Violines
Nunca jures en vano.
Era lo único que se repetía en mi cabeza y lo único que aun podía pensar. Las madrugadas y yo no somos para nada compatibles. Así que aún estaba tonteada.
Madrugo para el colegio, pero como tenía que ir a verle a mi hermana tuve que hacerlo el doble.
Las calles no están desiertas, al parecer las personas diariamente tienen que madrugar. Yo recién lo hago este día y me costó montones levantarme de mi cama. Aún estoy con la pijama, solo que con una chompa que le tapa en su mayoría.
Y claro, con sandalias. Tengo pantuflas como Hailey pero tampoco quiero que los demás lo sepan. No es que cuando sea grande o me case vaya a dejarlas de usar. Mi esposo me tendrá que aceptar con todo y pantuflas.
Somos dos en unos.
Una bocina me hace saltar y abrir los ojos que estaban medios cerrados. Un carro pasa al frente mío. Mierda, si sigo así moriré atropellada antes de poder casarme con alguien que me acepte con todo y pantuflas.
Me estremezco por el frío y trato de taparme más, siguiendo mi camino. Todo es tan silencioso que da miedo. La oscuridad tampoco es que ayude mucho.
Cuando estoy frente a la casa toco esperando que abran. Siempre me he sentido incomoda cuando tengo que esperar a que me abran la puerta, y esta no es la excepción. Me remuevo inquieta.
La puerta es abierta y la madre de Gema me sonríe. Le devuelvo la sonrisa.
-Buenos días señora Dresser. ¿Cómo está?
-Abigail, que gusto verte. Estoy muy bien, gracias por preguntar. Hailey bajara en unos segundos.
-Claro.
Ella sube y miro todo lo que me rodea. Sin tanta gente la casa se ve más grande. Los recuerdos de ayer me inundan y hago una mueca. Vaya con Trina. Mi mirada pasea por la puerta y siento que mis mejillas se sonrojan recordando a Cooper. Mierda, estoy loca.
Los pasos me avisan que ya están bajando por lo que dejo de ver la puerta. Mi hermana me recibe con un asentimiento de cabeza y Kayle con una sonrisa. La miro con reproche. Ella rueda los ojos y me abraza.
-Hola hermana-es su saludo.
-Hola gruñona.
-De las dos, la que gruñe a despertar eres tú.
Ruedo los ojos ante su respuesta listilla. Disimuladamente y aprovechando que Kayle se va a la cocina, golpeo con mi mano su nuca. Ella se queja.
-Por listilla-le murmuro.
-Bien. Supongo que te veo más tarde-dice regresando Kayle a Hailey.
-Sí, supongo-responde ella encogiéndose de hombros.
-Bueno, gracias por todo. Pero tenemos que irnos.
Después de eso salimos hacia casa. Bueno, yo prácticamente la arrastre a casa. Quería llegar a dormir unos minutos más. Pero no siempre te puedes salir con la tuya.
-¿Y qué hicieron?-pregunto tratando de sacar un tema de conversación.
-Ver películas.
-¿Sobre?-sigo.
-Varias cosas.
-Que cortante-bufo.
-No tengo muchas ganas de hablar.
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Te enamoraré (EDITADO)
Novela JuvenilUna pregunta: ¿Qué es lo más loco que harías por amor? A Abigail Martins siempre le ha gustado Alan Cooper y cansada de fingir que no pasaba nada, decidió ir a una fiesta donde él estaría. No contó con que en medio de esta perdería el filtro por un...