-¿De dónde ha salido esto? -preguntó a Joe, entrando en su dormitorio. Fiel a su palabra, el llevaba vaqueros y una camisa de ante marrón claro que resaltaba el tono dorado en sus ojos verdes. El la miró y apartó rápidamente los ojos, pero no antes de que ella viera una llama de deseo en su mirada. Pero si era así, ¿por qué la había rechazado la noche anterior? Estaba recostado contra el cabecero de su cama, con las piernas extendidas. Carly estaba apoyada en su brazo, señalando unas fotografías en el periódico. -Eso es una lanzadera espacial -explicó él pacientemente-. Le compré unas cuantas cosas -añadió Joe, en respuesta a Demi. -¿Y de dónde sacaste el tiempo? -Phillip fue de compras. Creo que disfrutó muchísimo. Ella no le entendía. Obviamente iba a asumir el papel de amante padre en todos los aspectos menos en uno: no quería que la niña lo llamara papá. Le había hecho mucho daño a Rachel cuando lo había dicho. Ella le había ofrecido las dos únicas cosas que podía darle a un hombre que lo tenía lodo y él las había rechazado. Y en ese rechazo, Rachel había visto que quizás él sintiera que había cometido un error. -Le pondré este vestido a Carly -dijo tirante. De mala gana, Carly se fue con su madre y dejó que le pusiera el vestido. Cuando estuvieron listas, Joe las llevó al comedor, un lugar monstruoso con una mesa enorme y una araña gigante colgando sobre su superficie brillante. Un pesado aparador tenía un festín de beicon, salchichas, huevos, tostadas, bizcochos y fruta. Llegaron los padres de Joe. -Parece que tengo una nueva nuera -dijo Paul. Si estaba sorprendido o consternado, nada se mostró en sus facciones cuando le presentaron a Demi. Y cuando Joe le presentó a Carly, Rachel vio el primer indicio de la verdadera naturaleza de Charles, ya que sonrió encantado. -Mejor que en Navidad -le dijo a su esposa, que no parecía convencida-. Levantarse y descubrir que uno es abuelo. Joe presentó a Demi a su madre con más formalidad, refiriéndose a esta última como la princesa Nora de Roxbury. Su apretón de manos le pareció distante y su mirada fría. Pero el comentario del padre de Joe hizo que Rachel volviera a respirar. Una criada vestida de uniforme acudió a preguntarle qué querían desayunar Carly y ella. -Demi, háblanos de ti -insistió la princesa Nora, una vez todos estuvieron sentados y servidos. Carly estaba tirando su comida al suelo, disfrutando de los esfuerzos de la joven criada por seguir su ritmo. El padre de Joe se reía tras su servilleta. Demi contestó que era la hija de un director de colegio, era madre soltera y escritora, y que conoció a Joe cuando regresó a Thortonburg tras una larga ausencia. Inevitablemente, surgió la pregunta. -¿Y cómo os conocisteis? Pero Joe se adelantó. -Por obra de Dios -dijo con suavidad. Su madre miró de uno a otro y entonces suspiró. -Tendré que hacer un anuncio oficial, por supuesto. Y habrá una fiesta, Demi. Imagino que no tendrás mucha experiencia con la prensa, ¿verdad? -No, yo... -Entonces traeremos a esa asesora. ¿Recuerdas su nombre, Joe? -Madre, por varias razones, Demi y yo hemos decidido no hacer público nuestro matrimonio aún. Y cuando lo hagamos, Demi estará perfecta tal y como es. Fue una frase sencilla, pero Demi necesitaba oírla. Cambió algo en su interior y le recordó quién era realmente. Fuera o no una princesa, ella conocía su corazón. Sabía que era una buena persona, honesta y trabajadora. Tenía integridad y sentido del humor. Y, sobre todo, sabía que cuando el momento lo requería, tenía mucho coraje. Había tenido el valor de decir que sí a tener un bebé, aunque significara enfrentarse sola al mundo y perder la aprobación de su padre, y lo había hecho de todos modos, había hecho exactamente lo que le había dictado su corazón. Y, de algún modo, desde que había conocido a Joe, había perdido el sentido de quién era ella. Pero en ese momento lo encontró. -Pero, Joe -protestó su madre-, no puedes compartir el dormitorio sin dar una explicación. Eso te colocaría en una situación incómoda. Se sabrá. -No veo la razón. Nuestros empleados siempre han sido extremadamente leales. Y no será para siempre, madre. Solo durante un tiempo. -Pero, ¿por qué? -Solo puedo decirte que, literalmente, es asunto de vida o muerte. No puedo contar nada más. Su madre miró preocupada a Demi, como si esta fuera a llevar un escándalo a esa isla tranquila, donde se evitaban los escándalos a toda costa, pero ella le devolvió la mirada con dignidad. -Joe, hijo... Pero en ese momento, su padre levantó la mano. -Mi querida Nora, Joe es adulto. Siempre ha sido muy responsable. Nos ha pedido que confiemos en él y yo deseo hacerlo. Cuando Nora miró a su marido, algo se suavizó en sus facciones. -Claro, claro, tienes razón -dijo rápidamente. -Bueno, si el desayuno ha terminado, voy a robarte a Joe unos minutos -dijo Paul-. Tenemos que hablar de algunos detalles, cosas de trabajo. ¿Te importa, Demi? A ella le encantó que se lo preguntara y supo de dónde había sacado Joe sus modales caballerosos, aunque por supuesto, no le entusiasmaba la idea de quedarse con la madre de su marido. Pero asintió con la cabeza, sabiendo que era una prueba que tenía que pasar.
ESTÁS LEYENDO
Una Boda Real- Jemi "Terminada"
RomancePrologo Demi Lovato necesitaba un caballero de brillante armadura... y el príncipe Joe Jonas precisaba una esposa. En otra época, este lo había tenido todo, pero aprendió que los príncipes no estaban por encima del dolor... ni a salvo de perder a lo...