Capítulo 2

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—Le he escrito —continuó Demi—. Llevo semanas llamándola. He vuelto a Thortonburg para ver por qué no podía localizarla y no está en su apartamento. Tiene el porche lleno de periódicos amontonados y el correo se sale del buzón. Una vecina vino a recogerlo y dijo que Victoria debía haber vuelto a casa la semana anterior. — ¿Vuelto? ¿Entonces ha estado fuera? ¿Lo sabía usted? —No, pero… —Posiblemente su hermana esté disfrutando y haya alargado sus vacaciones. ¿No es una posibilidad? —¿Y por qué no puede ser una posibilidad que yo tenga razón y ella haya desaparecido? —preguntó Demi un poco acalorada. Eso era exactamente lo que su padre le había dicho cuando ella le había contado sus miedos. Le comentó que recordaba vagamente que Victoria había dicho que se iba de vacaciones. —¿Y qué le hace pensar que ha desaparecido? —Demi, ¿eres tú? A Demi le dio un vuelco el corazón. Aunque su padre le había comentado que si era tan boba como ir a la policía, acudiera a Lloyd Crenshaw, su antiguo colega en el departamento, ella se había resistido a la idea. Pero allí estaba Lloyd, saliendo por una puerta y acercándose a ellos. —Lloyd, ¿cómo estás? —Bien, ¡y tú sigues igual! Pensé que quizás hubieras engordado un poco con el bebé y todo eso. Demi sonrió débilmente. Lloyd Crenshaw y su padre eran amigos desde que ella era pequeña. Pero ella se había negado a ir a verlo directamente y no solo porque Lloyd la incomodara, sino porque Victoria siempre lo había detestado. —¿Te vas a ocupar tú de esto? —le preguntó el joven oficial, sin molestarse en ocultar su deseo de librarse de Demi. — ¿Ocuparme de qué exactamente? No tendrás un problema, ¿verdad, Demi? ¡Seguramente ya te marchabas a casa! Parecía haber algo falso en su jovialidad, pero siempre había existido algo falso en él. La sonrisa tocaba sus labios, pero nunca llegaba a sus pequeños ojos marrones. Por el rabillo del ojo, Demi vio que el hombre elegante estaba en ese momento a su lado, frente al mostrador. —Mi hermana ha desaparecido —le dijo a Crenshaw, notando la tensión en su propia voz. —Señor —dijo el joven policía—, ¿puedo ayudarlo? Su tono, como ella había imaginado, rebosaba deferencia y respeto. —Buenas noches —dijo el hombre, con voz profunda y agradable—. Me llamo Joe Jonas. Habló con suavidad, pero Demi perdió la atención de Lloyd Crenshaw inmediatamente, pues este se volvió hacia el desconocido. —¿El príncipe Joe Jonas? —preguntó. —Eso es —el hombre hizo un gesto con la cabeza a Crenshaw y volvió a dirigirse al policía joven—. He tenido un pequeño problema con mí… — ¿Un problema, señor? —Intervino Crenshaw—. No se preocupe. Voy por un informe y… —Por favor —el hombre levantó la mano con gesto comprensivo—. No he podido evitar oír a la señorita cuya hermana ha desaparecido. Parece estar angustiada. Creo que eso requiere su atención más que la antena rota de mi coche. El señor… —miró el nombre en el uniforme del joven policía—… Burke parece perfectamente capaz de ayudarme. —Sí, señor —declaró Burke, con tanto entusiasmo que Demi sintió deseos de abofetearlo. —¿Entonces tu hermana ha desaparecido? ¿Victoria? —Preguntó Crenshaw en tono muy alto, volviéndose hacia ella con preocupación fingida—. ¿Por qué piensas eso? Tu padre no me lo ha comentado. —Victoria no ha sido precisamente una de sus prioridades —dijo Demi. —No seas boba. Siempre os ha adorado a las dos. Ella respiró profundamente. No había ido allí a que la llamaran boba ni a que se burlaran de sus presentimientos. Aunque Lloyd Crenshaw y su padre eran amigos, ninguno podía decir con seguridad qué sucedía en la casa del otro detrás de las puertas cerradas. Y su padre había sido hostil hacia su hermana, algo que había hecho a Demi sentirse culpable y entre la espada y la pared, ya que con ella su padre siempre había sido todo lo contrario. —De hecho, ahora que lo pienso, me parece recordar que tu padre dijo que Vicky se iba de vacaciones. Otra cosa que su hermana detestaba era que la llamaran Vicky. —Creo que algo va mal —dijo Demi—. Victoria siempre me cuenta sus planes de vacaciones. Y su vecina dijo que ya debía estar de vuelta. Te digo que mi hermana ha desaparecido —terminó, con un chillido casi histérico. —¿Y qué quieres que haga yo? —Lo que haces cuando alguien ha desaparecido. —Bueno, si insistes llenaremos un informe, pero en serio, Demi, Vicky siempre ha sido algo salvaje. Ella lo miró, pasmada. Su hermana no era salvaje. Era testaruda, aventurera y una persona llena de vida.

Una Boda Real- Jemi "Terminada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora