Capítulo 20

113 8 0
                                    

En aquel silencioso y tranquilo santuario, un portal en forma de desgarro se abrió en la sala principal, y de este salió Scarlett, quien cargaba en sus brazos a un posible cadáver de Hope. Elena estaba envuelta en confusión, pero el susto era mayor en ese momento. La encontraron, "muerta", en el baño de una gasolinera gracias al portal que abrió el Kraant. 

—¿Qué le ocurre? Scarlett, ¿Estará bien? ¿Cómo es que el fuego morado nos dio su ubicación? ¡Vamos con un maldito médico! — preguntó envuelta en histrionismo.

—Cálmate — bramó Scarlett, bastante tranquila, cerrando el portal a sus espaldas —. Los hechiceros somos duros de roer.

—Pero Hope no es ninguna "hechicera". Es una mujer normal. No tiene super poder alguno.

—¿En serio dijiste "super poder"?

—¡Llevemosla a un jodido hospital!

—Se nota que eres más humana que hechicera — rió levemente.

Scarlett llevó a Hope a una habitación bastante rara, pues a diferencia de tener libros y pergaminos antiguos como el resto del santuario, había una docena de banquillos, o al menos eso parecían, pues se trataba de pequeñas cajas con el famoso símbolo del caduceo sobre estos.

La hechicera de rojo colocó delicadamente a Hope sobre uno de estos, y, de manera muy extraña, el pequeño banquillo empezó a "escanear" su cuerpo haciendo uso de una luz verde que la rodeó de pies a cabeza. Posteriormente, el cuerpo de Hope comenzó a levitar sobre el banquillo/pedestal y se encerró sobre una burbuja enorme del mismo color de la luz. Hope seguía sin reaccionar.

Una pantalla holográfica se hizo presente bajo la burbuja verde. Tenía una escritura bastante rara, ya que era como si un médico árabe lo haya escrito. Elena estaba boquiabierta... su hermanastra estaba flotando dentro de una burbuja (de hecho, muy similares a las que ella está acostumbrada a invocar) sin reaccionar. Su cuerpo estaba pálido y comenzando a teñirse de morado, su cabello había perdido brillo y podían percibirse las venas en sus parpados.

—Sca-Scarlett... ¿Qué le estas haciendo? — musitó airosamente.

Scarlett alzó la palma de la mano, en señal de que guardara silencio un segundo, puesto que ella estaba analizando aquella escritura ininteligible para un ser humano.

Después de algunos segundos, rompió el silencio con Elena.

—Está muerta — dijo.

—¡¿QUÉ?! — gritó Elena. Su corazón se aceleró a 180km/h en un segundo.

—Pero revivirá.

—¡¿QUE?! — espetó, pero con una sonrisa esta vez.

—Ella es una hechicera como nosotras. Estas cámaras nos permiten revivir más veces que un gato.

Elena seguía sin quitar su expresión entre asustada y "¿Qué carajos está pasando?". Scarlett captó el mensaje corporal y volvió a empezar.

—Está burbuja es una cámara de sanación y nos permite curar cualquier herida, así como traernos a la vida cuando perecemos. Fue otro gran invento que nuestros Ancestrales nos legaron — extendió los brazos a manera de admiración.

—Muy bien — expulsó el aire que no había sacado desde que vio a su hermana en este estado —. Entonces... ¿Por qué no despierta?

—En palabras simples: porque está bien muerta. Su estomago se paralizó completamente. Sus pulmones están comprimidos 50% menos de su tamaño original y la sangre de sus venas está coagulada, ademas de...

—Okey, okey, para — interrumpió Elena — ¿Por qué?

—Por qué ¿qué?

—Ella... no... tiene... poderes — contestó Elena pausadamente.

La Profecía de ARKADIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora