capítulo 6

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Y a pesar de su furia por el comportamiento de Roland con Lillian, y a pesar del insulto de ser considerado sospechoso, Joe había sentido que la historia de Roland era cierta. Y era mucha coincidencia que la hermana de Demi, una joven de Thortonburg, hubiera desaparecido en la misma época. Ese pequeño grupo de islas del Atlántico Norte eran conocidas en todo el mundo por la falta de crímenes y violencia. Por supuesto, la historia de los Thorton era secreta, así que Joe no podía preguntarle a Demi lo que deseaba. - ¿Conocías al hombre que estaba sentado en la comisaría? -Le preguntó Demi-. Al principio pensé que eras su abogado. Era una pregunta más complicada de lo que ella pensaba. Joe no conocía al hombre, pero vio en él el dolor. Si había salido algo de la terrible tragedia de la muerte de su esposa, era eso, que se había vuelto un hombre compasivo. Reconocía el dolor en los otros y no podía darle la espalda. Lo avergonzaba pensar que en el pasado solo había pensado en sí mismo y nunca había visto el dolor de nadie. -No, no lo conocía. -Parecía perdido -comentó Demi. -Su hijo había sido arrestado. No sabía qué hacer. Era un hombre sencillo, un minero. -Oh, vaya. Joe no le contó que había llamado en la comisaría desde su teléfono móvil y que su propio abogado estaba de camino para ayudar a ese hombre. -Creo que todo se arreglará -dijo simplemente. Ella sonrió, y a él le gustó su sonrisa y deseó verla más a menudo. Allí estaba de nuevo su necesidad de ayudar a la gente que sufría. Sabía que debía ayudar si estaba en su mano. Había aprendido que la vida era demasiado corta para gastarla en ridículas rencillas entre los Thorton y los Jonas. Quizás ellos debieran usar su prestigio para hacer algo realmente noble. Quizás podrían ser modelos de cómo hacer del mundo un lugar mejor. Poco más de un año antes, había sido un hombre con una vida completa, ocupándose de los negocios familiares, jugando al golf y al polo, saliendo a cenar y a bailar y a galas con su bella esposa, haciendo viajes en yate... ¿Era eso hacer del mundo un lugar mejor? Un viejo monje, el hermano Raymond, a quien Joe empezó a visitar regularmente tras las muertes de su mujer e hijo, no dejaba de decirle que esperara un milagro, que al final saldría algo bueno de su tragedia. Le había dicho con énfasis que nada en el mundo de Dios ocurría por accidente. Joe no lo había creído. Pero esa noche, sentado junto a esa mujer silenciosa a la que no conocía, lo sintió por primera vez. Sintió que se convertía en un hombre más grande y profundo del que era antes. Y sintió que el futuro albergaba promesas y esperanza. Y que de algún modo eso estaba conectado con esa bella y tímida desconocida sentada a su lado.

Una Boda Real- Jemi "Terminada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora