Kenia se levantó y salió corriendo.
Me solté rápidamente de su agarre y me volteé para enfrentarlo, pude ver a Ian que lo acompañaba.
—¡¿Quien te crees para interrumpirme de esa manera?!—Exclamé.
—¡¿Quien te crees tú para hacer semejante espectáculo?!—Exclamó ahora él, Ethan.
—Por si no lo sabías lo que estás haciendo ahorita también es un espectáculo.—Le recordó Odile.
—Por si no lo sabías nadie te preguntó.—Le contestó Ian.
—Por si no lo sabías nadie estaba hablando contigo.—Contraatacó mi amiga.
—¡Ay ya! ¡No vayan a empezar!—Dijo Allison.
Ellos siempre son así, se molestan hasta más no poder, no se soportan, o eso dicen ellos.
Ethan me tomó del brazo y me arrastró prácticamente hacia la salida.
Salimos del comedor y corté todo contacto.
¿Ahora qué le pasa a este jodido infeliz?
—¡¿Qué quieres?!—Bramé.
—¡Estabas haciendo el ridiculo!
—¡Pregúntame si me importa!
—¡Pues debería importarte porque eres la captadora principal!
—¡¿Y?! ¡Tú eres hasta ahora el que está al mando con el asunto de todos los hombres y me hiciste una ridícula escena de celos en medio pasillo!—Le saqué en cara.
—¡Tenía razones!
—¡Pues yo también!
—¡¿Si?! ¡¿Cuáles?!
Entonces recordé lo de la supuesta violación. Él fue el que dijo eso, entonces él fue el que lo regó.
—Uno de ellos es que tú ya te fuiste de bocón a decir que yo violé al nuevo.
Realmente ese no había sido el problema, pero, tenía que sacarlo.
—¡Yo no dije que tú! Yo solo me estaba burlando con Ian diciéndole que al nuevo lo habían violado, porque a un hombre no se le viola Kendall, eso es prácticamente imposible y que tú lo hayas hecho con él me da risa, ¿Acaso él no es un hombre?
A pesar de que lo decía con diversión podía ver en su cuerpo que estaba tenso.
«Ethan, maldito celoso.»
—Entonces lo que tratas de decir es que a las mujeres si se les puede violar y traumatizarlas para toda la vida, pero, si al hombre a penas se le toca es un maldito delito.—Dije indignada.— ¡¿Es eso?! ¡¿Eso es lo que piensas jodido imbécil?!
Lo que es bueno para los hombres, es bueno para las mujeres, y lo que es igual no es trampa. Así de simple, y si él no lo entendía lo iba a hacer entender a la fuerza.
—¡Yo no dije eso, Kendall, Dios!
—¡Pues así se escuchó!
—¡Yo solo me burlaba porque violaste al novato asqueroso!
—¡Pero, yo no lo violé!
Vi como se relajó completamente.
—Suspiró.— Igual, fire. Yo no le dije que habías sido tú.—Metió las manos en sus bolsillos despreocupadamente.
—¿Fire?—Fruncí el ceño.
—Si, así es.
—¿Si? ¿Por qué?
—Te lo diré mañana en la noche.
—¿Mañana en la noche?—Seguí cuestionando.
—Si, mañana saldremos.
Mi corazón se aceleró, no al punto de decir que latía desbocado, pero, se aceleró.
No sé si es emoción o diversión.
—¿Y qué te hace pensar que saldré contigo?—Sonreí.
—Lo harás, Kend.
—Eres malo, me obstinas, luego eres lindo y me das ternura, tratas de controlarme y me molesta, siento que quieres protegerme y te preocupas por mi y se me hace lindo. ¿Eres bipolar y quieres hacerme bipolar o qué?—Lo miré con diversión.
—Me gustas y quiero que gustes de mi.—Corrigió tomándome de la cintura acercándome a él.
Mis ojos se posaron el los suyos, su claridad es impresionante, tiene unos ojos hermosísimos, no hay razón para negarlo.
En lo más profundo de mi quisiera que él me gustara, porque si, puede que me atraiga, pero, no pasa de allí.
Por una parte quiero gustar de él para no sentirme tan sola a pesar de estar rodeada de personas, pero, por otra parte no quiero dañarlo. Sé que puedo ser buena, porque no es que sea mala, pero, no lo suficiente para él.
Soy fuego y lo voy a quemar.
Soy ácido y lo voy a consumir.
Soy droga y lo voy a dañar.
No quiero eso, pero, al fin y al cabo yo no manejo las cosas, solo veré como van fluyendo entre nosotros.
Sin darme cuenta ya estábamos a centímetros y él se encontraba mirándome con profundidad. Finalmente se abalanzó a mis labios y lo recibí con un beso feroz, para nada suave, no quería excitarlo, no quería estimularlo, simplemente quería descubrir qué podía haber entre nosotros, quería descubrir si él causaba algo en mi.
Nuestras lenguas jugaban entre sí, y nuestros labios iban al mismo compás, él succionaba mi labio inferior y luego yo mordía el suyo mientras caminaba un poco pegándome contra la pared, mis manos se fueron hacia sus hombros y se enredaron detrás de su cuello mientras devorábamos nuestras bocas.
Noté movimiento detrás de él y aún besándolo desvié la mirada.
Pantalón de jean negro.
Vans negras.
Camisa blanca con un detalle negro.
Nathaniel.
Nuestros ojos se encontraron por un segundo y podía jurar que veía el fuego salir de ellos de la furia que podía distinguir y en sus facciones vi seriedad.
—¿Tienes algo?—Se notó preocupado.
Y allí fui consciente de que había dejado de besarlo cuando vi al bastardo pasar.Negué con la cabeza.
—Debo ir a desayunar y ver que todos vayan a gimnasio.—Me avisó.
—Tranquilo, anda.—Le sonreí de manera forzada.
—Nos vemos.—Me guiñó un ojo.
Ethan era jodidamente atractivo y si, ¿Por qué no? Era ardiente, muchas lo buscaban y a pesar de que salen lastimadas vuelven a buscarlo.
¿Por qué no puede hacer nada más que atraerme?
Y lo digo porque con él beso no sentí nada, absolutamente nada. No sentí nada más que querer tenerlo en la cama nuevamente, cosa que es imposible por mis reglas.
«Al no tener nada, al no tener a nadie, quizás eso es lo que debería sentirse, nada.»
Y si, tengo muchas cosas materiales, pero, no tengo sentimientos puros, y si, tengo amistades, pero, no tengo familia.
«¿Quien diablos será mi familia?»
Nunca he sabido nada de ellos, nada, absolutamente nada.
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Solo una adicción.
RandomDos jóvenes que fueron sometidos a lo mismo, pero, llevado a mundos totalmente diferentes, para que se olviden y después volverlos a juntar. Todo entre ellos está calculado, no hay ninguna casualidad, todo es parte de un plan para que aquel negocio...