Capítulo 28

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Juan

Decir que estoy viviendo un infierno, sería algo bastante dulce. Mi vida paso de la felicidad a la tristeza en minutos. Mi pequeña Alicia se alejo de mi, me pidió un tiempo, me pidió que esté con una mujer de mi edad. 

Lo que ella no sabe, es que la amo tanto que solo puedo estar con ella. No me importa nadie, no miro mujeres, solo miro a una y es a ella. 

Todo fue un malentendido, ella ingreso a mi despacho y se encontró con Germán y su novia. Pero al parecer ellos me comentaron que estaban de espalas, es por eso que Alicia pensó que era yo aquel hombre. Pero jamás permitiría que una mujer que no sea ella o mi hermana me haga masajes. 

Yo estaba en el despacho de Franco, ya que debía buscar unas carpetas y él estaba en una reunión con otros socios. Alicia no me dio tiempo a explicarle, se fue volando. En ese momento le dije unas cuantas cosas a Germán y su mujer, pero ellos no tienen la culpa. Fue un gran malentendido. 

Sin demorarme mucho tome las llaves de mi moto, mientras salía vi la cara horrorizada de Sabrina. Más tarde pensaba ocuparme de ella, pero en ese momento solo pensaba en mi pequeña Alicia. Me había demorado unos segundos y ella salio volando, pero sabía a donde se iba a dirigir. 

Es probable que pronto lleguen a casa algunas multas, por el exceso de velocidad. Pero solo me importaba explicarle y recuperarla. Las ventajas de estar con la moto fueron varias, así que en menos de lo que pensaba estaba estacionado mi moto, busque su auto pero no lo encontré. Sin perder las esperanzas la busque y ahí estaba ella. 

De solo recordar aquel momento, mis ojos se llenan de lagrimas. Mi cuerpo se llena de impotencia. Nunca me olvidaré ese último abrazo, nunca me olvidaré esa caricia y nunca olvidare mi promesa hacia ella. 

Pienso luchar, pienso darle el tiempo que ella me pida. Pero nuestro futuro es conjunto, ambos vamos a estar juntos y vamos a formar una familia. Lo sé, lo siento en mi corazón y no me voy a cansar hasta convencerla de ello. 

Está pasando un gran momento en su vida, me hubiese gustado estar con ella. Pero la vida nos puso una gran piedra en el camino. 

Como prometí le di tiempo, no la llame. Tuve que tirar mi celular al río de la impotencia, no me importo nada. Estaba cegado por el enojo, por la decepción, por la impotencia. Ya me compraría otro y lo recuperaría, solo lo usaría para hablar con ella. Pero como me pidió tiempo, durante unos cuantos días no iba a usarlo. 

Con mi cabeza agacha me fui de nuestro lugar favorito, dejando aquel recuerdo ir tatuándose en mi corazón. Este momento fue una gran bisagra en nuestra relación, pera la vida a veces pone piedras, bisagras en el camino. Y soy un experto en pasarlas y seguir adelante, pienso pasarla por encima y recuperar a mi osita. 

Los días siguientes fueron más que tortuosos, apenas podía dormir, solo pensaba en ella. Mi apetito se fue, lo único que me liberaba, era correr. Y trabajar hasta altas horas de la noche, mi hermana se encargaba de darme de comer o recordarmelo. A todas horas del día me llamaba y me gritaba un poco, se que lo hace por que me ama. Pero solo podía pensar en ella. 

Luego de unos días Esteban me vino a visitar a la oficina y tuvimos una gran charla, le explique todo y el siempre lo supo. Me comentó que llego bien y que sabía que algo sucedía. Alicia no le dijo nada a su familia de lo nuestro, nunca contó que lo nuestro se estaba tomando un reseso. Pero al parecer mi gran amigo saco conclusiones y me vino a ver, le confesé todo y el solo dijo que su hermana era una testaruda. 

Me prometió que siempre me iba a ir reportando sobre su hermana, le pedí su numero. Le explique lo que sucedió con el anterior, ambos reímos. Pero aún no pensaba mandarle un mensaje. 

PERDURARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora