Capítulo 10:
Entró nuevamente a su recámara y se recargó en la puerta cerrada. Aún estaba sonrojada, su cuerpo seguía en alta temperatura y eso lo decía todo. Se quitó la bata mojada, agarró de la habitación una toalla grande y se enrolló en ella, después se tiró en la cama.
—¡Mierda!... ¡Te odio! ¡Te odio tanto! ¡Maldita sea la hora en la que entraste al baño!— Explotó su invasión de rabia y vergüenza.
Se liberó de toda la furia que sentía por dentro y poco a poco se controló. El calor poco a poco se hacía menos, su respiración y coloración de piel volvían a la normalidad, pero alguien tocó sutilmente la puerta, por los golpes pasivos imaginó que era su madrina, se levantó de la cama con la toalla enrollada y fue a atender su llamado. De inmediato corrió el trozo de madera, al ver que Finn se encontraba del otro lado.
—Espera un momento. No vengo a pelear— El pelinegro la frenó e hicieron su típica guerra de miradas —¿Esto es tuyo?— Su dignidad se dirigió de vuelta al suelo cuando presenció lo que Finn sostenía en sus manos. De sus dedos colgaban los lazos que le daban forma a una prenda íntima que Stefany conocía muy bien.
—¡Imbécil!... Eso no es mío— Intentó arrebatársela. Él estiró su brazo hacía arriba y la dejó fuera de su alcance.
—Si no es tuya ¿Por qué la quieres?
—Sólo dámela ¿Sí?... ¡Yo no suelo usar esta clase de cosas!— Aclaró Stefany
—No necesito tus explicaciones. No me interesa saber porque motivo usas esa clase de ropa interior. Solo ten precaución sobre donde dejas las cosas— Lo de "No vengo a pelear" no fue del todo cierto —¿Y no crees qué estás algo jóven para provocar a los chicos con ésto?— Mencionó Finn
—¡Entrégame eso y ya lárgate de aquí!
—¡Okay! ¡Está bien!— Cumplió los deseos de la chica —Solo quiero hacerte una pequeña y última sugerencia —Por un segundo Stefany confío en la seriedad que transmitían sus palabras y esperó como si aquella boca le trasmitiera poesía —Toma en cuenta el significado de la palabra "censura"— Vaciló con una sonrisa deslumbrante
—¡Lárgate ya!
[...]
—¿QUÉ? ¿Pero qué esperas?... Cuéntame los detalles ¿Te tocó? ¿Te besó? ¿Ya lo hicieron?— Exclamó Sadie lo más rápido que pudo. Por milagro se entendió lo que dijo.
—¡Ya basta loca!... No, No y ¡NO! ¡Claro que no!— Contestó
—Entonces ¿Sólo se metió al baño y ya?— La pelirroja hizo una mueca triste
—¿Cómo que "y ya"? ¡Estaba en ropa interior! ¡Por poco y me encuentra completamente desnuda!— Dramatizó Stefany
—¡Oh dios mío! ¿En serio es un hombre? Estabas servida en bandeja de plata y no pasó nada— Agregó. Fanny rodó los ojos.
—Fue horrible y eso no fue lo peor. ¿Recuerdas el bikini del otro día?— Preguntó, Sadie le dió una mirada confusa —Bueno, pues tu estúpida adquisición fue la estrella del show, por accidente lo llevé y lo dejé en el tocador ¡Ahora cree que soy una puta!
—¡JAJAJA! ¡ES QUE USTEDES JUNTOS SON TAN CÓMICOS!— Se burló —Como sea, hay algo en tu chico que no cuadra. Piénsalo un poco, puede que él lo haya planeado, pues no tenía nada que hacer en ese baño— Opinó la pelirroja
—En primer lugar Finn no es mi chico. Y en segundo, él se escondía de mi madrina, después de todo no es el niño bueno que pensábamos.
—Fue cosa suya y punto. Ahora que si yo fuera tú, me andaría con cuidado, el lobo tiene hambre— Agregó Sadie divertida y volvió a soltar una carcajada.