1. «¿Cómo puede ser tan hermoso?»

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Mis ojos vagan sobre sus desordenados rizos sin perder detalle de cada cabello que escapa rebelde. Tras esto, mi vista se posa directamente en sus ojos; me falta el aire.

Me pierdo en las distintas tonalidades del verde que pinta sus iris y siento que no podré volver a la realidad. Sus ojos son hipnóticos y reveladores.

Si tan solo pudiera mirarlos directamente...

—¿Cómo puede ser tan hermoso? —suspiro mientras bajo la mirada hasta sus labios. Esos coloridos labios que aparentan estar húmedos todo el tiempo... Cómo me gustaría probarlos...

—¿Podrías dejar de babear con mi hermano, por favor? Vas a inundar todo el instituto —farfulla Mel mientras intenta arrebatarme el móvil de las manos.

—¡No! ¿Es que no has visto al dios que tienes como hermano? Deberías idolatrarle —exclamo a la par que hago todo lo posible por proteger mi pobre móvil. Cuando Mel estalla en una sonora carcajada, me vuelvo y observo su foto por última vez—. Joder, es que mira que ojazos... Es increíble la cámara que tienen los iPhone —suspiro con frustración.

Claro, el niño rico tiene un iPhone, mientras que yo tengo un viejo Samsung que de milagro enciende.

—Qué mal estás... —se da una palmada en la frente y suspira de forma exagerada—. No sé ni cómo te aguanto.

—Porque eres mi mejor amiga y así me quieres —le doy una gran sonrisa y le abrazo. Ella suspira dándose por vencida.

—Debería avisar a Axel de tu acoso, a ver si él te para los pies.

—No te atreverías. Además, no le hago daño a nadie, ¡tan solo estoy viendo sus fotos!

—Ahora mismo le acosas por Internet, pero, si sigues así, en un par de meses le tendrás amordazado y maniatado sobre tu cama —rueda sus oscuros ojos y sonríe con picardía.

—Te equivocas. No le acoso, si lo hiciera, antes que nada, le seguiría en todas sus redes sociales y le daría me gusta a todas sus fotos, lo que es un stalkeo de toda la vida; pero no hago eso. Él apenas sabe de mi existencia —argumento orgullosa, aunque siento que algo dentro de mí se rompe. Debe ser mi pobre corazoncito.

—Si tú lo dices... —saca su móvil y busca una imagen en la galería. Entre tanto, me tomo un momento para observarla. Melinda es una chica muy hermosa; tiene unos enormes ojos color café que se asemejan al abismo y una tez pálida muy envidiable. Su rostro expresa serenidad, lo cual contrasta muchísimo con su carácter y su forma de vestir. Ella es rebelde, se siente libre y auténtica; y eso mismo refleja con su ropa. Viste de una forma un tanto... peculiar. Unos días de negro con poca ropa y, en alguna que otra ocasión, ha venido con ropa aparentemente combinada al azar.

Envidio a mi mejor amiga. Está muy conforme con su físico y se siente bien consigo misma, eso es algo admirable. Yo no tengo esa suerte.

¿Por eso tanto cambio de color?

—Creo que el tinte te ha filtrado hasta el cerebro —ríe Mel mientras se echa a un lado todo el cabello. Lo tiene de un color castaño oscuro con reflejos que, a decir verdad, sí es del mismo color que el de Axel.

Axel...

—Háblale.

—¿Perdona? —vuelvo a la realidad y pongo mis ojos sobre mi mejor amiga.

—Mira —me muestra el móvil y en la pantalla hay una foto en la que se ven ella y Axel sentados en el bordillo de una piscina. Esta foto no la había visto antes, luego ni está en su perfil de Instagram, ni de Facebook, ni en su Twitter...  Lo que más llama mi atención de esta foto es que está sin camiseta. Oh, Dios mío.  Tiene los abdominales bien definidos, y los bíceps... Joder... Además tiene esa enorme sonrisa que tanto me gusta.

Soy Más Que Un Juego [✔️] [Gallagher #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora