Capítulo 5 "¿En qué me vine a meter?"

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¿En qué me vine a meter?


Tengo hambre

Sí, es lo único que puedo pensar en este momento. Después de aquel escándalo en el comedor y de nuestras salidas dramáticas, era obvio que no podía volver. Pero, demonios. Como quisiera haberlo hecho.

Abría comido pizza, cosa que sucede una vez a los tres meses y eso es lo que más me duele y enoja.

En vez de eso me encuentro caminando hacia mi casa malhumorada. ¿Por qué caminando? Por qué sucede que tuve la genial idea de esperar que todos salgan para luego salir. Claro, hubo una falla en mi plan.

Olvidé que los buses no esperaban.

Así que me toco caminar. Ahora no solo tengo hambre, ni tampoco sueño, si no que tengo muchas ganas de tirarme a la cama y coger la almohada de esta mañana y aplastarme con ella mientras grito y maldigo mi enamoramiento hacia Cooper.

El 1% ha ganado este día.

Mi estómago se queja y gimo dolorosamente recordando lo cerca que estuve por comer. Malditos sean ellos por interrumpir mi receso y armar un drama de telenovela.

Aunque yo participe en algo de eso.

Suspiro, no puedo creer que admitiré que Darwin en algo tiene razón. Hay una ventaja de vivir en un pueblo pequeño. Que mi casa no esta tan lejos y pronto llegaré. Sin embargo nunca lo admitiré frente a él.

Decido apresurar el paso, mientras más rápido llegue, más rápido puedo comer. Suspiro, al menos eso espero.


***


-¡Mamá!-grito abriendo la puerta-¡Ya llegue!

Miro por toda la sala en busca de ella pero al no verla prácticamente corro hacia la cocina cuando huelo comida.

Por favor, que haya algo de comer.

Sí, es lo único que estoy pensando mientras entro a la cocina como una desesperada. Si alguien me viera pensaría que no he comida en semanas, cuando en realidad solo llevo unas horas.

Aunque para mí, ya parece una jodida eternidad.

Escucho ruidos en la parte de arriba de la casa. Supongo que está en su cuarto o en el de mis hermanos. Me encojo de hombros empezando a abrir las ollas y ver el contenido.

Aunque en este momento podría comer de todo.

-¿Abigail?-pregunta mi madre haciéndome sobresaltar

Del susto se me resbala la tapa de las manos y cae al suelo. Cierro los ojos escuchando el metal estrellarse y soltar gotas de agua por el suelo. Suspiro recogiendo la tapa.

-¿Qué estás haciendo?-pregunta cogiendo un trapo y empezando a limpiar el desastre que hice.

-Tengo hambre-me excuso como una niña viendo mis manos.

Incluso creo que un puchero se forma con mis labios. Pero ¡En serio tengo hambre! Ya he aprendido mi lección, nunca más vuelvo a tomar bebidas con alcohol.

-¿Abi?-pregunta una vez que ha dejado de limpiar, coge mi rostro con sus manos y me veo en la obligación de alzar la mirada-Cielo ¿Qué sucede?

¿Qué sucede? ¡Qué no sucede es la pregunta!

Quería contarle todo pero no podía, si abría la boca seguro nunca volvería a salir en mi vida. Porque sí, mamá puede ser muy dulce y cariñosa pero seguía siendo mamá. Lo que significaba que se molestaría y mucho.

Te enamoraré (EDITADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora