Me ha despertado un grito ensordecedor, uno de esos gritos desgarradores que te mortifican la garganta. Mis manos están temblorosas, como las de quien comete un crimen, y el sabor de las saladas lágrimas despierta mis papilas gustativas cuando me humedezco los labios con la lengua. Yo he gritado.
—Tranquila, tranquila... Solo ha sido un mal sueño...
Enfoco la vista y me centro en el chico de cabello rizado que me rodea con sus brazos y me mece ligeramente para alejar las pesadillas. Y entonces paso del terror al llanto. Me deshago en un mar de lágrimas con el rostro escondido en su pecho.
—Tranquila...
No puedo describir lo reconfortante que es sentir sus dedos en mi nuca, jugando con los mechones de mi pelo mientras mantiene ese ligero movimiento. Entonces aparta el cabello de mi rostro y me mira con una ligera sonrisa.
—Ya pasó, y estás bien. Además, estoy contigo —dice sin borrar esa perfecta sonrisa de su rostro y apartando las lágrimas de mi mejilla con ternura. No conocía esta faceta de Axel—. Así que cálmate.
Es fácil decirlo, pero no puedo dejar de llorar; estoy demasiado abrumada por ese sueño.
Me carcomen los remordimientos. Las últimas palabras que podría haber escuchado mi madre son «Eres una persona tóxica». ¿Qué clase de hija soy? Yo sí que soy una persona tóxica.
—Tranquila... —musita una vez más mientras desliza su mano por toda mi espalda.
—Soy una persona tóxica —musito. Dicho en voz alta se hace mucho más real y mucho más doloroso. Hundo el rostro de nuevo en su pecho, incapaz de mirarle a los ojos.
—No, pero ¿qué tonterías estás diciendo? —acaricia mi cuello haciendo movimientos circulares con el pulgar y besa mi coronilla—. Eres la persona más buena y especial que he conocido.
Niego enérgicamente sin apartar el rostro de su pecho, a pesar de que siento cómo me empieza a faltar el aire.
—Irrumpo en la vida de las personas y lo fastidio todo...
—Que tonta eres —me interrumpe y besa mi coronilla repetidas veces con cariño—. Tranquila...
Estoy hecha un manojo de nervios, no dejo de pensar en mi madre y, desgraciadamente, soy de esas personas que siempre se ponen en lo peor.
Empiezo a hipar y Axel me aparta con cuidado y me toma de las mejillas para mirarme a los ojos. No puedo ni imaginarme lo horrible que debo de verme.
Espero que diga algo, ponga alguna expresión de asco o cualquier cosa por el estilo, pero hace todo lo contrario. Desliza el pulgar por mi mejilla y sonríe. Entonces desliza las manos por mi cuello hasta sus hombros, donde se detiene a acariciar mis clavículas y continúa por mis brazos hasta tomar mis temblorosas manos. No era consciente del temblor. Acaricia haciendo movimientos circulares con el pulgar y, de repente, las suelta. Entonces me siento sola y jodidamente necesitaba.
—¿A dónde vas? —pregunto con desesperación al ver cómo se levanta de la cama.
—Espera un momento, te prometo que no tardaré nada —musita inclinándose para besar mi coronilla una vez más, antes de salir de la habitación.
Siento cómo el mundo se me cae encima. Me abrazo las rodillas y entierro el rostro para llorar lo más silenciosamente posible. Hasta que la mano de Axel delinea con precisión mi columna.
—Ven aquí —musita mientras toma todo mi cabello con cuidado. Alzo el rostro y sorbo. Estoy al borde de un ataque. Nunca en mi vida me había puesto así, y la verdad es que me siento bastante estúpida, pero no puedo dejar de llorar.
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Soy Más Que Un Juego [✔️] [Gallagher #2]
Romance[Historia finalista de los Wattys 2021] Rebeca lleva años loca por Axel, el hermano de su mejor amiga, aunque muy a su pesar, no han intercambiado más que un par de saludos. Pero eso esta a punto de cambiar; Axel empezará a cruzarse en su camino y p...