16: Salida.

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KENDALL.

—Es un estúpido, realmente no lo soporto. ¿Por qué me ponen a adaptarlo a mi? ¿Es que soy la única o qué? Cree que sabe todo, entonces, si tanto sabe, ¿Por qué no solo va y dice que no necesita una puta adaptación? ¡Tendré que hablar con el viejo ese para que vea qué hace con él bastardo ese! Es que no lo soporto Carla, ¡De verdad que no!—Caminaba de un lado a otro mientras le expresaba mis pensamientos a la chica que está sentada en mi cama quien me miraba con atención.

—Basta, Kendall. Estás actuando como una loca desesperada porque saquen a ese idiota de tu camino.

—¡¿Y es que no lo estoy?!—Pregunté con obviedad.

—Pero, no lo demuestres, ¿Desde cuando te dejas vencer por alguien?

—No me estoy dejando vencer, pero, es que tú no lo has tratado, se cree lo mejor del mundo, ¡Y no lo es!

—No le prestes atención.

—¿Y como no hacerlo si es insoportable, Carla?

—Creo que se parece a alguien que yo conozco que se está paseando como loca por el cuarto.

—¡Yo no soy insoportable!—Ella alzó una ceja.—Bueno, si, cuando me lo propongo.—Acepté resignada.—Pero, Dios Carla, tienes que verlo para que entiendas.

—Te saca de tus casillas, lo sé.

—¡Pues si! ¡¿Y sabes que es lo peor?!

—Ilumíname, Kend.

—¡Que cuando lo tengo muy cerca quiero destrozarle la boca a besos!

—Espera, espera.—Alza una mano.—Eso cualquiera, ¿Es que no le has visto los labios?

—¿Y yo soy cualquiera, querida amiga?—Pregunté con sarcasmo.

—Admítelo, el chico sabe seducir.—Se encogió de hombros.

—¡Seducir y una mierda! A mi nadie me seduce, ni descontrola, es solo que como no he probado sus labios quizás tenga curiosidad.

—Si... seguro.—Volteó los ojos.

—Carla no ayudas.—La mire con desaprobación.

—Mejor pensemos en Ethan.—Me miró alzando varias cejas.

Sin poder evitarlo sonreí. Dejen el espacio en su mente de porqué sonreí, porque yo tampoco lo sé.

—Ya sabes que saldremos en unos minutos.

—¡Claro y no te has arreglado!

Oh, cierto. Salí de la habitación de aquel inútil, fui a entrenar, luego supervisé algunas cosas y luego busqué a Carla para que me ayudara a elegir qué ponerme para salir con Ethan, y desde allí la he tenido mareada con el tema de el imbécil de Nathaniel.

Me ayudó a conseguir lo que iba a ponerme y yo aún seguía hablando de lo mucho que detestaba a ese idiota.

Sin duda Carla era la única que iba a escucharme de esta manera, porque no confiaba en nadie más. Si, estaban Allison y Odile, pero, mi primer recurso era Carla, ella tenía mi máxima confianza y nadie iba a arrebatárselo, a menos que ella misma se la arrebate y me traicione, lo cual es imposible, ella me ha sido de lo más leal todo este tiempo.

—No es gran cosa tampoco, no creo que deba arreglarme mucho.—Me encojo de hombros restándole importancia.

—A mi no me engañas, tú sonrisa esconde algo.

Y era cierto, era un sentimiento el cual no podía descifrar.

¿Me divertía toda esta situación con Ethan o me emocionaba? ¡Joder, no lo sabía! Y la única forma de averiguarlo era seguir con todo esto.

Solo una adicción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora