El Chico de los Puercos [SunHak;The Boyz]

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[JHK]

—Vamos otra vez Mingi, ¿cuánto es siete por ocho, más cincuenta, menos 3?

—¿cien?

—¡No! ¡Te comiste el tres!

Existen diversos placeres de la vida, uno de ellos es comer, hacer del baño cuando no puedes, ver una película, leer un libro. Si existen muchos, pero mi favorito son las vacaciones.

Dulces y lindas vacaciones.

Al año solo tengo un periodo de vacaciones que va dependiendo de nuestro desempeño, van desde una semana hasta mes y medio. Esta vez me tocó un plazo de tres semanas y media, casi cuatro.

Era por eso que estaba en casa, mirando a Namjoon regañar a su hijo por no saber las tablas de multiplicar y así no podría hacer el examen para regresar a la escuela.

Estaba sentado en el sillón acariciando a mi gato, me tomaba un descanso después de estar cuidando la granja, y en eso observaba a padre e hijo pelear. Reí un poco por la escena, ya que recordé que SeokJin, al ser mi hermano mayor, también batallaba demasiado conmigo en cuanto a matemáticas se trataba.

Acaricié a mi pequeño gatito jugando un poco con él, Binnie era un gato normalmente tranquilo y dormilón, lo adoraba demasiado. Escuché a NamJoon que ahora felicitaba al gemelo menor porque al fin había atinado una después de un rato.

Comencé a rascar las orejitas de esa bola peluda escuchándolo ronronear y reí al ver que se quedaba dormido; intenté moverme pero estaba muy bien aferrado a mi pierna enterrando sus garritas.

—Gato mañozo —le dije y el gruñó como si me entendiera ocasionando que soltara otra risita.

Como buen inicio de mi descanso, decidí estar en pijama todo el día con la compañía de mi bestia mientras veía alguna serie; claro que había estado viendo un anime junto al pequeño Eric y no puedo avanzar hasta que esté con él; sin embargo me estaba matando la ansiedad por saber si el amor de mi vida sobrevivía o no; aunque bueno, ya era la tercera vez que lo veía y seguía sintiéndose como la primera.

Así que una vez la sesión de estudio se dio por terminada busqué alguna película para ver, encontrándome con una que en mis veintitrés años de vida jamás olvidaría.

Dinosaurio es el título de la película que durante toda mi infancia fue mi favorita, y hasta el día de hoy sigue estando en la lista de las mejores. No importaba cuantas veces la viera, siempre sería especial para mi.

Binnie había decidido volverse a acomodar cuando notó que estaba a punto de recostarme en el sillón. Mi mañozo gato se colocó justo a mi lado acurrucandose como si eso le garantizara que no me iría.

Me sentía cómodo así y tal vez sería mejor si tuviera a cierto alfa pelirrojo conmigo, sin embargo, no todo se podía en esta vida. Decidí conformarme solo con tener a mi pequeño Binnie durmiendo a mi lado mientras disfrutaba de la película.

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Desperté gracias a la molesta luz que entraba por la ventana, tenía varios mechones rubios tapando mi cara y pasé mi mano tratando de despejar un poco más mi vista.

Sentí como alguien me abrazaba y me apretujaba más contra si mismo, voltee un poco para ver de quien se trataba y lo primero que vi fue el cabello color rojo del contrario. Sonreí sintiendo algo de felicidad al tener a Sunwoo ahí conmigo.