de la fundación -Germán se dirige a mi. 

-Eso escuche anoche, me alegra saber que está en buenas manos -observo a ambos arquitectos, pero hay uno que se lleva todas mis emociones. 

-Esta misma tarde comienza el proyecto -ahora el turno de hablar es de Juan y me deja completamente encantada, su voz es deliciosa . Sus graves son demasiados seductores y sin mencionar el combo completo. 

¿Alicia que te está sucediendo? ¿De dónde salen este tipo de pensamientos? ¿Sus graves son demasiados seductores? 

Sinceramente no te reconozco, mi conciencia me reprime ciertos pensamientos. Pero es cierto, no es mi forma de ser esta, me siento bastante extraña. 

-Debo contestar esta llamada -Germán se va hacia el interior de su oficina, mientras que Juan y yo quedamos solos en el medio de la sala. Miro a mi alrededor y no veo ni a Franco y menos a Florencia. ¿En qué momento se fueron? 

-Están teniendo una especie de relación -Juan comenta de la nada, me sorprende bastante su respuesta.

-Veo que no pierden el tiempo -comento observando a nuestro alrededor. Comienzo que obsérvalo me cuesta, si miro sus ojos quedo perdida en esos iris. Su risa comienza a sonar por el espacio y es inevitable que no lo siga. 

-Lamento que las pasantías las tengas que hacer acá y no en mi estudio -mi corazón se detiene y solo me quedo quieta sin emitir sonido alguno. 

-¿Puedo preguntar la razón? -ni siquiera pensé la pregunta, se salio de mi boca. 

-Para estar cerca tuyo, para verte todas las tardes y sentir todas estas sensaciones que me causa tu presencia -¿Acaso yo escuche bien? ¿Esto es un sueño? ¿Él también siente esto?

Iba a contestar, pero la puerta de la oficina de Germán se abrió y solamente me quede callada observando a mi jefe. 

-Lo siento, pero era una llamada importante.

❤❤❤

Bonitas y Bonitos 

Nuevo capitulo, nuevo momentos. 

Quiero que me cuenten que les va pareciendo la historia. 

Les deseo un hermoso viernes y nos estamos leyendo prontito.

Los adoro 


PERDURARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora