Soy Más Que Un Juego [✔️] [Gallagher #2]

7. «Eres idiota»

Fue una estupidez pensar que me escribiría. He sido demasiado ilusa y me siento como una completa idiota. Anoche apenas pude dormir gracias a mi estúpida conciencia; claro, porque no dejaba de pensar: ¿Y si sube mi foto a Internet? ¿Qué opinaría mamá de esto? Seguro que se sentiría muy decepcionada. ¿Y qué hay de la opinión de los demás? Seguro que pensarían que soy una guarra o algo mucho peor. Lo mejor es que mientras yo me martirizaba, seguramente Axel estaba de fiesta o follando con alguna chica de por ahí.

—¿Estás bien? 

—¿Eh? Sí, sí, yo...

—¿En qué piensas? —los oscuros ojos de Mónica están sobre mí.

Necesito desahogarme y recibir una opinión objetiva de alguien ajeno; y no tengo nadie más a quien contárselo. Así que allá voy.

—Es por un chico —musito tan bajo que dudo de si me ha escuchado. Se humedece los labios con la lengua y sonríe.

—Los chicos son un tema complicado. ¿Es el de tu fondo de pantalla?

Asiento. Ella alza las cejas incitándome a hablar, así que comienzo por el principio, y lo suelto todo como si hubiera estado reteniendo el aire desde anoche en mis pulmones.

—Él se llama Axel, y es el hermano de Melinda —Mónica abre la boca sorprendida, pero guarda silencio—. Yo... Desde que le conocí, he estado un poco pillada con él; es el chico de mi vida, o al menos eso pensaba yo. Me parecía tan... tan perfecto... Es un chico callado y sereno —no puedo evitar sonreír como una tonta al pensar en él de esa manera, aunque mi sonrisa dura poco—. Pero ayer estuvimos hablando por WhatsApp; claro, esto es otra paranoia aparte: me conoce desde hace años y se viene a interesar por mí ahora. Pero, como iba diciendo... —titubeo. Ya ni siquiera sé de qué estaba hablando. Se lo he contado demasiado rápido y, por la cara que ha puesto, diría que no piensa demasiado bien de mí ahora mismo. Suspiro—. Ya no sé ni qué estaba diciendo.

Mónica estalla en una carcajada.

—Decías que ayer te habló por WhatsApp...

—Ah, sí. El caso es que hablando con él me di cuenta de que es un aprovechado, quiero decir, solo va a lo que le interesa. No quiere saber nada sobre mí que no sea si veo porno o me toco —escupo con amargura, en contraste con la sonora risa de la muchacha de las gafas—. ¡No te rías! Acabé mandándole una foto en ropa interior —confieso arrepentida, a lo que ella ríe aún más. La verdad es que así no ayuda.

—¿Cuál es el problema? Solo fue una foto, no es nada ilegal. Además, ni siquiera estabas desnuda —rueda los ojos.

—Después de eso, se fue. Perdió el interés en cuestión de segundos.

—Cariño, si vas a hacer algo, mejor hazlo bien —ríe con picardía. No entiendo nada, y mi cara lo refleja—. Tienes que tomarte una foto que le haga desearte, y después dejarle con las ganas —dice con seguridad. Mi barbilla cae—. Solo son fotos en ropa interior, hay mucha gente que cobra por mostrar ese tipo de fotos mediante Patreon, que es...

—Sí, sí, ya sé lo que es —le interrumpo evitando que se vaya por las ramas —. Pero esa gente es modelo y se gana la vida con eso. Yo no quiero que piensen que soy una fresca.

—Pero podrías tener a Axel comiendo de la palma de tu mano, y por lo que he visto, ese chico vale la pena —giña el ojo.

—No sé yo... No busco una follada rápida y ya, quiero que se enamore de mí y...

—Escúchame, en el peor de los casos, te dejaría y te habrías llevado una buena follada —discrepo, habría perdido toda mi dignidad y me deprimiría confirmar que Axel fuese una persona tan mierda—. ¿Qué más puedes pedir? Solo tienes que provocarle un poco.