Juan
Me encuentro manejando mi camioneta, el tránsito está insufrible. Tengo una reunión en veinte minutos y esto no avanza, debo inhalar y exhalar.
-Vamos Juan, tranquilo -me digo a mi mismo. Subo un poco el volumen de la radio, hay un tema de Spinetta que suena, me encanta. Pero pocos minutos dura mi pequeño disfrute, una llamada entrante me saca de mi pequeño momento. El nombre de mi hermanita aparece en pantalla.
-Hermanita -digo mientras me toco mi barba.
-Hermanito, solo llamaba para recordarte el cumpleaños de esta noche que tienes -me había olvidado completamente.
-Mierd* -susurro.
-Lo sé, sin mi no serías nada.
-La verdad que no, gracias princesa -escucho la risa de mi sobrino.
-Tio Chuan -me da una ternura ese pequeño.
-Hola hombrecito, ¿Te estás portando bien? -mientras tanto voy avanzando a diez kilometros por hora.
-Si -grita.
-No le mientas a tu tío.
-No quiero almorchar -comenta un poco más bajo.
-Debes alimentarte, esta tarde pasare a saludarte y si veo que no comiste nada. Me voy a enojar y poner muy triste.
-No Chuan -cada vez que me dice "Chuan" algo dentro de mi se derrite.
-Portate bien campeón, no hagas renegar a tu madre.
-Ta bien.
-Hermanita, debo colgar. Voy a llamar a Sabrina.
-Atrevida -una risa se me escapa, mi hermana odia a mi secretaria. Aún no se cual es su motivo, aunque me lo imagino. Mi mejor amigo y socio de la constructora la contrato.
-Es una buena chica -aguanto mi risa.
-Seguro, lastima que arruinaste el momento hermanito. Nos vemos dentro de unas horas -pensaba contestar, pero la muy testaruda me colgó. Sin demorarme mucho tiempo más, llamo a mi secretaria "atrevida". Pero no me contesta.
-JuanFra construcciones -hasta que se digno a contestar. Lo se, el nombre de la constructora no es muy woah, fue idea de mi socio.
-Sabrina -silencio.
-Buenos días Juan -cada vez que me haba con ese tono de voz, medio meloso genera cierto asco en mi ser.
-Estoy retrasado, si llegan los nuevos socios por favor diles mi inconveniente y que Franco esté para atenderlos.
-Lo que digas -no deseo hablar mas con ella, digo un gracias y cuelgo. Por lo que puedo ver, poco a poco se va descomprimiendo.
-Vamos muchachos -comento mientras voy acelerando poco a poco.
Finalmente luego de más de quince minutos llegue a la empresa y para mi suerte, los socios estaban retrasados. Detesto llegar tarde, soy muy responsable.

ESTÁS LEYENDO
PERDURAR
Romance¿Cuánto puede perpetuarse una persona en tu corazón? Esta es la historia de Juan y Alicia. Solo basto un saludo, para adentrarse en un mundo lleno de sensaciones y emociones nunca antes sentidas por ninguno. Ni Juan, ni Alicia pudieron borrarse de...