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[JHK]

Desperté feliz, no sabía porque, pero estaba feliz, me sentía bien. Era de esos días en los que despiertas feliz sin haber algún motivo, quizá fue porque dormí alrededor de diez horas después de haber llenado mi estómago con la deliciosa comida que yo mismo preparé.

Me estiré en mi nueva cama, para ser pequeña era cómoda, había descubierto que era el cuarto para el pequeño Eric, pero el nunca pasaba el tiempo ahí, así que esa era mi habitación por las próximas semanas.

—Hola pikachu, ¿Cómo has dormido? —le hablé a mi peluche de ese lindo ratón, lo tenía desde hace años y me gustaba abrazarlo cada que dormía, recuerdo que cuando me lo relagaron dijeron "duerme con él, ahuyentará todas tus pesadilla con un rayo", desde entonces he dormido con él, y cabe mencionar que me lo dieron desde los cinco años y hoy en día tengo casi veintitrés.

Me estiré escuchando mi espalda tronar, como todas las mañanas primero fui al baño, después recogí la cama y bajé para hacer algo de comer, de verdad tenía mucha hambre, lo normal.

Fui a la cocina, ya había memorizado dónde estaba cada cosa como el baño, la cocina, la alacena, inclusive dónde Eric escondía sus dulces; lo había atrapado un día cuando bajaba de darle de comer a Kira, los esconde detrás del sillón dónde hay una mini puerta algo transparente, que -según Sunwoo- sirvió alguna vez como una lámpara.

Debía admitir que extrañaba mi vida en la granja, algunas veces me preguntaba si mis hijos-puercos estaban bien, me preocupan mucho al igual que las gallinas, vacas y caballos, también estaba cerca la temporada de sandías y debía llevarlas al mercado para su venta, sin embargo cuando eso ocurriera yo ya habría terminado mi tarea aquí.

No me podía quejar de mi "nueva rutina", omitiendo al tonto alfa, Eric es un encanto, desde mi última pareja ya no quise tener hijos, de eso habían pasado dos años y medio, sentía que los niños no eran necesarios, ya eramos muchos en el planeta como para traer más; sin embargo ahora estoy reconsiderando la idea, pero aunque lo hiciera sabía que no podía tener alguno en estos momentos.

Ni nunca

Suspiré, mi buen humor se había reducido en menos de lo que esperaba y me concentré en terminar las quesadillas, era algo simple pero delicioso.

Ya había terminado, era hora de despertar a todos, así que como todas las mañanas tomé un cucharón de madera y una cacerola, me di la vuelta meciendo la cacerola, encontrándome con el alfa tonto atrás de mi.

No crean que me asusté, para nada, solo casi me meo y cago en los calzones.

—Animal... Te voy a poner una campanilla en el yeso, a ver si te escuchas —puse mi mano.

—Uh, creo que lo más importante es que casi me golpeas la cara con tu "despertador" beta estúpido.

—¡No es mi culpa que tu te pongas atrás de mi como si... —esperen un segundo.

Me dijo beta... Otra vez.

Este imbécil de verdad cree que soy un beta, ahora si no sé si sentirme ofendido; en parte era mi culpa por usar supresores todo el tiempo.

—¿si?

—Si fueras un jodido poste, aunque eres un enano, así que serias más de esos tubos para juegos infantiles que no pasan del uno cincuenta —él frunció el ceño y yo reprimí una risa por su cara de estriñido.

«Dejemos que se quede con la idea de que soy un beta.» estaba deacuerdo con mi omega, la idea de engañar a este tipo me agradaba.
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El Chico de los Puercos [SunHak;The Boyz] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora