-Estaba pensando en lo mucho que habría disfrutado mi madre de un día así. Me pregunto si estará aquí en cierto modo. Estoy segura de que su idea del paraíso habría sido una playa. Joe acarició el pelo de Demi y le retiró algunos mechones por detrás de la oreja. -Por supuesto que está aquí. Creo que lo mejor de ella ha continuado, en ti y en Carly. ¿Y qué había sido lo mejor de su madre? En primer lugar, su belleza y su amabilidad, que gracias a Malcolm, al final se había convertido en debilidad. ¿Por qué habían permanecido juntos sus padres? ¿No vieron que era un error? Su padre, un hombre zafio y mucho mayor que ella, una belleza sobrecogedora. Su madre, una dulce soñadora y su padre, un tirano pragmático cuyo pragmatismo finalmente se había convertido en severidad. ¿Y cuándo comenzaron sus padres su relación? Demi pensó que sus álbumes podrían darle alguna pista. -Necesitamos un foso -dijo Joe, dándole una pala. Demi salió de sus pensamientos y vio que Carly había dejado de excavar y estaba intentando llenar el cubo de agua. Estaba sentada en la orilla, gritando órdenes a las olas para que se metieran en su cubo volcado. El agua no cooperaba. Intentó echar con su pala y, finalmente, tras haber capturado unas cuantas gotas, regresó victoriosa hacia ellos. Pero sus andares, limitados, eran aún más difíciles en la arena, de modo que se cayó y perdió su tesoro antes de llegar hasta ellos. -No se rinde -dijo Joe, viendo a Carly volver de nuevo a la orilla. Sin perder de vista a su hija, Demi hizo un loso alrededor del castillo. Era una estructura increíble. Llegaba a la altura de su cintura en algunos lugares, con torreones y muros. -Realmente eres un experto en castillos -admitió Demi. -Lo mejor no ha llegado aún. -¿Y qué es? -Destrozarlo. -¡No! -Si no lo hacemos nosotros, lo hará la marea. Así que en cuanto terminaron, dejaron que Carly le diera patadas y luego siguió Demi, disfrutando enormemente. Cuando daba su último salto sobre la arena, vio un hombre que se dirigía hacia ellos. Había algo en él que Demi encontró arrebatador. Era algo más que su atractivo físico, pelo oscuro y ojos azules. Era muy alto y no estaba vestido para la playa. Demi miró a Joe. -¿Quién es? -preguntó, pensando que aquel hombre le resultaba familiar. -Roland Thorton. Demi se quedó boquiabierta, porque por primera vez supo que Selena era realmente la hija del duque. -Se parece muchísimo a Selena -dijo, mientras el joven se acercaba. -Joe-dijo el joven. -Roland. Algo se suavizó en la mirada de Roland cuando la vio. -Tú debes ser Demi, la hermana de mi hermana. ¿Qué parentesco hay entre nosotros? Ella sonrió. Le gustó ese hombre al instante. -No lo sé. -Te he traído algunas cosas de parte de Lance. -Gracias. La sonrisa de Roland desapareció. -Demi, siento lo de nuestra hermana. Realmente deseo que todo salga bien. -Gracias. -Solo he visto fotografías suyas -continuó Roland-, y sospecho que no le hacen justicia. ¿Es tan bella como tú? Algo hizo que Demi mirara a Joe. Tenía el ceño fruncido y parecía claramente celoso. -Es igual que tú -le dijo Demia Roland. -Estoy deseando conocerla, lo digo de corazón. -Ve a buscar a Lily -interrumpió Joe bruscamente. Roland se despidió de ellos y se marchó. -Debes ser agradable -lo reprendió Demi-. Va a ser tu cuñado. Además, es muy atractivo y encantador. Al no ser mujer quizás no hayas notado sus irresistibles cualidades. -¿Irresistibles? -Balbuceó Joe-. ¿Debo recordarte que eres una mujer casada? Ella sonrió, pero lo miró detenidamente. Algo no encajaba. Él había rechazado sus besos y no quería que Carly lo llamara papá. Pero la mirada en sus ojos en ese momento era pasional. Y el hombre que había estado en la playa todo el día había sido un estupendo papá. Demi quiso abrazarlo, pero no creía poder soportarlo si él la rechazaba de nuevo.
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Una Boda Real- Jemi "Terminada"
RomancePrologo Demi Lovato necesitaba un caballero de brillante armadura... y el príncipe Joe Jonas precisaba una esposa. En otra época, este lo había tenido todo, pero aprendió que los príncipes no estaban por encima del dolor... ni a salvo de perder a lo...