CAPÍTULO 45 - "Le Mientes"

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Mara

Aún no puedo creer que ese pedazo de viejo decrépito intento fallido de hechicero se haya auto dormido para tomarse una pequeña siesta como si estuviera en la playa tomando el sol, mientras yo estoy con los nervios de punta y asustada hasta la médula a causa de todo lo que está pasando. Sin mencionar que mis cuñados están sobre mí borbandeandome a preguntas y asaltando mi cuerpo en busca de creo yo heridas. Veo a unos correr, otros gritar órdenes pero estoy en una especie de shock espontáneo a causa de todo lo sucedido en estos últimos días o tal vez horas que para mí fueron años.

Mi cabeza trabaja a la velocidad de la luz (si eso es posible) procesando todo; Isaías, mi manada, mi mate, mi embarazo, el tío de mi mate, el secuestro y...como un resorte me levanto del suelo soltando a Martín sin importarme lastimarlo más en el proceso y voy directo al hermano de Juanse, sin darle a él o a mí tiempo de pensar empuño mi mano dándole con toda la fuerza, rabia y coraje un puñetazo en la mandíbula de este haciéndole crujir el hueso, ni siquiera siento dolor o malestar solo una increíble satisfacción al verle sangrar y saber que rompí su quijada .

- agradece que mis bebés siguen con vida o sino te hubiera roto todos y cada uno de tus huesos pedazo de imbésil. - gruño con ira contenida - los quiero a ti y a tu hermana lejos de mí y mi mate porque no respondo pedazo de mierda.

Puedo apreciar la sorpresa en su rostro y también lo que parece ser culpa pero en estos momentos me importa tres hectáreas de rábano lo que él crea o sienta al igual que esa maldita bruja la cual me ve con desconfianza. Me acerco a ella quedando cara a cara sin importarme que afuera estén luchando con esos dos guardianes y la manada esté siendo destruida, solo deseo sacar mi rabia en palabras antes de ir a desgarrar gargantas y bañarme en la sangre de todo aquel que atente contra la vida de mi familia y manada.

- y tú mugrosa - digo mientras sé que mis ojos han tomado ese color amarillo indicando mi total furia - agradece ser la hermana de mi mate porque de no ser así te haría sufrir tanto que suplicarías te den muerte y mientras tanto me deleitaría viendo cómo la vida abandona tus ojos. - puedo ver por primera vez miedo en lo profundo de su mirada y yo sonrío como una verdadera lunática - nadie se mete con mi mate y mucho menos con mis hijos, solo por Juanse no te mato pero no te confíes que apenas y termine todo esto pondré un castigo sobre ti y tu hermano y ni siquiera mi mate podrá evitarlo porque la ley es la ley o sino la pena de muerte a todo aquel que la desobedezca. - tal vez me pasé de grosera pero en este preciso momento no me interesa en lo absoluto mis modales y menos mi vocabulario.

Por el horror que empaña su mirada me entero que ya sabe a lo que me refiero por lo tanto con una sonrisa triunfal tomo su cuello con mi mano derecha apretando solo un poco y gruño como un verdadero animal a milímetros de su asustado rostro sellando mi promesa para luego dar media vuelta y dirigirme hacia la batalla sin mirar atrás con sed de sangre y venganza.

Al salir puedo ver a varios lobos y otros aún en su forma humana con armas en sus manos luchando contra los dos guardianes, hay sangre por todo el patio de la casa pero esos dos seres que ni siquiera nombre puedo darles están en perfecto estado a pesar de tener heridas, lo que indica la mayor cantidad de sangre es de los otros.

Me asombra el poder de resistencia que tienen y la capacidad para soportar el dolor, es más, ni siquiera se les ve un mínimo gesto de cansancio o se le ven adoloridos, al contrario con el tiempo se van volviendo mucho más fuertes y eso es un poco espeluznante. Lo que me desconcierta de sobremanera no es tanto su porte o músculos sino esos escalofriantes ojos; carentes de vida, tan jodidamente vacíos y muertos que de verdad da un poco de terror verlos detenidamente y no encontrar más que la nada en ese par de esferas.

Como una guerrera inteligente no me voy de lleno sobre ellos, al contrario, espero un rato alejada de la masacre observando cada mínimo movimiento que hacen, pendiente a cualquier signo de debilidad en sus cuerpos porque estoy segura lo tienen. Los segundos pasan como si fuesen minutos y a cada momento me desespero más al ver cómo los guerreros de la manada de Juanse se van debilitando y hasta parece ser que dos han perdido la vida. Cuando creo no tienen debilidades me percato de algo que saca una sonrisa victoriosa de mis resecos labios antes de caminar en su dirección.

Soy Mate de ¡¡UNA LOBA ALFA!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora