NATHANIEL.
Ciertamente me desconcertó el hecho de que ella haya reaccionado así a mi cercanía con Kenia. Ella solo estaba intentando seducirme y yo solo me divertía. En algunas ocasiones le seguía el juego, con otros comentarios era cortante y así, más que todo pensando en Kendall y practicando como es que debo decirle para seducirla, aunque eso ya lo sé. No es difícil para mi.
Sin embargo, lo más desconcertante para mí fue toda la impotencia que abordó a mi cuerpo al ver a él imbécil de Ethan levantarle la mano, en decir, si ya me había sentido impotente porque la había llamado zorra, el sentimiento se triplicó cuando vi que iba a pegarle, razón por la cual no pude controlarme y comencé a golpearlo.
—¿Por qué demonios tuviste sexo con Kenia?—Respondió a mi pregunta con otra pregunta siendo bastante directa.
—Porque pude y porque quise.—Me encogí de hombros.
—¡Tú no puedes tener sexo con nadie más!
—Solté una risa carente de humor.—Pues mira, qué irónico porque tengo sexo todos los días con extraños.
—Rueda los ojos—Me refiero a las chicas de aquí.
—Me crucé de brazos mirándola con evidente diversión.—¿Y por qué no?
—¡Porque yo soy la que te adapta y no te doy permiso de hacer tal cosa!
No me gusta que me traten de que les pertenezco, pero, lo ignoraré solo porque no quiero pelear con ella.
La verdad es que necesito saber más de mi pasado, debo acercarme. Y la otra verdad es que jamás tuve sexo con aquella chica, ella lo dijo para provocarla y yo lo digo por lo mismo.
—¿Y si tuviera que hacerlo contigo?—Alcé una ceja.
—Ya te dije que no repito con nadie.
—¡Pues bueno, MacQuid! Tengo que saciar mis ganas y Kenia es una buena opción contando que hace un buen trabajo.
Se levantó como si de un resorte se tratara. Sus mejillas estaban sonrojadas levemente y arrugaba un poco la nariz haciéndola ver hermosamente tierna.
Si, yo dije eso.
Pues vale, tengo que ser sincero.
—¡¿Como que hace bien su trabajo, inepto?!—Exclamó notablemente molesta.
—Si, debería darte unas clases a ver si aprendes.
Y así señores, se invoca al diablo.
Sus hermosos ojos comenzaron a tomar un tono más oscuro mientras me aniquilaba con la mirada.
—¡¿Que yo tengo que qué?!
—Si Kendall, ella si sabe como moverse.
—¡¿Estás insinuando que yo no?!
—Tómalo como quieras.—Cité sus palabras.
—A diferencia de ella no voy a tomar tú miembro y voy a hacer que entre y salga de mi, lo tomaré, lo cortaré y te lo haré tragar maldito inepto.
De solo pensarlo una puntada atravesó mi masculinidad.
Prefiero morir antes de que me corten el miembro, eso seguro.
Sin embargo, su comentario me dio risa, si no supiera qué Kendall de verdad me detesta pensaría que está celosa.
—¿Celosa?—Alcé una ceja divertido.
Claramente todo lo hacía para molestarla.
—¡¿Celosa yo?! ¡¿Y de qué?! ¡¿De qué una ridícula de haya tenido quien sabe cuantas veces contigo haciéndola suya y encima disfrutándolo sin quejarse como cuando lo hiciste conmigo?! ¡¿De qué tú si lo hayas hecho por gusto con ella y que conmigo tuviste que hacerlo por obligación?! ¡¿De qué si ella quiere tenerte dentro de ella una vez más puede hacerlo y yo no?! ¡No, que va, yo no estoy celosa! Antes muerta que querer un segundo encuentro contigo.
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Solo una adicción.
De TodoDos jóvenes que fueron sometidos a lo mismo, pero, llevado a mundos totalmente diferentes, para que se olviden y después volverlos a juntar. Todo entre ellos está calculado, no hay ninguna casualidad, todo es parte de un plan para que aquel negocio...