Capítulo 20

119 7 0
                                    

Juan

Verla manejar este monstruo con tanta elegancia, seguridad me está volviendo loco y mierda que me calienta. 

Esta chica cada día me sorprende más. Está increíblemente sexy con su camisa celeste de mangas inmensas y su jean oscuro. Su cabello se encuentra atado en la cima de su cabeza y esos lentes negros que la hacen un fuego. 

Sus malditos labios están pintados de un color suave, desde el lugar que estoy sentado puedo verla perfectamente. Se que ella siente mi mirada, no quiero ponerla nerviosa, ni que Germán sospeche nada. Pero que me condenen si no quiero mirarla durante todo el trayecto. 

Germán comienza a hablar por teléfono, Franco no saca la vista del maldito aparato y Florencia tampoco. Por mi parte no puedo dejar de observarla. Mi mano viaja a su brazo izquierdo y de una manera muy sutil la acaricio. Noto como se va formando su sonrisa, hace una semana que no la veo. Estuvimos con mucho trabajo y no pudimos encontrarnos. 

Pero no va a pasar de este día, fue una gran sorpresas verla en el resto. Sabía que hoy si o si la iba a ver, ya que tengo esta reunión con Germán. Pero nunca pensé que íbamos a estar aquí los tres. 

Mi mano sigue acariciando su brazo, mis dedos delinean cada parte de su suave brazo. Luego de unos minutos más, Alicia estaciona el auto en tres maniobras y queda perfecto. Cuando me bajo del auto, le abro su puerta y ella me agradece con su mirada. 

Desde que la vi en el resto que muero por devorar sus carnosos labios, pero no corresponde que lo haga aquí y ahora. 

-Que comience nuestra reunión -Germán sube en el ascensor junto a Franco y Florencia. Alicia pensaba subir, pero Franco mi gran amigo, Tenía miedo de que sean muchas personas en el ascensor. 

Alicia se quedo a mi lado, ninguno de los dos hacía nada. El personal de seguridad del garage nos observaba y el edificio está plagado de cámaras. 

La excusa de Franco fue demasiado burra, ya que nosotros hicimos este edificio y sabemos perfectamente que el ascensor tiene la capacidad de cinco personas, pero Germán estaba distraído con su celular y no le dio mucha importancia. 

Luego de unos minutos, el ascensor vuelve a bajar y le indicio a Alicia que suba. Ella se apoya sobre una pared, deja su mochila en el ascensor y acomoda su cabello mientras las puertas del ascensor se van cerrando, el piso donde se encuentran el despacho de Germán es el 10. 

Espero no tener interrupciones, sin mucho más demora. Me coloco justo frente a ella y la observo, su sonrisa ilumina el maldito cubículo y ella toma mi rostro entre sus manos y susurra un pequeño "hola". 

-Moría por hacer esto -acerco mis labios a los suyos y le doy un beso intenso, de esos que no se olvidan. Mis manos viajan a su cintura y la pego más a mi cuerpo, nuestros pechos está pegados y sus manos acarician mi nuca. 

-Me iba a dar algo si no llegaba este momento pronto -comenta ella entre besos, de reojo observo el panel y ya estamos en el octavo. 

-Esta noche tenemos una cita -le digo cerca de su oído, deposito un beso justo en su cuello. 

-¿A qué hora? 

-¿Viniste con el auto? 

-Siempre. 

-Te espero a que salgas y desde ahí ya sos mía. 

-Perfecto -comenta ella mientras me da un suave apretón en mis glúteos. No recuerdo en que momento sus manos llegaron hasta ahí, siguiéndole el juego hago lo mismo con ella y mierda, que me quedaría ahí por muchos minutos más, pero el ascensor anuncio su llegada y rápidamente nos separamos. Vi que no había monos en la costa y mientras que ella se bajada volví a darle un palmada juguetona, a lo que ella me respondió con una sonrisa que me lleno mi maldito corazón. 

Cada uno continuo con su camino, fui directo al despacho de mi socio y ya ellos estaban sentados. 

-Ojo con mi pequeña Alicia -Germán me sorprende, no me esperaba este comentario. 

Iba a contestar, pero estoy buscando las palabras. Pero Franco me gano de antemano y contesto por mi. 

-Es un caballero -Germán sonríe.

-Solo por eso, no interrumpí el momento. Confío en ti y se que sos un buen muchacho, cuida de mi pequeña.

Simplemente asiento un poco atónito, mierda. Me tomo con la guardia baja. 

La reunión continua como si nada, minutos después de lo ocurrido, pude adentrarme de lleno en la reunión. Franco trajo algunos planos que faltaban presentar y ahora si podemos dar por terminada, las primeras construcciones. 

-Lo siento muchachos, pero quedé con mi novia -Germán nos da un beso a cada uno y se retira de la oficina. 

-Tenemos el camino libre para irnos con nuestras chicas. 

-Me tomo por desprevenido el cabrón. 

-Siempre estoy yo, para salvar tus papas. 

-Ni que lo sigas -le doy un golpe en chiste, pero él me la devuelve fuerte.  

-chito -estuve a punte de devolvérsela, pero Florencia aparecio.

-Hola muñeca -Franco le da un beso en sus labios. 

-Dice Alicia que te espera en el auto -simplemente asiento y me despido de ellos. 

-Alguna noche podríamos salir los cuatro -comenta Franco. 

-Claro -digo y ahora si que me voy. 

En el ascesor me encuentro con algunos empleados y todos saludan educadamente, algunas chicas no quitan la mirada, pero solo me importa la de una y no está aquí precisamente. 

Cuando llego al estacionamiento, busco su pequeño auto y justo a mi derecha está ella haciéndome luces. Con una sonrisa me aproximo y veo que está sentada del lado del conductor. 

-Ahora quiero que me lleves tu -me comenta golosa. 

-No me lo tienes que pedir dos veces. 

Antes que nada acomodo el asiento, ya que ella es bastante alta, pero mis cuerpo es el doble que el suyo y no entraba.

-Eres muy grandulon para mi autito -acaricia mi hombro. 

-Lo siento cariño -ella se acerca más a mi. 

-Me encanta que seas grandulon, sos mi osito -toma mis cachetes y los aprieta dulcemente. 

-Tu osito tiene muchas ganas de darte un beso -no hace falta que diga más, sus labios impactan con los míos. 

-Te extrañe -confiesa ella y esconde su rostro en mi cuello. 

-No sabes cuanto te extrañe -beso su frente. 

-¿Este fin de semana puedes ser mía completamente? -ella lo piensa un poco y luego asiente. 

-Pero el domingo tengo que reunirme con mi cuñada, la estoy ayudando con la planificación de la boda. 

-Perfecto, si no te molesta, mi hermana me pidió que cuidara a Mateo mañana por la tarde. 

-Me encanta el plan.

-Estoy seguro que le vas a encantar. 

-Aquella tarde en el café, él fue quien me ayudo a juntar los trozos de mi maqueta.

-Es muy dulce. 

-Muero por conocerlo. 

🌹 🌹 🌹 🌹

Los adoro 







PERDURARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora