Soy Mate de ¡¡UNA LOBA ALFA!!

CAPÍTULO 39 - "¡BIENVENIDO HERMANITO!"

Juanse

Llevamos dos horas de camino y hasta ahora no he podido sacarle la verdad a Mara y mucho menos a Ryan sobre lo que pasó en mi ex colegio. Los dos se hacen los locos ignorandome con tal de no soltar ni una sola palabra, lo cual Significa que ese chiflado les hizo algo muy malo a esos pobres chicos, luego dice él no es rencoroso. Después de intentarlo por tanto tiempo desisto resignado a quedarme en la incertidumbre.

Cuatro horas después de haber partido del pueblo hacia "mi manada" la cual queda prácticamente en el corazón de la selva donde no hay ni siquiera un camino visible entre tanta maleza para indicar el sendero por donde se debe ir, llegamos al límite de la manada. No me he perdido gracias a los recuerdos que le robé a Rucca quien ya ha pasado por aquí muchas veces.

También sé que desde aquí no podemos seguir el camino ya que al pasar los límites seríamos vistos y atacados antes de dar el primer paso porque hay mucha seguridad en esta manada, es como si ya supieran de mi llegada ¿será que ellos ya...? No, no, eso es imposible ¿o no lo es? sacudo mi cabeza descartando esa posibilidad porque eso sería absurdo. Tomo a Mara de su cintura y la atraigo hacia mi pecho para luego abrazarla fuerte. No puedo contener el impulso de inclinarme hasta su cuello e inhalar su rico aroma a primavera, a flores silvestres, tan puro, tan rico y adictivo que me enloquece.

- abrázame porque tendré que transportarnos directo a la manada si no queremos ser descubiertos.

- ajá...- dice mientras lentamente pasa los brazos sobre mis hombros y se pega más a mi cuerpo, estira un poco su cabeza para luego posar un delicado beso húmedo en mi cuello donde está su marca. Trago duro y ruidosamente ante la sensación de sus suaves labios sobre esa piel tan sensible. En el momento que pasa su lengua lentamente sobre la marca se me corta la respiración. Un pequeño gruñido abandona mi boca al sentir sus dientes raspando esa misma zona y la aprieto más conteniendo el estremecimiento que estuvo a punto de sacudir mi cuerpo.

En segundos estamos en el centro del parque de la manada "Bloody Moom". A diferencia de lo que esperaba este lugar es muy moderno, podría jurar que hasta más que el de Mara y estoy cien por ciento seguro que si saco mi celular hay WiFi aquí. Las casas son en madera bien pulida con altos vidrios polarizados que no dejan ver nada en su interior y hasta parecen blindados, todas son de dos, tres o más pisos de altura. En pocas palabras todas son hermosas, modernas y elegantes. No es ni por asomo pequeño este lugar, tiene el doble de grande a la manada de Mara y aunque duela decirlo todo es mucho mejor aquí. Ahora ni hablar del gigante parque lleno de flores de todos los colores, árboles grandes y frondosos con ese sendero en piedra pulida y alrededor grama bien cortada, hay de todo; desde todo tipo de juegos para los niños, hasta lugar para hacer ejercicio con gimnasio incluido.

Literalmente tengo la boca abierta y Mara también.

Este pueblo es simplemente fascinante.

- y es nuestro - susurra con avaricia el inoportuno de Ryan (como siempre), pero no le presto la más mínima atención.

Cuando al fin se me pasa el shock me percato que no hay ni una sola persona alrededor, no escucho un solo ruido, ni siquiera el trinar de las aves o el zumbido de los insectos al volar. Nada, no escucho nada a mi alrededor aparte del sueve murmullo de las copas de los árboles al meserse al compás del suave viento o el de una que otra hoja seca rodar por el sendero de piedras.

Es como si hubieran abandonado este lugar.

- esto es raro Juanse...no me da buena espina. - murmura mi novia mientras toma mi mano y observa alrededor con cautela. A decir verdad a mi tampoco me da buena espina este pueblo tan vacío. Es sospechoso.