3. Una Coca-Cola y un beso inesperado

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No puedo más con este silencio, tengo miedo de que escuche lo fuerte que bombea mi corazón; temo que mis latidos me delaten...

Enciendo el móvil mientras camino a su paso y, tras poner el número pin, lo guardo en mi bolsillo. Nos hemos alejado bastante de casa y aún no ha abierto la boca para hablar. ¿Por qué no habla?

Le miro disimuladamente, camina de forma relajada, aunque las marcadas venas de sus brazos denotan algo de tensión.

Un suspiro abandona sus labios.

—A ver, Re... —titubea intentando recordar mi nombre. Mi pobre corazoncito—. Rachel —dice casi convencido. ¿Habéis escuchado ese ruido? Ha sido mi corazón rompiéndose.

Rebeca —le corrijo sin aparente interés, aunque por dentro estoy llorando.

—Perdona —me da una suave sonrisa que hace que se le marquen unos pequeños hoyuelos; es encantador.

—No importa —respondo devolviéndole la sonrisa. Sí que importa, ¡no se sabe ni mi nombre! No tengo nada que hacer...

Con todo lo que habla Mel de ti... En fin, Rebeca —pronuncia mi nombre con lentitud y mi cuerpo reacciona en respuesta, un escalofrío me recorre la columna y hace que se me ponga la piel de gallina—, quería hablar contigo sobre lo de Mel —mi corazón se encoge. ¿Acaso no era obvio? Le miro en silencio sin dejar de seguir su paso. La poca luz natural que hay apenas me deja apreciar su fisonomía—. Según tengo entendido, no te has tomado nada bien que Mel haya cambiado de escuela...

—¿Cómo esperas que me lo tome? —le interrumpo. Hasta yo misma me sorprendo de haber tenido el valor suficiente como para hablarle así. Sus ojos se abren y puedo apreciar su brillo. El verde que reluce cuando se encienden las farolas me roba el aliento—. He perdido a mi mejor amiga, a mi única amiga. Por el amor de Dios —alzo las manos sin pensar.

En sus labios se dibuja una sonrisa compasiva.

—Mel piensa lo mismo.

¿Cómo puedo ser tan egoísta?

Suspiro agobiada y me detengo. Él se vuelve y se acerca a mí. Mi corazón se para en seco.

—No te tortures —pone la mano en mi cadera mandando una descarga por toda mi columna. Estoy en shock. Oh my God! No me muevo nada, apenas respiro. Siento el calor de su mano a través de mi camiseta. Sostiene mi costado con exquisita firmeza y habla con lentitud—. Habla con Melinda y arreglad las cosas. Que estéis en distintas escuelas no quiere decir que debáis romper vuestra amistad, no seáis tontas —me mira como esperando una respuesta, y como no sé qué decir, simplemente asiento como una tontica. Me da una sonrisa y después lleva la mano a la parte trasera de mi cuello y acaricia de forma alentadora. Me va a dar una embolia o algo. Lo que para él es algo natural, para mí es algo que ni en mis mejores sueños ocurre. Una fantasía.

Tras un momento de silencio, le siento apartar la mano de mi nuca para acariciar mi cabello. Su aroma invade mis fosas nasales. Aún no termino de creerme que esto sea real. ¡Estoy prácticamente pegada a Axel Gallagher!

Siento su aliento en mi nuca, es tan cálido...

Trago grueso, estoy incómoda, pero él parece estar genial.

—Me encanta —musita mientras juega con uno de mis mechones.

—Gracias...

¿Qué diablos está pasando?

—¿Por qué tan callada? —su diversión es evidente mientras enreda sus dedos en mi cabello. Me encojo de hombros—. ¿Tienes problemas para socializar? —él ríe, pero en mi opinión eso es un asunto muy serio. No tengo problemas para socializar, simplemente soy muy tímida—. ¿O es por mí?

Soy Más Que Un Juego [✔️] [Gallagher #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora