Epílogo.
¿Algún día se imaginaron a Finn y Stefany como padres de Familia? ¿Cómo sería una mezcla psicológica de Finn×Stefany?
[...]
El tiempo corrió a su momento, lamentablemente no podían ser jóvenes para siempre. Cada uno tuvo la necesidad de hacer su propia vida. De corazón todos estaban unidos, pero en físico los únicos que quedaron cercanos fueron Stefany, Caleb, Sadie, Jaeden e Iris.
Wyatt se enamoró de Sophia la mejor amiga de Finn, vivían en Nueva York y en fechas especiales visitaban a sus amigos; Jack se casó con una chica Argentina por lo que se mudó al país de su esposa pero seguía en contacto; Jeremy también se consiguió un novio con el que hacía viajes por todo el mundo; Chosen seguía gozando de su soltería, demostrando que la felicidad no depende de una pareja, el era feliz; Iris y Jaeden se casaron y eran padres del pequeño Aidan de 7 años; Sadie se casó con Caleb, así es, sus destinos estaban entrelazados y juntos tenían al pequeño Lucas de 6 años...
Finn y Stefany también habían formado una vida junto a la pequeña Max de 5 años:
—¡Oh Maldición! ¡IDIOTA!— Gritó histérica.
—¿Qué te sucede?— Preguntó el pelinegro a través del teléfono y del parlante del auto.
—¡Parece que lo hacen a propósito! ¡Necesito el camino libre! ¡Mi hija me necesita!
—¿Bonita? ¿Cres que podrás llegar tu sola, en buen estado hasta la escuela de la pequeña Max?— Cuestionó por segunda vez
—Sí te llamaré después
—¡Por favor no te mates! ¡Stefany! ¡Te necesito viva!
[...]
Los acontecimientos que incluían a la dirección escolar no estaban tan alejados de aquél entonces. Como en los viejos tiempos las dos mejores amigas del alma se encontraban ahí, pero esta vez había un cambio de roles:
“Desaparecieron durante la clase de educación física”
“Bien, quizá no tenían ganas de hacer deporte”
“... Ellos se estaban besando”
“Son unos niños, no hay maldad en ellos”
—¡Mamá! ¡Tengo miedo!— La niña pequeña del cabello ondulado y castaño, abrazó a su madre en cuanto la vio, la probre estaba asustada, gracias a las influencias de la directora.
—¡Felicidades campeón! ¡Dame esos cinco!— Festejó la pelirroja de los ojos turquesas. Sadie no había perdido el color encendido de su cabello, también seguía conservando su espíritu despreocupado de 18 años, ahora con 27 años, acarició el cabello de su pequeño Lucas, fruto de su extraño amorío con Caleb.
—¿Solo por eso nos hizo venir hasta aquí? ¿No pudo habernos informado por teléfono?— Stefany se aferró a la mano de su pequeña, la bendición nacida, de su ahora matrimonio con Finn. El cabello de Stefany ahora tenía su color castaño natural, pero sus puntas seguían con aquel morado rebelde.
—¿Señoras?— Intervino la autoridad de la escuela
—¡Señoritas por favor!... Evidentemente somos más jóvenes que usted
—¡Mucho más jóvenes!— Agregó Sadie
—No las entiendo, parecen un par de madres en plena adolescencia
—No estoy buscando su comprensión. Casi choque mi auto porque creí que algo malo le había sucedido a mi hija... ¡Ya vámonos Max!— Fanny salió de la dirección, caminando de la mano junto a su hija
