Shennanigan's bar, Silicon Valley, 19:12pm
Peter y Leon disfrutaban de un poco de tiempo de calidad con un par de cervezas bastante frías en las manos. Curiosamente era un viernes algo flojo para el bar, pues a partir de las siete de la noche la gente empieza a abarrotar el sitio, que ha cobrado más fama de la que ya tenía. De cualquier manera, era una noche un poco ventosa también (probablemente por eso la gente no tenía ganas de emborracharse), y el lugar se ambientaba con música de Soundgarden y The Cranberries. Leon se sentía veinte años más joven en ese momento.
—Y bien, Leon, ya es momento de que me hables de tus aventuras en... donde quiera que hayas estado cuando te desapareciste — dijo Peter dándole un trago a su cerveza.
—Mh — sonrió —. Yo creo que no.
—¿Por qué? Ha pasado ya mucho tiempo desde que nos conocemos, creí que ya me tenías confianza.
Leon se relajó un poco, pues comprendió que esa onda de tipo rudo ya no empieza a calzar mucho con alguien de su edad.
—Está bien. Pasé un tiempo en Mercy, un lugar olvidado por la ley y el modernismo, cerca de Arizona — le dio un trago a su cerveza.
—¿Qué hacías ahí? — arrugó la cara.
—Al principio estaba huyendo, pero luego termine envuelto en una serie de problemas con una chica.
—Si Elena estuviese aquí, ya te hubiese arrojado un barco encima — carcajeó.
—No ese tipo de problemas. Es una larga historia.
Peter miró su reloj, tragó saliva y se aclaró la garganta.
—Creo que tengo algo de tiempo. Venga, cuéntame tus aventuras.
Leon miró a un costado del lugar, apartó su cerveza, entrelazo los dedos y ser acercó un poco más a la mesa, como si tratase de hablar con discreción.
—¿Recuerdas a esa chica que fue perseguida por el D.A.S.G, en Hawk?
Peter apretó los labios, enarcó las cejas y miró al cielo por unos segundos, como si dios tuviese la respuesta.
—Su nombre era Amelia Costa... Algo así, ¿No?, da igual, le dieron caza y ahora esta muerta. Pero eso fue hace mucho.
Leon esbozó una sonrisa y rió en voz baja.
—Espera... ¿Estas diciendo que...?
—Así es.
Mientras tanto, en el hogar de Peter, en Oakland, Hope estaba esperando la llegada de su novio, y estaba limpiando la pecera para matar el tiempo, pero imagina la sorpresa de la chica cuando, al acercar sus manos al agua, sintió una clase de atracción como si sus manos y el líquido fueran imanes.
—¿Qué carajo? — susurró.
Al acercar la mano, e intentar meterla al agua, se abría un agujero que evitaba que su mano se hundiese. Sacó la mano rápidamente por el susto, pero al hacerlo, todos esos litros de agua salieron de la pecera, pero se quedaron flotando en el aire. Hope estaba que no podía parpadear e incluso había dejado de respirar. No podía creer que estaba controlando con sus manos un chorro de agua a voluntad. Inmediatamente recordó a Elena cuando ella jugaba con sus propios rayos de energía, revotandolos entre sus manos, así que empezó a hacer lo mismo. Su cara de susto cambió a una de intensa emoción, ya que eso confirmaba que había obtenido, de alguna manera, poderes al igual que su hermana. Sin esperar un segundo más, corrió hasta el sofá en donde había dejado su celular, lo tomó con desesperación, se fue a la aplicación de contactos y seleccionó: "Ely"
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La Profecía de ARKADIA
Science FictionElena Glitter, historiadora de 25 años, residente de Silicon Valley, descubrirá que la historia de la humanidad no ocurrió como profesan los libros. Ella, junto a su hermanastra, se embarcarán en una épica odisea por descubrir los secretos de una a...