Capítulo 14: ¡Fuera máscara!

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Emile salió afuera y corrió rodeando la casa hasta llegar junto a la ventana del comedor, en donde Alice y Erik llevaban a cabo una conversación muy seria sobre el porvenir de Gemma y Marius...

¿Y por qué oyó a su tío pronunciar "Emile" y "Louis" con tanto desprecio?

Se arrodilló bajo la ventana y observó a aquellos ancianos que se miraban con odio vivo. Sentía que estaba haciendo algo incorrecto pero, al fin y al cabo, si habían pronunciado su nombre y el de su mellizo significaba que los involucraba y debía saber de qué se trataba aquello.

- Marius siempre ha sido un muchacho diferente - admitió la mujer desviando la vista - Pero diferente no es sinónimo de estúpido y puede usted dar por seguro de que hará lo que le parezca correcto.

- ¿Qué es lo correcto para Alice D'Azur? ¿Tener a sus hijos de títere?

Alice apretó la servilleta con el puño.

- Eso es un insulto para mis hijos y no se lo permito...

- Vamos, Alice. Puedes engañar a todo el mundo pero no a un hombre como yo. Louis se casó con la muchacha alemana y se fue a ese país donde, ¡qué casualidad!, no había ninguna tienda "D'Azur pañuelos" y ahora hay, fácil 20. 

- ¡Claro! Mis hijos ayudan a mi esposo en...

- Y después está Emile... El desgraciado de Emile, creyendo que va contra tus ideas al quedarse soltero por toda la eternidad y no hace más que obedecer a tu capricho de madre parásito que no puede vivir sin su hijo favorito. Él piensa que es muy independiente y libre de tu influencia y, sin embargo, es el que más jodido está.

Ella negó con la cabeza muy lentamente. Emile se aferró al marco de la ventana con los dedos para no caer. ¿Hasta dónde aquello era cierto? Pasó saliva sintiéndose enfermo y continuó escuchando.

- Y Marius... ¡El descarriado le dicen! ¿Cuánto tiempo pasará hasta que deje esa estúpida carrera de economía y se vaya a estudiar periodismo con ese amigo suyo?

Emile abrió los ojos con sorpresa. Creía que él era el único que sabía que Marius dejaría economía para estudiar periodismo con Cavaliers. En realidad eso era algo que su hermano menor le confesó en un momento de mucha tristeza y frustración y le pidió que no se lo dijera a nadie... ¿Cómo lo sabía Erik?

Alice se levantó de su asiento lanzando una carcajada que por poco logró opacar la melodía que Gemma ejecutaba en el piano. Se acercó al estante de los licores y cogió una botella.

- ¡Necesito un trago! - exclamó riendo - ¿Quieres beber algo, cuñado?

- Lo que tu tomes estará bien para mí - respondió Erik con serenidad. 

Ella se acercó a la mesa y sirvió whisky para ambos. Se sentó otra vez frente a él y lo miró de una forma que no le gustó para nada a su hijo. Casi sintió ganas de entrar en esa sala y ordenarle que respete a su padre, que una señora no mira de esa manera a los demás hombres y menos si son de la familia.

- Veo que sabes muchas cosas sobre mi familia o crees saberlas. 

Erik bebió de su copa y se detuvo a pensar su respuesta para añadir suspenso al momento.

- En realidad sé muchas cosas sobre ti... - metió su mano dentro de su saco y de él extrajo el cuaderno amarillento de Madeleine - Me expresé mal, sabemos muchas cosas sobre ti.

Depositó el cuaderno sobre la mesa con delicadeza. Alice lo miró sorprendida. 

- ¿Sabemos? ¿Madeleine y tú? - interrogó en tono de burla.

Lo que fue #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora