NATHANIEL.
No sé cómo fue que Marck me convenció, pero, aquí estoy, bajándome del auto de este idiota en un club llamado: "Tú perdición." La música se escucha hasta el estacionamiento y hay una fila larguísima para entrar.
—No te pensarás que alguien como yo va a hacer esa fila solo para entrar a una lata de sardinas, Marck.
—Relájate amigo, todo está calculado.—Me aseguró con su usual y extraño acento.
Coloqué los ojos en blanco y lo seguí ya que había comenzado a caminar hacia la entrada.
—Abre de una vez, gorila.—Se refirió a uno de los vigilantes.
Definitivamente tenía que conocerlo, porque no creo que alguien que aprecie su vida se atreva a llamar así a uno de estos vigilantes sin tener confianza ya que su físico solo te gritaba una sola cosa: Provócame y morirás.
—Vuelves a llamarme así y no dudaré en partirte los huesos de muñeca que tienes.—Le advirtió dando el paso.
—Él viene conmigo.—Se refirió a mi.
Entramos y pude escuchar las quejas de los que estaba afuera haciendo la fila.Todo es negro, luces negras y colores neón, la decoración está muy cool, la verdad.
—La barra está por allá.—señaló hablando por encima de la música.
Lo seguí chocándome con muchas personas—súper desagradable el asunto—y recibiendo miradas pícaras de mujeres.
«Ay no, no quiero lidiar con esto aquí también.»
Finalmente llegamos a la barra y Marck fue el que pidió los tragos, mientras esperábamos nos sentamos en unas sillas que estaban allí.
—Oye amigo, ¿Aún tienes tu libretica?—Comenta alzando la voz para que pudiera escucharlo.
—Es un cuaderno, y por su puesto que si, es lo único que tengo de mi pasado, o eso creo.—Me encogí de hombros.
—¿Lo traes ahora?
—Claro, lo llevo a todos lados.
—¿Y donde lo metes?—Sigue con sus preguntas.
—En tu boca si no dejas de hablar por un puto segundo.
De por si su acento extraño era estresante, escucharlo gritar sobre la música no era para nada agradable.
KENDALL.
Nos bajamos del auto con los hombres que nos iban a escoltar.
Comenzamos a atravesar el estacionamiento y mi auricular comenzó a mandar señal. Puse mi mano allí.
—Aquí Kendall, dígame quién es el sujeto.
—Franela manga larga vinotinto, pantalón negro, zapatos negros, zarcillo y está acompañado.—Escuché que me dijeron a través del auricular.
Claramente sabíamos cual era su compañía.
—Entendido.
—Es muy importante para nuestro negocio, necesitamos tenerlo a él.—Dijeron de nuevo por el pequeño aparato.
—Copiado.—Afirmé.
Antes de entrar al club reuní a las chicas para darles las indicaciones.
—Kenia, buscarás a cualquier sujeto y empezaras a bailar con él vigilando todo el perímetro para no levantar sospechas.
—Entendido.
—Allison, suministrarás la droga en la bebida, por favor que no se te pase la mano, según esta persona es muy importante.
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Solo una adicción.
De TodoDos jóvenes que fueron sometidos a lo mismo, pero, llevado a mundos totalmente diferentes, para que se olviden y después volverlos a juntar. Todo entre ellos está calculado, no hay ninguna casualidad, todo es parte de un plan para que aquel negocio...