CAPÍTULO 23 - "Tus deseos son ordenes"

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Mara

Estoy arrepentida por el mal rato que le hice pasar a mi mate, por hacerlo quedar en ridículo frente a mis amigos y más aún por hacer que se enoje conmigo. No pasaron ni cinco minutos desde que Juanse se retiró de la mesa y ya me encuentro subiendo las escaleras, siguiéndolo por su olor, el cual me lleva a la terraza.

Al llegar puedo verle de pie frente al abismo observando el bello bosque que rodea la casa y todo nuestro territorio. Se ve perdido en sus pensamientos, los cuales podría escucharlos pero respeto su privacidad así que no me atrevo a indagar en ellos. Me acerco lenta y silenciosamente hacia él, cuando llego a su lado giro mi rostro para poder ver su perfil gracias a la poca iluminación de las lámparas. Después de unos segundos en los que ninguno habla decido romper el tenso silencio.

- lo siento mucho mi amor ¿podrías por favor y perdonarme?.

Pasan varios segundos sin obtener respuesta alguna de su parte, no sé si es porque no me ha escuchado o porque realmente está demasiado enojado y decide ignorarme a propósito.

- por favor, no me ignores que me duele mucho. - le digo esta vez mentalmente, por nuestra conexión especial al ser mates y él tener mi marca que por cierto es bellísima. Tiene una hermosa media luna y la mitad de un sol, estos se encuentran entrelazados hermosamente. Al seguir sin obtener reacción alguna de su parte decido desistir y darle más tiempo a solas.

- te amo y...realmente me arrepiento por lo que te hice pasar frente a mis amigos, pero si me preguntas lo hice a propósito, no lo fue, solo quería llamar tu atención, no esperé fueras tan nervioso y con ese simple gesto te atragantarías con la bebida al yo tomarte desprevenido, lo siento.

- ¡ay que lindo! Me conmoviste un poco chica...¡¡pero eso no arreglará el problema con nuestro mate!! - me grita Lía enojada. ¡puff! lo que me faltaba.

- iluminame su santidad ¿qué lo hará entonces?

- el sexo, eso lo hará. Acércate, bésalo e incítalo para que pasemos un buen rato en la cama y después de eso, se le pasará.

- ¡¿qué?! Estas loca realmente y no vuelvas a darme tus "consejos" si no quieres que él salga pitando de aquí y nos abandone a las dos. - le respondo un poco irritada por sus estúpidas e inservibles soluciones.

Giro dispuesta a marcharme pero una suave y cálida mano me detiene de la muñeca, levanto el rostro y veo a mí Juanse a los ojos, expectante de lo que dirá, sin embargo jamás esperé lo que hizo; Me jala haciendo que nuestros pechos choquen, toma con una de sus manos mi mentón y alza mi rostro para darme un cálido y apasionado beso, mientras me rodea de la cintura con su mano libre apegándome más a su tibio y cómodo cuerpo. Al principio quedo un poco desorientada por esa repentina acción de mi mate que por cierto, es muy tímido. Pero al cabo de unos para nada eternos segundo le correspondí y tomé el control de la situación, rodee su cuello con mis brazos e intensifiqué el beso convirtiéndolo en una guerra de lenguas y mordidas por el control. Juanse se separa y yo gimo en protesta.

- no saldré pitando de aquí y con respecto al sexo, Lía tiene la razón, aunque solo por hoy.

Juanse quiere unir nuestros labios en otro beso pero le detengo y me aparto un paso con los ojos bien abiertos al igual que mi boca por lo que me acaba de decir.

-¿co-como lo hi-hiciste? - le pregunto asombrada al igual que asustada por la información que me acaba de dar.

- no te entiendo -. Frunce el ceño desconcertado por mi pregunta.

-¡¿cómo demonios lograste escuchar mi conversación con Lía?! - le grito al borde de la histeria. Jamás un humano ha podido leer la mente de su mate como lo hace un hombre lobo y aunque los dos sean hombres lobos nunca pueden oír la conversación privada con su lobo interior, tan solo pueden escuchar sus pensamientos o sentir sus emociones, pero nada más. Eso que Juanse acaba de hacer nadie lo ha hecho, al menos no que yo sepa y yo sé demasiado.

- e-eso es nor-normal ¿verdad? - pregunta algo nervioso y asustado. Solo puedo negar con la cabeza porque realmente no tengo palabras para lo que él pudo hacer hace un rato.

- ¿qué fue lo que escuchaste? No te saltes nada por favor -. Lo llevo a una tumbona para que estemos más cómodos y para ser sincera la calentura que tenía, se fue de paseo.

- pu-pues, luego de que hablaste en mi cabeza, simplemente seguí escuchándolo todo. Logré oír tu conversación con Lía, junto a tus pensamientos y...creo los de ella también. - él me observa expectante y en espera de una explicación, pero ni yo lo sé.

- n-no sé cómo y porqué lograste hacer eso pero te aseguro no es normal en un humano Juanse.

- tal vez solo fuiste tú la que sin querer y saber lograste proyectarme lo que hablabas con Lía.

- amm...sí creo solo fue eso y no sé como lo logré. - respondo sin convencerme realmente.

Estoy sentada de lado en la tumbona frente a mi mate quien está perdido en su mundo (como siempre) mientras muerde inconscientemente su labio inferior de una manera tan provocativa que hago a un lado mis dudas y preguntas sobre lo sucedido y me lanzo contra él para luego atrapar su labio entre mis dientes delicadamente mientras lo chupo a la vez que lo jalo hasta que se suelta de mis dientes, así que comienzo a besarlo con pasión y necesidad ya que, son tres largos y tortuosos días sin hacer el amor con él, le necesito demasiado en este momento.

- vamos a la piscina amor. - le digo mientras lo llevo de la mano hacia el agua cristalina y tibia que nos espera.

Al llegar a la orilla, suelto su mano, empiezo a desvestirme lentamente frente a sus atentos ojos que no se pierden detalle alguno de mis movimientos. En el momento de llegar a mi brasier lo desabrocho de la parte frontal dejando expuestos mis pechos, los cuales se erizan al tener contacto con la brisa nocturna.

- podrías ayudarme con la tanga por favor.

- cla-claro.

Se acerca despacio y con su habitual nerviosismo llega frente a mí y lentamente comienza a caer de rodillas, desde esa posición me observa a los ojos mientras relame sus labios que están un poco hinchados y rojitos a causa de mis besos. Toma el elástico de mi tanga y comienza a bajarlas lenta y tortuosamente por mis piernas, en el momento que llega a mis tobillos levanto un pie, luego el otro quedando así, sin ropa interior y totalmente desnuda. Juanse acerca su rostro a mi vagina para aspirar hondo haciéndome gemir por lo rico que se siente.

- tu olor es embriagante y adictivo mi reina. - ¡um! Me gusta que me diga "mi reina", me hace sentir especial y poderosa. Me alejo para poder tomar aire y relajarme un poco.

- ahora tu turno amor -. Le sonrío con travesura.

Me adentro en el agua y me hago en la parte más baja mientas observo el bello espectáculo que me ofrece mi sexy mate quien está un poco tímido y sonrojado al dejar su miembro libre y erecto ante mis hambrientos ojos. Entra a la piscina y se detiene a escasos centímetros de mi desnudo y necesitado cuerpo. No se mueve de su sitio por lo que le veo a los ojos para saber lo que pasa.

- puedes escuchar lo que pienso y así podremos comunicarnos mejor. - me dice sin despegar su mirada de la mía yo asiento en acuerdo esperando a ver que me pedirá a continuación.

"¿Qué deseas haga primero mi reina?"

"Quiero me beses entera".

"Tus deseos son ordenes".

Mi mate se abalanza a por mis labios en un seductor beso y lentamente comienza a descender por mi cuello con besos húmedos y calientes que me hacen estremecer y gemir en pasión y anticipación.

"Tócame Juanse"

"Eso hago mi reina"

Siento cómo sonríe en mi cuello por su pequeña broma, pero ya verá. Tomo en mi mano derecha su pene y aprieto de el, haciéndolo jadear por la sorpresa y gemir por la sensación.
Ahora la que sonríe soy yo, pero no dura mucho porque él adentra dos de sus dedos entre mis labios vaginales y acaricia mi clítoris haciéndome gemir bien alto.
Así seguimos entre caricias, besos, lamidas y mordidas hasta la media noche, haciendo el amor en varios lugares y de todas las formas posibles.

Soy Mate de ¡¡UNA LOBA ALFA!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora