29

468 79 19
                                    

;Especial navideño día 3

[JHK]

—Entonces, volverás cuando regreses a trabajar.

—Si, eso haré.

Estaba metiendo todas mis cosas a una mochila, iba a quedarme en la casa de Sunwoo lo que restaba de mis vacaciones y eso me ponía feliz.

—Bien —Me dijo SeokJin ayudándome a meter todo a la mochila—. No se te olvide llevar una tanga extra.

—¿Una tanga extra? —pregunté confundido, algunas veces, por no decir siempre, no entendía a Jin.

—Si, por que se te va caer al estar con Sunwoo... O él te la quita —comenzó a reír después de eso y yo negué varias veces con la cabeza.

¿Por qué tenía que ser tan puerco?

Estaba rojo por la vergüenza, eso es seguro ya que podía sentirlo, lo ignoré olímpicamente mientras continuaba metiendo todas mis cosas.

«Aunque no era una mala idea después de todo.»

Dios mío Haknyeon que estás pensando, va a estar Eric, el niño no merece más traumas.

Eran las doce del día apenas cuando salí a ver que todo estuviera en orden en el corral, llevaba una cubeta en mi mano la cuál tenía la comida para mis cerditos.

Llegué allí, teníamos aproximadamente veinte grandes y unos cuantos pequeños, kook, chim y tae ya estaban algo grandes pero seguían siendo igual de revoltosos.

—Ya llegó la hora de la comida~ —anuncié llenando su comedero, comenzaron a empujarse un poco para poder tomar su comida—. Hey, hey, hey... Quietos.

Sabía que no me entendían, pero eso no evitaba que les hablara de vez en cuando, suspiré viendo como empezaban a comer pacíficamente y fui al gallinero para hacer lo mismo: alimentar a los pollos.

Me daba risa ver a las gallinas alborotarse por un poco de comida, algunas veces era maíz, otras eran plantas o verduras, casi no solíamos darles alimento especial, mi abuela decía que eso no era muy bueno.

Y quien soy yo para juzgar sus enseñanzas.

Encontré a MoonBin justo en el techo, acostado en busca de un pollito para cazar. Lo bajé de ahí como pude ya que no debía hacer eso.

Con un gato en brazos comencé a repartir el maíz por el suelo viendo como iban de un lado a otro con tal de que todos alcanzaran un grano de maíz.

—Uuu, estate quieto —le ordené a mi gato mañoso que no dejaba de removerse en mis brazos para que le dejara ir, lo apreté aún más—. No te voy a soltar por más que te hagas así.

Una vez que nos alejamos, ese maldito gato seguía como gusano en sal, justo en la entrada de mi hogar pasó lo más feo.

Me arañó justo en la mejilla, eso provocó que lo soltara y el maldito se pusiera en posición de ataque, para hacer justo eso. Atacarme.

¿Qué tanto me odia mi gato para hacerme esto?

Intentaba arañarme las piernas y los pies, pero por las botas que traía no podía hacerlo, comenzó a escalar mi pierna y sus garritas se insertaron en mi pantalón. Joder como odio cuando hace eso.

Tuvimos una entrada campal justo en la entrada, donde mis gritos y sus gruñidos se escuchaban hasta la otra cuadra probablemente. De esta no iba a salir ilezo, mínimo unos diez rasguños tendría en mi cara, cuello y brazos.

El Chico de los Puercos [SunHak;The Boyz] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora