BATALLA DEL COLISEO

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Roma, una de las ciudades más importantes de Italia... eso sin mencionar que albergó al imperio (humano, al menos) más poderoso de todos los tiempos. El tiempo obsequio la hora dorada para los fotógrafos, pero los ciudadanos no tenían tiempo para apreciar tal hermoso paisaje, puesto que un extraño fenómeno, el cual parecía ser un portal en forma de agujero negro, se manifestaba a escasos metros sobre del histórico coliseo romano. Las autoridades estaban haciendo lo posible por alejar a los civiles de la zona, acordonar el área y esperar por algún tipo de reacción de aquel fenómeno, pues hasta el momento no se había cobrado ni una sola alma ni estaba causando un "problema" como tal. Simplemente estaba ahí. Flotando.

Como estamos en plena revolución tecnológica, las masas no tardaron en subir vídeos a YouWatch y S-Talking (solo por mencionar dos sitios web, pero internet estaba infestado. Y no estas para menos) con sus celulares, a la vez que el barullo se hacía cada vez más ensordecedor mezclándose con las sirenas de alarma de la policía Italiana.

—¡Miren, ahí! — exclamó una señora entre el tumulto de gente (En italiano, claro, pero yo me encargo de traducir esto para ti) señalando un objeto que surcaba las nubes y aproximaba al coliseo — ¿Es un avión?

Todos los celulares apuntaron hacía el objeto el objeto que acababa de salir de la nada, y gracias al potente zoom de los teléfonos actuales, ademas de cámaras digitales de los turistas, pudieron identificar qué era lo que iba directo a la boca del lobo.

—¡Es la heroína de Silicon Valley, Mystik! — gritaron varias personas.

Elena mermó su vuelo y aterrizó en la cima del coliseo. Iba directa a resolver el caso del agujero flotante, pero algo llamó más su atención que aquel enorme portal; el coro de las personas ahí abajo, pues todos exclamaban simultáneamente el Alter-Ego de la heroína levantando los puños.

"¡Mystik!, ¡Mystik!, ¡Mystik!, ¡Mystik"

 Elena se dio media vuelta para apreciar a la multitud que la aclamaba.

—No sabía que era famosa hasta en Italia — dijo Mystik sonriendo de oreja a oreja —. Me siento como el césar.

—Creo que el solo hecho de que exista un superhéroe en el mundo ya es motivo para que todos hayan oído hablar de él. Ademas, estamos en la era del internet — dijo una voz en su cabeza.

A la chica se le congeló la espina dorsal al escuchar esa voz como si trajera manos libres o el comunicador que usaba antes.

—¿Peter, eres tú? — se llevó el dedo índice a la oreja derecha a manera de acto de inercia, pues ella misma sabía que no había ningún artilugio ahí.

—Somos todos — contestó Scarlett —. La flama no solo nos permite ver lo que tu ves, también nos permite comunicarnos contigo y escuchar lo que tu escuchas.

—¡Y sin lag, al parecer! — dijo Peter.

—Será mejor que entre ahí. Creo que eso es lo que "El Chacal" quiere — dijo Mystik mientras levantaba lentamente la mirada para plantar cara a ese enorme agujero negro.

La heroína se elevó nuevamente al cielo para atravesar el agujero. Todo se puso blanco en cuanto fue engullida. Perdió toda la capacidad de sus sentidos por varios segundos, es decir, no podía sentir su propio cuerpo ni escuchaba nada y, de la misma manera, el Kraant mermó la comunicación con la heroína, así que todos en el santuario no sabían que estaba siendo de ella.

—¡Elena! — gritó Leon —. ¿Puedes oírnos? ¡Carajo, Elena!... ¡Elena!

La chica recuperó la vista, y todos sus sentidos, de forma repentina.

La Profecía de ARKADIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora