Capítulo 11

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Alicia 

-¿Qué sucede cariño? -Amanda, me conoce muy bien y durante estos últimos años logramos un vinculo muy estrecho. 

-Estoy un poco cansada, eso es todo -mis padres siempre me dijeron que era muy mala para mentir, y soy consciente que Amanda está enterada de mi situación. 

-A mi no me engañas pollita, tu tienes algo y tengo una hipótesis joder -ella y su acento, que adoro. 

-No es nada Mandy -comienzo a doblar unas servilletas.

-¿Es Juan? -¿cómo supo?. Intento ocultar mi sorpresa.

-¿Eh? -la miro horrorizada. 

-No me mires así y no gte hagas la desentendida. 

-Joder Mandy -ríe ante mi comentario y me da un abrazo. 

-Cariño me di cuenta de todo el día de tu cumpleaños, no podían quitarse la mirada y ahora él no para de buscarte y tu ni le miras, tira.

Iba a contestarle, pero Julio entro a la cocina y corto toda la conversación. 

-Iré a comprar helado -nos informa. 

-Voy contigo -necesito salir a tomar aire y no estar en la misma habitación que Juan. 

-Venga vamos, tira tira -los tres nos reímos. Amanda sale de la habitación seguida de nosotros dos. 

-Ali me va a acompañar el helado -le informa a todos. Justo cuando termina de decir la oración, su teléfono comienza a sonar, mira la pantalla extrañado y nos pide disculpas y se retira con su celular. 

-Al parecer es algo importante -mi hermano dice, mientras que abraza a su prometida. 

-Entonces voy sola a comprar el helado,¿algún gusto en especial? -pregunto a todos, obviamente ni mirando a Juan. 

-Los mismo de siempre, por suerte con Juan coincidimos en los gustos -mi hermano vuelve a hablar. Simplemente asiento y tomo llaves y cartera y voy a la heladería que se encuentra a dos cuadras. 

Mientras que espero el ascensor, comienzo a refregar mi rostro, el día de hoy se está haciendo eterno. El sueño comienza a caer sobre mi cuerpo poco a poco, gracias al cielo mañana es domingo y pienso dormir todo el día y así recuperar energías. 

Finalmente el ascensor llega, me observo al espejo mientras espero que las puertas se cierren. Mucho edificio moderno y todo, pero aquí estamos demorados por las puertas del aparato. Me quito mis lentes y observo mi rostro. Tengo un poco de ojeras, no estoy durmiendo muy bien. Justo las puertas se iban a cerrar, pero una mano apareció y pegue un pequeño grito. Horrorizada observo a la persona que se encargo de interrumpir el cierre de las puertas eternas del ascensor. 

-No pienso dejarte ir sola -Juan ingresa al ascensor y vuelve a tocar PB y botón más y las puertas se cierran en menos de un minuto. 

¿En serio? ¿Cómo nunca antes supe de la existencia de ese botón? No estaría en esta situación. 

-No es necesario, puedes quedarte con todos allí. 

-Quiero acompañarte -simplemente asiento y observo el piso del ascensor. ¿Por qué me sucede estas cosas a mi? Estamos en un cubículo de dos por dos y me esta empezando a fallar el sistema. 

Finalmente llegamos a la bendita planta baja y caminamos hacia la puerta, una vez fuera del edificio caminamos hacia la izquierda. Un silencia sepulcral he incomodo nos enrolla. Mis ojos solo observan el suelo, a cada paso que doy. 

Juan a mi lado camina en silencio, pero es mejor que estemos así. Tiene una mujer y un hijo, simplemente mi papel es ser la hermanita de sus amigos de la secundaria. Ahora me está acompañando porque es un caballero y no quiere dejarme ir sola a media noche. 

PERDURARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora