32. Aftercare

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REBECA

Tan solo puedo escuchar mi acelerada respiración. Tengo todos los sentidos alerta, estoy atenta a cualquier sonido. Y lo de antes creo que ha sido un mechero. Espero que Axel no se haya puesto a fumar. Esto me está matando, estoy en tensión porque no sé qué esperar, y a la vez estoy ansiosa por ver qué tiene preparado para mí.

Hasta que siento cómo algo ardiendo se derrama sobre mi vientre, y chillo.

Axel no dice nada, tan solo acaricia mi zona dolorida. Respiro hondo y trago saliva.

No ha sido para tanto, tan solo ha sido la impresión, nada más...

O eso pienso hasta que derrama un par de gotas más, haciéndome gritar de vuelta. Considero la idea de usar la palabra de seguridad, pero yo puedo aguantar más que esto.

Arqueo la espalda jadeante y siento unas gotas más entre mis senos, pero esta vez hago lo imposible por guardar silencio.

—Muy bien —musita Axel contra mi boca.

Esto es excitante. El dolor se transforma en placer dado el contexto, es algo imposible de explicar, supongo que tan solo lo sientes al entregarte completamente a alguien. Estoy indefensa e inmóvil, soy totalmente suya, y el hecho de que pueda hacer conmigo lo que quiera, la verdad es que es jodidamente excitante.

Escucho un soplido y, posteriormente, los muelles de la cama crujen cuando Axel se levanta. Pasados unos segundos, escucho el sonido de una prenda de ropa al caer al suelo. Entonces noto cómo sus manos separan mis rodillas para abrir mis piernas.

Lo cierto es que, al tener los ojos vendados y no poder verle, no siento tanta vergüenza, sino que me invade la expectación. Siento cómo hunde un par de dedos en mí y comienza a moverlos sin delicadeza. Se siente jodidamente bien, y no tardo nada en llegar a esa sensación de plenitud que precede al orgasmo, pero se separa. Gruño frustrada y agudizo todos mis sentidos cuando agarra mis tobillos.

—No puedes correr te hasta que yo lo diga —dice con malicia antes de pasar la lengua por mi zona sensible. Voy a explotar. ¿Cómo se retiene un orgasmo?

Levanto la cadera, manteniendo un ligero movimiento, mientras su lengua explora en mi intimidad. Succiona ese punto sensible e hinchado, y me dejo ir. Era imposible contenerme por más tiempo.

—Eres una niña muy mala —musita Axel juguetón. Sus manos ascienden hasta mis pechos, mientras los espasmos del orgasmo aún hacen acto de presencia. Aprieta el punto sensible de mi seno izquierdo y chillo. Mi piel está demasiado sensible como para ignorar las sensaciones.

Asciende hasta llegar a mi clavícula y comienza a succionar. Esto dejará marca.

Lo cierto es que pensé que sería abusivo y que me pegaría un latigazo con el cinturón, pero no, de hecho, está siendo muy gentil. Hasta en la forma de hacerme daño, está siendo delicado, y eso es realmente excitante. Puedo dejarme hacer y confiar en que no me hará nada malo, y hay que tener mucha confianza para ceder todo el control a la otra persona.

Los labios de Axel ascienden hasta llegar a mi boca, y el beso ya no es para nada gentil; sabe a desesperación. Se posiciona entre mis piernas y, al echarse hacia delante, aprisiona mis manos entre su torso y mi vientre. Penetra con su lengua mi boca y siento cómo acaricia cada recoveco para separarse y dejarme anhelante, en cuestión de segundos. Tomo aire y, cuando él se acomoda entre mis piernas, me doy cuenta de que aún lleva los vaqueros.

—Quítate la ropa... —jadeo.

—Shhh...

Desliza dos dedos al interior de mi boca y los mueve lentamente, tan despacio, que puedo recorrerlos completamente con la lengua. Su otra mano vaga hasta mi cuello y, con el pulgar, aprieta el lado de mi garganta lo suficientemente fuerte como para dificultarme respirar, pero no tanto como para hacerme daño. Mientras, sus dedos entran y salen de mi boca.

Soy Más Que Un Juego [✔️] [Gallagher #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora