Soy Más Que Un Juego [✔️] [Gallagher #2]

Capítulo Extra: Te amo

¿Has sentido alguna vez que todo va demasiado bien como para ser real? ¿Qué todo podría ser un sueño del que no quieres despertar?

—Rebe... Eh, te estás quedando dormida.

Esbozo una ligera sonrisa al escuchar su voz y niego. Tengo que hacer un esfuerzo sobre humano para abrir los ojos, y mi sonrisa desaparece en cuanto lo consigo. Suspiro aburrida y vuelvo el rostro para ver a Axel; quien sonríe divertido.

—Me muero de aburrimiento —susurro. Tomo el bolígrafo de la mesa y golpeo repetidas veces la libreta con este, buscando alguna distracción.

—Creo que puedo ayudarte con eso —musita el ricitos. Cuando deja su bolígrafo sobre la mesa, veo que la hoja de su libreta está casi completa y con letra impecable, mientras que yo no he hecho más que un esquema en sucio.

Abro la boca para preguntar, pero me detengo al sentir su mano sobre mi muslo. Desliza los dedos por mi piel y asciende hasta llegar al borde de la falda.

Miro a nuestro alrededor de forma refleja, pero todos parecen tener la vista fija en la pizarra. La mano de Axel se desliza hasta la parte interna de mi muslo y me sobresalto cuando roza mi ropa interior. Me vuelvo para mirarle, pero él permanece impasible mientras mira al frente, aunque creo que acaba de sonreír; o tal vez lo he imaginado.

Su mano se desliza hacia arriba y, como sé perfectamente cuáles son sus intenciones, cierro las piernas.

—Aquí no —musito firme.

Él retira su mano sin mirarme siquiera y bufa. Ahora está molesto.

Pasamos el resto de la clase en silencio. Esto es aburridísimo, pero no puedo negar que tener a Axel a mi lado es un consuelo.

Al terminar la clase, el ricitos sale sin esperarme; pero no voy a ceder como él quiere. He herido su orgullo, y ahora pretende fastidiarme como venganza.

Recojo mis cosas y, al salir de clase, me detengo en el pasillo para observar cómo Axel charla con una de las chicas que se sientan tras nosotros. Se me eriza todo el vello del cuerpo ante el pensamiento de que haya podido ver lo que ha ocurrido en clase, pero, al ver cómo ríe, lo descarto y me tenso por el hecho de que está coqueteándole a mi novio.

Me acerco decidida y me engancho al brazo de Axel. No puedo pasar por alto su sonrisa maliciosa.

—Cariño, tengo algo de prisa por llegar a casa —me estiro para besar su mentón y, tras darle una mirada suspicaz a la chica, sonrío satisfecha.

—La verdad es que yo también me tengo que ir —hace un gesto con la mano para despedirse de forma incómoda, y da media vuelta. Cuando la pierdo de vista, me aparto de Axel.

—Peliazul, eres mala —dice divertido mientras me pasa el brazo por encima de los hombros y me pega a su costado.

—Axel, no quieras jugar a esto, porque sales perdiendo —espeto. Sorprendente, ¿verdad? En estos últimos meses con Axel he ganado mucha confianza.