CAPÍTULO 46 - "Patético"

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Juanse

Dicen que la ira no es nuestra mejor amiga en situaciones como esta y creo en ello, por lo tanto intento (de verdad que lo hago) no dejarme guiar por ella, el odio y la venganza, pero en mi opinión es mucho mejor ese sentimiento que el de la angustia y el dolor.

¿Por qué lo digo?

Porque en este preciso momento siento cómo mi pecho duele, la angustia me invade y el desespero no me deja ni respirar. Entonces comprendo mi Mara está en peligro, solo lo sé, soy su mate, su mitad y ella la mía. Me falta el aire en los pulmones y mi corazón duele tanto que un alarido de dolor brota de mis labios. Caigo de rodillas y mis manos van directo a ese lugar intentando aliviar mi dolor pero es en vano. Observo cómo Isaías se acerca lentamente y con una sonrisa arrogante me mira desde arriba.

- vaya, vaya - dice burlesco - creo que la estúpida alfa está muriendo - mi cara lo dice todo porque sus gruesas y crueles carcajadas no se hacen esperar ni un segundo.

- no - susurro mientras siento mi mundo desmoronarse en este preciso instante, mi Alma y corazón mueren juntos en cuestión de segundos.

- sí - responde complacido, se agacha hasta dejar su venenosa boca a la altura de mi oído - en este momento están atravesando su frágil pecho con el filo de una espada y en poco su corazón sentirá el doloroso puñal y dejará de latir, arrebatando su vida y la de esos engendros... - hace una pausa y las lágrimas ya corren por mis mejillas - para siempre. - termina la oración.

No, no, no...

No permitiré que me arrebaten la vida porque sí, ella es mi vida, mi corazón, mi motor, mi todo.

Un grito lleno de ira sale de lo profundo de mi pecho acompañado de una onda de poder, la cual manda a Isaías lejos de mí, estrellándose en el tronco de un gran árbol y sin perder un segundo más me teletransporto a mi manada. En milisegundos estuve en el parque donde pude apreciar charcos de sangre junto a espadas, dagas y hasta armas de fuego en el suelo, también cuerpos de guerreros mutilados, mal heridos y hasta cadáveres y aunque necesitan ayuda en mi mente sólo predomina mi mate, soy egoísta,lo sé, pero no puedo perderla, no a ella. Lo siento.

Tomo una daga y busco a mi mate, mis sentidos están afinados por lo tanto me es fácil sentir su presencia junto a la de ese hombre que está arrebatando su vida al otro lado del parque, en medio de unos árboles y corro velozmente hacia ellos, mi corazón late descontrolado, duele a cada segundo más y más, siento que voy muy lento, por mucho que corra no me es suficiente y cuando estoy a unos cinco metros escucho su grito, uno lleno de dolor, agónico que detiene en seco mi correr haciéndome caer de rodillas, tomo con las dos manos mi pecho porque el dolor que siento ahí es algo que ni el peor de los castigos recibidos se le compara.

No puede ser, mi mate y mis bebés...por favor, ellos no.

Una carcajada se escucha a mis espaldas y sé quién es.

Isaías.

- al parecer has llegado muy tarde engendro.

- ¡noooo! - se me desgarra la voz y mi garganta arde debido a mi grito pero eso no se compara al dolor en mi Alma.

Sin pensarlo me levanto del suelo y me tele transporto detrás de ese monstruo, sin pensarlo dos veces atravieso su pecho con mi mano, arrancando su corazón de cuajo, el cual palpita en mi mano ensangrentada y lo rompo en mil pedazos convirtiéndose en cuestión de segundos en cenizas.

Mara

La vida pasa por mis ojos y el dolor abarca mi Alma entera, sé que es mi final, pero no lo acepto, jamás lo haría porque solo llevo tres meses junto a mi mate y tres semanas con mis bebés. No quiero morir.

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⏰ Última actualización: Aug 13, 2020 ⏰

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Soy Mate de ¡¡UNA LOBA ALFA!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora