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Extra seis:

“Postre helado de chocolate” “Cóctel de frutas tropicales” Stefany mentalmente discutía sus opciones. Al final no fue capaz de elegir un solo postre y pidió media ración de cada uno. Estaba sentada con Finn en una de las mesas del mini restaurante de la isla.

—¿Siempre serás así de indecisa?— Le dijo Finn

—No es mi culpa que...— No pudo continuar por culpa de cierta desgracia

—¡Hey! ¡Tienen que probar esta delicia!— Débora se acercó con un par de galletas de cereza y sin ser invitada se sentó en la misma mesa —¡Exactamente son las mismas galletas que sirvieron cuando me pediste que fuera tu novia!... Espero que lo recuerdes o de lo contrario me sentiré ofendida— Con eso delató sus propósitos. La rubia siguió hablando como si la actual novia de Finn no estuviera presente.

Stefany alzó una de sus cejas en sentido de amenaza, logró leer de los labios de Finn un: Lo siento. Pero a Debbie no parecía importarle la incomodidad que causaba en la mesa casi a finales de una comida.

—Quizá fue algo muy insignificante para él y por tal razón no lo recuerda— Contestó Fanny y sonrió cínicamente. No pudo resistirse ante tanta incredulidad, además no le interesaba saber si Finn lo recordaba o no.

—¡Ay! ¡Lo lamento mucho! ¡No fue mi intención incomodar!... Solo quería hacerles una recomendación— Justificó la rubia, cuyo bronceado había fracasado al igual que sus acciones al tratar de ocultar sus verdaderas intenciones.

—¡Bien! Nadie pidió tus patéticas y estúpidas recomendaciones— La descortesía de sus impulsos volvió a dialogar en su lugar. Eso fue un: "Ya largate que no te soporto"

La dejó boquiabierta. Nadie le había hablado de esa manera ni en sus días de Que difícil es ser yo

—Debbie discúlpame, pero me gustaría está a solas con mi novia— Mencionó Finn, al menos él si habló de una forma educada. Débora hizo una mueca y se alejó a regañadientes

En cuánto se quedaron solos Finn soltó una carcajada

—Eres mi celosa favorita— Comentó entre risas.

—No son celos, ella por naturaleza me irrita—  Mintió respecto a los celos, pero no con lo insoportable que le parecía Débora.

—¡Admítelo! Te estás muriendo de celos— Su dicción se volvió idéntica a la voz del imbécil seductor que era cuando se conocieron.

Se acercó poco a poco, de la misma manera que al principio por medio de una lentitud agonizante, que la hacía desear sus labios sobre los suyos. El pelinegro le mordió el labio inferior, ella se inundó de placer, cerró los ojos y se entregó totalmente a lo que tenía que seguir. Pero Finn desprendió una risita se alejó de ella y la dejó con las ganas de un ardiente beso.

—¡Idiota! ¡Te he descubierto! Solo me besas porque sabes que así me mantendrás callada— Le reclamó en sentido de juego

—Podré besarte todas las veces que quieras, solo admite que estas celosa.

Su amado orgullo. Estaba cayendo en la idea de abandonarlo. Una que otra vez deseaba decir: "A la mierda con el orgullo"

"That's my girl" fue lo que susurró Finn cuando Stefany lo besó.

Lyattinn

"El Niñero" «Finn Wolfhard»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora