CAPÍTULO 5 - "¡¿SUYO?!"

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Juanse

Después de hacer el desayuno, tender las camas y recoger el reguero en el cuarto de las brujas; me baño y visto con un Jeans negro de rotos en las rodillas, una camisa de botones blanca junto a unas converse negras y un saco de gorro dos tallas más grandes negro, tomo los anteojos y la mochila de mis útiles saliendo a toda prisa. Quiero llegar a clases a tiempo para evitar pasar una vergüenza a manos de los "populares", ya que si llego después de ellos botan mis libros, me hacen caer, roban mi dinero y hasta la tarea.
Al llegar me doy cuenta que ha sido a buena hora por lo que suelto un largo suspiro de alivio. Me he salvado de la humillación matutina. Camino a paso apresurado y con la mirada en el suelo, mientras los pocos estudiantes aglomerados en el pasillo me miran; unos con asco, otros con burla y unos pocos con indiferencia (son los que más me agradan) y uno que otro con lástima, odio a esos. No soy un pobre moribundo que necesite de su compasión.

En el instituto soy el inteligente en palabras educadas, pero como la realidad es otra para los estudiantes yo sería el nerd, la rata de biblioteca, el anteojos, el debilucho, el antisocial, el que apesta, el que estorba, el menos agraciado, el tonto, y le sigue una interminable lista. Al principio no era molestado o golpeado por ser el nerd, pero al entrar a secundaria todo el instituto se enteró que yo era "el sirviente" de Ruca y su horrenda hija, que yo era el esclavo de esas dos y para completar huérfano y arrimado...ahí me perdieron el poco respeto que me tenían por lo que comenzaron a colocarme apodos como "sirvienta", "cenicienta", "huérfano" y muchos más. Luego eso no fue suficiente así que empezaron a robar mi dinero del refrigerio, meterme zancadilla, esconderme, dañarme o robarme mis cosas. Al faltar un año para terminar la preparatoria empezaron a darme palizas en manadas, al principio me defendía un poco pero al hacerlo multiplicaban los golpes, terminando así con un par de huesos rotos (nada del otro mundo) por lo que al final solo lo dejaba pasar.

Lo sé, mi vida es un total caos; soy huérfano, las que deberían ser mis empleadas son mis "tía-prima" y yo soy su "sirviente", qué ironía de la vida ¿no?. No tengo amigos, familia, mascota o algo por el estilo, estoy total y tristemente solo. Siempre lo he estado y aunque me he acostumbrado, no deja de existir ese vacío y soledad en mi vida, en mi alma.

Media hora después de llegar al salón estoy en literatura, luego química y por último cálculo de ahí salgo a descanso y voy lo más rápido posible hacia la cafetería deseando poder evitar a "los populares" porque el viernes me prometieron una paliza por no darles el dinero de mi refrigerio, sumándole que no se me dio la gana hacerles la tarea y perdieron química, si me ven estoy muerto, y como dice el dicho "al tonto y al feo, todo se les va en deseo", tuve la bellísima suerte de encontrarme frente a frente a los "reyes" del instituto por sus caras bonitas y cuerpos fuertes según las chicas, además que son los "populares" por practicar deporte. Como son cabezas huecas, lo compensan con músculos, pero esperen a que tengan cincuenta a ver de qué les servirá toda esa piel estirada y blandengue.

Me toman de mis brazos y arrastran a la parte trasera del instituto, donde quedan las canchas de deporte. Al llegar me lanzan cual basura al suelo, yo caigo en mis rodillas y manos, al instante siento cómo sacan el aire de mis pulmones de una patata en mi estómago, caigo de lado y tomo con mis brazos las rodillas y hago de mí una bolita para evitar lecciones en partes claves como: mi cara, estómago y costillas.

- Huérfano de mierda, esto te pasa por hacerme perder química. ¿sabes lo que ocasionaste sirvienta? ¡HICISTE QUE ME SACARAN DEL EQUIPO Y EN PLENO CAMPEONATO PENDEJO! - oh-oh creo que esta vez metí la pata hasta el fondo. Ahora si estoy MU-ER-TO.

Carlos, el mismo de los gritos de antes se ríe a carcajadas mientras le da patadas a mi cuerpo. De un momento a otro siento que se detienen abruptamente, lo cual me extraña de sobremanera, sé que no se han detenido por voluntad propia, primero llueve hacia arriba que esos tres parar hasta no dejarme un par de huesos rotos.

Con dificultad levanto la cabeza intentando ver quien es mi ángel guardián y para mi sorpresa...es ¡¡UNA CHICA!! ¡por cristo! Y parece una Ninja dándole golpes a esos tontos con la fuerza de un hombre, la velocidad de un rayo y la elegancia de un leopardo (lo sé, exageré pero es con lo único que puedo compararla) es tan hermosa. ¡wow! creo me golpearon fuerte en la cabeza porque hasta ahora no he visto a una mujer que me parezca hermosa, hasta creí ser homosexual por un tiempo.

Me levanto con dificultad apoyándome de la pared para no caer. Al observarla nuevamente la veo dándole patadas a David en todo su cuerpo con furia. Sopla una suave brisa y en ese momento se gira a mirarme y puedo jurar ver sus ojos de un color amarillo. En lo que tardo parpadear siento como me acorrala entre la pared del instituto y su cuerpo, mientras me mira fijo, pero a la vez sin verme realmente, mientras grita:

-¡ MÍO! ¡MI MATE! ¡SOLO MÍO!.

Después mete su cara en mi cuello mientras inhala como si de un sabueso se tratase cuando quiere comerse a su presa cazada. Lo único que pienso en ese momento tan raro es ¡¿suyo?! ¡¿qué?! ¡¿Porqué?! Y ¿ahora que hice? Quiero estar soñando y que no sea real que una chica de mi edad me haya salvado el pellejo y por eso me reclame como si fuera su premio u objeto. Genial, primero mis empleadas me toman como su esclavo y ahora mi salvadora me trata cual objeto.

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Nota autora:

¡Hola bellos lectores!

Espero les haya gustado el capítulo como los anteriores y sigan leyendo... Soy Mate de ¡¡UNA ALFA!!

Gracias por votar y comentar en mi historia.

Me despido por ahora y hasta el proximo capítulo...

Soy Mate de ¡¡UNA LOBA ALFA!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora