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Extra catorce

La esencia de una mañana común y corriente, sin nada importante que hacer, continuando con el plan de buscar a sus amigos para perder el tiempo molestandolos un poco y divirtiéndose hasta morir.

—Se que en este momento mis dudas son inútiles, pero me sigo preguntando: ¿Qué tanto estarán haciendo?— Stefany se cuestionó en voz alta. —No pueden desaparecer nadamás así, sin decirnos nada.

—Estamos hablando de un montón de adolescentes con las hormonas revueltas, deben estar tomando algo o en situaciones mas graves masturbándose— Mencionó la pelirroja

—¿Qué significa masturbar?— Iris preguntó con inocencia

—¡JAJA! ¡Es fue una broma excelente!— Agregó Sadie. Se le escapó una tremenda carcajada, que se fue agotando poco a poco, cuando percibió que Iris seguía buscando la gracia, detrás de su insípida expresión  —¡Ay dios!... ¿No era una broma?

—¿Qué es lo que comprendes exactamente?— Comentó Stefany. La otra chica permaneció pensativa, razón que le generó mas dudas que aclaraciones y terminó negando con la cabeza, demostrando que de verdad no estaba familiarizada con el término.

—¡Okay!... Básicamente es...— Sadie hizo una pausa, no sabía que palabras usar para suavizar el significado de la palabra —¡Fanny tú explícale!

—... Es cuando las personas se satisfacen a sí mismas ¿Comprendes?— Stefany no dió una explicación muy extensa, pero fue entendible para los oídos de la hermana de Lilia.

—¿Por qué lo hacen?— Iris añadió otra vez

—No lo sé... y en realidad no me interesa— Mencionó Fanny

—A mi sí me parece interesante— Admitió Sadie sin pena —... ¡Tengo una idea! ¿Por qué no se lo preguntamos a tu novio?

—... Tú no le dirás nada— Advirtió. Internamente experimentó una pequeña visualización de lo que para ella seria una embarazosa situación. Se imaginó a Sadie, así como ella era de imprudente, preguntándole a su novio: "Oye Finn ¿Tú por qué te la jalas?"

—Entonces pregúntaselo tú. Son novios, se supone que la confianza existe entre ustedes

[...]

···Cinco minutos más tarde···

Chosen se estaba regalando una ducha deliciosa, por lo que su presencia no era un obstáculo. Finn y Stefany estaban solos en la habitación... ¿Buena señal? ¡Para nada!

—Tengo una pregunta, bueno, en realidad tengo el presentimiento de que serán bastantes preguntas, no tengo a quién más acudir y me gustaría que tú respondieras mis dudas— Ella inició el diálogo

—¿Qué sucede?— Preguntó el pelinegro

—¿Finn?... ¿Tú manoseas a tu amigo?— Después de partirse la conciencia en mil pedazos, comenzó con su interrogatorio, ignorando el nudo que se había formado en su garganta. Nadie (Ni ella misma) entendía como podía lograr que su rostro se mostrara de una naturaleza tierna e inocente.

—¿QUÉ?... ¿T-Te refieres a Chosen?— Expresó extrañado, pero después lo pensó... La palabra "amigo" tenía muchas referencias significativas —¿De qué amigo hablas?

—¿Me puedes explicar la relación que existe entre Chosen y esta conversación?... Yo hablaba de... t-tu amiguito, todos los hombres tienen uno... ¿Tú te lo tocas?— Insistió

Fue entonces cuando las cosas quedaron perfectamente claras. El pelinegro comprendió y asimiló la pregunta más extraña que su icónica novia le había hecho. Por milésima vez, ella utilizó el poder de su inocencia a su favor y en contra de él. Para Finn la ocasión seguía siendo graciosa, pero le parecía un poco incómoda, porque no sabía que palabras debía expresar.

—¿Sabías que das miedo cuando te pones así?— Confesó. En seguida estalló en una carcajada sensual.

—¡Imbécil! ¡Ni que fuera Drácula!— Replicó —Solo hice una pregunta, deja de reír y contésta!

—¿Qué tanto estuviste hablando con Sadie?— Continuó haciendo sus propias preguntas, tratando de evadir la que le habían hecho a él.

—¿Qué con eso?

Stefany se recostó en la cama que por el momento pertenecía a Finn. Ella atacaba con su ternura y él se defendía con sus habilidades seductoras, eso era suficiente. El pelinegro la acorraló entre las sábanas tendidas, se subió en ella obviamente sin lastimarla, quería aclarar las cosas.

—Soy tu novio y te quiero como tal, además de eso puedes confiar en mí como lo haces con uno de tus amigos, puedo protegerte como un padre, satisfacerte como un personaje erótico... Mejor olvida lo anterior, pero por favor deja de preguntarme cosas así.

—¿Eso fue un sí?... Solo quiero entender ¿Por qué lo haces?

—Sigo diciendo lo mismo... ¡Eres única e imposible!

—No me respondiste... ¡Y no me beses!— Stefany seguiría haciendo sus preguntas intensas, por ello, Finn recurrió a su última alternativa: Besarla para callarla.

Terminó dándose por vencida y cedió a su juego... De alguna forma le encantaban esas interrupciones.

Stefany había llegado a la habitación cuando Chosen estaba en el baño, razón por la que él no sabía que estaba con su amigo. Entre Finn y Chosen había máxima confianza, hasta el grado de salir completamente desnudos del baño, entonces...

—¡Ay no...! ¡Yo no quería ver!— Stefany gritó, no tan intensamente pero sí asustadiza. Por fortuna o desgracia no alcanzó a ver de más. Las manos de Finn le cubrieron los ojos, él la giró y la abrazó a su torso, haciéndole señas a su amigo para que volviera al baño.

—¿Por qué demonios no me avisan?... Pude haberlos encontrado en situaciones peores...— Chosen se cubrió con la toalla que llevaba en la espalda y regresó al baño riéndose.

—Eso fue traumante— Se aferró más a Finn

—Nena no seas exagerada. No te traumaste con éste ¿o sí?— Finn quería hacerle una broma, levantó los cordones elásticos de sus pantalones

—Él que da miedo eres tú...

Lyattinn

"El Niñero" «Finn Wolfhard»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora