CAPÍTULO 4 - Historia de Juanse

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Juanse

En este momento me encuentro en la cocina preparando el desayuno para la bruja de mi tía y mi prima a las 05:00 AM. Muchos se preguntarán ¿qué hace un chico de diecisiete años cocinando para su "familia"? pues fácil soy el esclavo de esas dos brujas; tengo que cocinarles, lavarles, asearles los cuartos, baños, y todo lo demás...

Si, ya lo sé, si eres hombre querrás golpearme y estarás pensando que soy un "tonto" por dejarme mangonear de dos mujeres y si eres mujer dirás "pobrecito", me tendrás mucha lástima, aunque también querrás golpearme. Y los entiendo. Les explicaré mis razones que tal vez no tienen sentido para ustedes, pero para mi sí.

La bruja (mi "tía") me dijo que al yo tener dos años, mis padres salieron de viaje y el avión donde iban cayó, explotó y todos murieron por lo que me quedé huérfano y ella decidió tenerme bajo su "cuidado", y estas fueron sus palabras cuando cumplí los ocho años: "al quedarte huérfano me apiadé de ti y como soy una dama de corazón grande te adopté y decidí darte un techo, educación y por supuesto alimentación, pero a cambio debes servir de algo porque no aceptaré vagos, ni buenos para nada en mi hogar así que, hasta que cumplas la mayoría de edad servirás de algo. Cuando ya seas mayorcito te irás y haras tu propio dinero, por ahora trabajarás para mí para que pagues lo que comes, vistes y gastes en el instituto. Y dame las gracias por no abandonarte en una casa hogar o tirarte a la calle. Eres familia y a la familia no se le da la espalda." Eso dijo cuando yo aún era un niño y desde entonces trabajo para la loca y malvada mujer que se hace llamar mi tía y así poder comer, tener un techo y no vivir en la calle.

Al tener catorce años, me encontraba limpiando su oficina y por casualidad o cosa del destino vi unos papeles de la notaría donde se encontraba la palabra "herencia", y mi nombre con apellido, ese día entendí que la "compasiva" de la bruja se ha estado alimentando y vistiendo con ¡MI DINERO!...esa noticia calló como un balde de agua fría. Me congeló. Pero descubrí la verdad a medias. Al tener dieciséis me hice unos análisis de ADN a escondidas de las brujas, porque me parecía extraño que esas feas cabezas huecas fueran mis parientes, no teníamos parentesco alguno, tanto físico como emocional y obviamente neuronal...y ¿adivinen qué? No éramos "familia". Las brujas resultaron ser la señora de servicio de mis padres con su hija y como al parecer no tengo más familia decidieron decir una "pequeña mentirilla". Nótese el sarcasmo.

Sí, lo sé, esto es una historia de locos pero real porque resulta que la empleada se convirtió en mi tía y su hija mi prima, y yo el hijo del patrón en el esclavo de ellas. Hasta los catorce creí que la bruja era compasiva por no tirarme a la calle y dejarme morir de hambre, por darme de "su dinero" y yo a cambio las ayudaba.

Desde los catorce me di cuenta que esas desgraciadas me estaban robando y malgastando mi fortuna, eran unas arrimadas, mantenidas y mentirosas. En ese entonces hice como si no supiera la verdad para no alterarlas e hicieran algo con respecto a los documentos o dinero y tal vez conmigo porque los accidentes suceden a diario. Y yo podría estar en uno de ellos, si no las conociera tan bien, no lo imaginaría.

A los dieciséis descubrí que esas malvadas no eran parientes, si no unas avispadas que decidieron quedarse con lo mío y por ello seguí fingiendo no saber nada hasta cumplir la mayoría de edad y hacerme cargo de mi dinero y por supuesto colocar a esas mentirosas y embusteras en su lugar ¿que cómo? Sencillo, les daré dos opciones: primera; ir a prisión eternamente y segunda; volver a ser las empleadas de mi casa. Estoy cien por ciento seguro que elegirán la segunda opción, yo lo aria, es ahí cuando empezaré mi dulce venganza. Y cómo lo disfrutaré.

Solo de imaginarme a la creída Sophia (mi "prima") con un uniforme grande y horrendo en cuatro patas fregando los pisos de la perrera me hace dar ganas de besar mis propias mejllas por la emoción. Ahora la bruja de Ruca (hasta su nombre es horrendo) fregando los baños hace de esta tortura y silencio más llevadero y con muchas expectativas de lo que se vendrá. Ya falta solo dos meses para cumplir los dieciocho y cuento las horas y días para poner a esas malvadas y aprovechadas mujeres en su lugar.
¿Ahora si entienden mis motivos para soportar ser el esclavo de esas dos? Espero que sí...

Soy Mate de ¡¡UNA LOBA ALFA!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora