6. Conversaciones con el ricitos

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REBECA

No sé si estoy triste, enfadada, loca o quizá de todo un poco. Es que no entiendo porque siempre le da la razón a él, quiero decir, yo soy su hija y a mí ni siquiera me escucha.

—Pero mamá, no es culpa mía, yo no lo he dejado ahí, ni siquiera...

—Rebeca, no sigas —me interrumpe con voz severa e impasible. Esto es tan frustrante...

—Yo lo dejé allí, sobre el mueble de la pecera. ¡No es mi culpa que alguien lo haya puesto en la mesita! —me defiendo, aunque sé que no servirá de nada.

—El mueble tampoco es su sitio —dice mi padrastro entrando a la cocina. Ya está, con el tío este aquí, ya no tengo nada que hacer. Y pensar que hace unos días mi madre y él casi terminan... Demasiado bueno para ser real.

—Pero en el mueble no se hubiera caído —entorno los ojos con molestia, y él suelta una risa sarcástica de lo más irritante.

—El mueble, otra cosa igual. Ahí está, lleno de tus porquerías y con la pecera sucia.

—¡No son porquerías, son mis libros! —estallo.

—¡Que ya está bien de discusiones! —la que grita esta vez es mi madre—. Te voy a acabar mandando a un internado para no tener que aguantar esto.

—Pero ma...

—¡Vete a tu habitación!

Ahogo un grito cargado de frustración y subo a mi dormitorio, sin pensarlo dos veces, cierro de un portazo.

—¡Como suba, te vas a tragar la puerta! —chilla mi madre desde la cocina.

Ahogo otro grito y me tiro sobre la cama.

Mi móvil replica en la mesita. Qué oportuno.

Varias notificaciones de Instagram, nada importante, y un mensaje de WhatsApp de un número desconocido; no es más que un simple Hola.

Entro en la aplicación y miro la imagen de perfil del número desconocido, mi corazón da un vuelco.

¡Es él! ¡Es él! 

La foto que tiene de perfil ya la había visto antes; es una en la que está sentado en uno de los bancos de piedra del parque. Esa foto es demasiado natural y deja claro que se la tomaron sin avisar. Es increíble, ¿a quién le toman fotos desprevenido y sale tan bien?

Titubeo antes de abrir el chat.

Yo: Hola.

Miro el mensaje, creo que es demasiado soso. ¿Debería escribir algo más? No, no quiero quedar como una acosadora.

A la hora de añadirle a contactos titubeo, pero finalmente me decido a agregarle como Ricitos, creo que es el apodo que mejor le queda.

Me sobresalto cuando me llega otro mensaje suyo. Caray, que rapidez. Menos mal que había salido del chat.

Ricitos: ¿Qué hace una señorita como tú despierta a estas horas?

Su mensaje me hace sonreír. Si él supiera... Estaba discutiendo con mi madre y su odioso novio a las doce de la noche. ¿No es irrisorio? Titubeo antes de responder.

Yo: Nada interesante. ¿Y tú?

Ricitos: ¿En serio lo quieres saber?

Mi sonrojo es inmediato al leer su mensaje, me alegro muchísimo de que no pueda verme.

Ricitos: Es broma, tonta.

Yo: Que gracioso :)

Ricitos: ¿Ya te habías hecho ilusiones?

Soy Más Que Un Juego [✔️] [Gallagher #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora