Capítulo 7

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Alicia

-Hoy lo volví a ver -le comento a Sergio, estamos camino hacia nuestro café favorito. Queda un poco alejado de nuestras casas, pero es mi lugar favorito. Y mi buen amigo Sergio cumple  mis caprichos. 

-Quiero saber todo ya. 

-Fui al estudio de Germán, hago mis pasantías ahí. Y podes creer que salio de su oficina junto a su otro socio. Me quedé en shock cuando lo vi. 

-Joder, que es muy sexy -mi amigo se le dio por ver series Españolas y no para de hablar en gallego. 

-Me tiene encandilada, no paro de pensar en el. Sergio, solo lo vi dos veces, nunca antes había escuchado hablar de él,  ni de su empresa. 

-Bienvenida Alicia querida, pensé que te había perdido -ruedo mis ojos y tomo otro sorbo de café. 

-Debo dejar de pensar en él, creo que es un hombre que está casado y tiene un hijo Sergio -algo así escuche el día de mi cumpleaños, una chica que no tenía ni idea de quien era le estaba comentando a otra. 

-No importa cariño, por lo que me contaste él te tiene en su mira. 

-No pienso hacer nada y mucho menos si es un hombre casado y con un  hijo. 

-Tenes que divertirte, apenas tenes veintidós años. 

-No me interesa divertirme de ese modo. 

-Aburrida -por debajo de la mesa, pateo su pierna. 

-No me juzgues. 

-Cariño, es una broma. Jamás te aconsejaría que hagas algo semejante -uno de los pasatiempos de Sergio es molestarme, hacerme bromas, hacerme enojar. 

-No quiero que te alteres, ni que te des vuelta. Pero no vas a poder creer quien está ingresando en este mismo instante -lo peor que me puede pedir es que no me de vuelta. Comienzo a girar mi cuerpo, pero Sergio me da una pequeña patada en mi pierna. 

-No me podes pedir cosa semejante. 

-Tu bomboncito está ingresando, pero lamentablemente no está solo -no lo dudo ni un segundo más. Giro sutilmente mi cuerpo y efectivamente. Juan está ingresando con un pequeño en brazos y una chica preciosa a su lado. 

El pequeño juega con su cabello y barba, mientras que él le hace muecas. Por otro lado, la joven preciosa, que por cierto parece bastante joven a su lado, busca una mesa donde sentarse. Vuelvo mi vista a mi amigo y solo hago una mueca. 

-Cariño, no pasa nada. 

-Claro que no -termino de beber mi café. 

Debo confesar que está imagen me sorprendió bastante. Pero era algo más que obvio, un hombre tan guapo, con unos cuantos años recorridos. Era imposible que esté solo, tiene una hermosa familia. Un hijo que al parecer le tiene mucho cariño.

Alicia, como pudiste ser tan ingenua para comenzar a hacerte esa película.

-Debo ir volando a casa cariño -Sergio me vuelve a mi realidad. 

-Claro vamos, se hizo tarde -tomo mis cosas y mi amigo llama a la muchacha que nos atendió. 

Y aquí es cuando comienza nuestra discusión, quien paga la cuenta. 

-La ultima vez me invitaste vos, hoy me toca a mi -le digo seria a mi amigo. 

-Ya está listo. 

-Sergi no seas malo, yo también quiero invitarte. 

-El fin de semana saldremos todos y ahí me vas a invitar unos buenos tragos. 

-Trato -me ayuda con mis cosas y salimos del lugar. 

Cuando me estoy encaminando a la salida, tengo la maldita mala suerte de que mi maqueta se caiga de mis brazos y se destruya contra el piso. Sergio ya está afuera del lugar y me encuentro yo, tirada en el piso levantando los pedazos de mi maqueta. 

-To te ayudo -la voz de un niño llama mi atención y claro que si, el hijo de Juan se acerca a mi y comienza a ayudarme con las partes. 

-Gracias amiguito, no es necesario -él insiste en ayudarme, hasta que de repente otra mano aparece en nuestro campo de visión. Levanto mi rostro y me cruzo con esos ojos preciosos. 

-Hola de nuevo -simplemente sonrió y termino de levantar todo. Me pongo de pie y le agradezco al pequeño. 

-De nada - me sonríe con apenas algunos dientes, me derrito de la ternura. 

Sin mucho más que decir, salgo del lugar. Juan iba a decirme algo, pero no lo permití. No quiero arruinar su momento familiar y además, esto confirma que no debo pensar más en él. 

-Cariño, lamento no haberte ayudado, pero justo llamo mi padre -Sergio me comenta, mientras que abre el baúl de mi auto y pone todas mis cosas. 

-Tranquilo, el hijo de Juan y él me ayudaron. 

-Joder. 

-Fue bastante incomodo. 

-Fush fush -hace señas que deje de pensar. 

Cada uno se sienta en su asiento correspondiente, Sergio pone música y yo comienzo a manejar lentamente por las calles de Buenos Aires. Dejo a Sergio en su casa y yo continuo hasta la mía, con música de fondo y los vidrios bajos. 

En pocos minutos llego a casa, como siempre los empleados de seguridad de la puerta me saludan con un cordial saludo. Amanda la personas que nos ayuda en casa desde que soy una niña muy pequeña me recibe con una sonrisa inmensa, 

-Buenas noches Alicia -Me acerco a darle un beso, fue durante mucho tiempo como una segunda madre para mi. Le tengo demasiado aprecio. 

-Buenas noches Amanda -voy directo a mi cuarto, necesito dejar todas mis cosas sobre el escritorio. 

Subo las escalaras a paso cansado. 

-Llego la princesa de la casa -Julio me sorprende, no esperaba encontrármelo aquí. 

-Pensé que te habías ido a lo de un amigo. 

-¿Y no estar contigo? -me ayuda con mis bártulos y vamos directo a mi cuarto. 

-Te extrañaba -me le tiro encima y le doy un abrazo de oso, como cuando eramos pequeños. 

-Yo también cariño, ahora ve a darte una ducha y te esperamos para cenar -simplemente asiento y voy directo al baño. Pongo un poco de soul en mi celular y me doy una ducha calentita, está comenzando el otoño y las noches están siendo un poquito más frescas. 

Una vez lista, con mi ropa de dormir lista y mi bata de peluche bajo al comedor. Un color a carne con papas inunda mis fosas nasales y se me hace agua la boca. 

-Hola hija -mi padre saluda desde la cabecera de la mesa. Me llama un poco bastante la atención, ya que últimamente apenas me miraba. Voy directo a él y le doy un beso en su mejilla, hago lo mismo con mi madre. 

-Cariño, te ves cansada -¿Acaso me observo? ¿Qué está ocurriendo aquí?

-Tuve un día largo, comencé las pasantías en lo de Germán -mi padre me observa atento. 

-Sabes que no es necesario que  hagas las pasantías -¿Dónde está mi padre?

-Quiero hacer mi propio camino, no quiero que me vean como la hija de papi  -contesto seria. 

-Me enorgullece escuchar eso -continuamos comiendo. Mi padre y mi madre, comienzan a hablar y yo solo puedo observar este momento totalmente enajenada. 

¿Qué le ocurrió a mi familia? 

Las cenas solo eran en silencio, o mi padre hablando por teléfono. Ahora estamos aquí los cuatro preguntando por nuestro día. 








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