Flashback
Sarah caminó hacia mí con el paso firme y sonriéndome. Eso sólo significaba una cosa. Bebí otro sorbo de mi bebida y esperé oír lo que ya imaginaba que diría.
—Alguien pagó por ti, Sharon. Se llama Eric Wilson, te espera en la habitación 4.
Sin rechistar, me encaminé hacia la habitación. Aquel tipo sería mi 2 cliente en los 6 meses que llevaba en el salón Dest. Sarah decidió que tenerme en el pole le redituaba demasiado como para ponerme a trabajar pronto, así que ahora alternaba. Hacía pocos servicios, sólo los que más dispuestos a pagar estaban tenían el privilegio de tenerme. Esperaba que Eric Wilson fuera menos asqueroso que el primer tipo que me folló.
Abrí la puerta de la habitación y el tipo que estaba dentro me sonrió cálidamente. Se encontraba sentado al borde de la cama, con la corbata desatada, fumando un puro. Tenía el cabello castaño entremezclado con algunas canas, no llevaba barba y apostaba que en su juventud había sido diez veces más apuesto que en ese momento. Sus ojos verdes recorrieron mis piernas desnudas, definitivamente el señor Wilson estaba mucho mejor que mi primer cliente.
—Hola —saludé cálidamente mientras cerraba la puerta—. Mi nombre es Sharon, señor Wilson. Cumpliré todos sus deseos esta noche —añadí acercándome a él. Cuando estuve frente a su regazo, me senté en él.
—Eres preciosa —susurró.
—Y soy suya por un par de horas —mencioné jugando con un botón de su camisa.
Oí pasos desde el corredor. Seguramente venían hacia mí, puesto que en las otras dos celdas a mi lado, no había nadie más. El oficial caminaba junto a Paul Miller, mi presunto abogado lucía caliente. Me mordí los labios para no sonreírle, de alguna manera algo me impedía coquetear con el mejor amigo del hombre que pagaba por sacarme de la cárcel.
—Es hora de irnos, Sharon —me informó Paul. El oficial se encargó de abrir la celda.
—Quedará a disposición nuestra de cualquier manera, señorita Williams —me advirtió el oficial que me encerró antes.
—Ojalá tuvieran semejante empeño en buscar al verdadero culpable, oficial —siseé pasando por su lado.
—Buenas noches —saludó Paul atentamente.
—Buenas noches, señor Miller.
De salida hacia la calle guardé silencio, no era consciente de que había pasado más de 12 horas allí dentro. Sentía ganas de bañarme y llenar mi estómago con algo caliente. Hacía frío en la calle, mucho frío.
—Te llevaré —me indicó Paul. Alcé mi mirada hacia él—. Henry no pudo buscarte, pero me pidió que te llevara a su casa.
—¿Stella sigue allí? —pregunté intentando contener el temblor de mi mandíbula.
—No lo sé —respondió divertido—. Cenaremos allí —insistió.
No iba a negarme. Tampoco tenía demasiadas ganas de volver al burdel. Después de tanto tiempo llenándole los bolsillos a Sarah ni siquiera fue capaz de venir a preguntar cómo me encontraba. Ella sabía que yo era inocente, sin embargo prefería verme presa para salvar su propio culo que pagar alguna estúpida multa. Era una mujer avara y cruel, desagradecida.
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Pago por Amarte
RomanceSharon, una mujer que decide huir de su vida y prostituirse, se encuentra con un hombre decidido a sacarla de allí. Envuelta en un crimen y con un pasado que no deja de lastimarla, Sharon Williams decide aceptar el dinero de su nuevo amante, porque...